Está un poco aturdido por estar con Joel de esa manera, que pudiera correr las manos a lo largo de su cuerpo, sintió como él le había alzado la polera acariciando su clavícula y se sorprende de sus propias manos que parecen tener vida propia tocando los abdominales de Pimentel y la inclinación de sus caderas, que él podía explorarlos cuanto quisiera, el cuerpo de Joel se sentía tan caliente encima, que su piel hormigueaba y ardía con cada toque, gimió cuando mordió su cuello, era excitante, era sensual, era tierno, era malditamente perfecto pero fue cuando se apartó bruscamente de él, dejándolo confuso y anhelante.
-Nosotros no hacemos esto pronunció agitado caminando hacia la salida.
-¿Por qué no? Soy tu novio, cuestionó intentando recuperar el aliento
-No, eres mi empleado.
Esas palabras se sintieron como una bofetada con una silla.
- ...Entonces, ¿por qué me besaste?, fuiste tú quién pidió hacerlo no yo.
-Debiste decir que no, Joel salió sin más azotando la puerta.
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La sola idea de intentar renunciar al contrato era una locura con nefastas consecuencias para él, quien no tenía los 2000 dólares que ya le habían dado y el 25% del total por incumplimiento a las cláusulas que tendría que pagar así que que por el momento debía de tragarse su orgullo y ser el novio perfecto para el idiota besucón y enfrentar como mejor pudiera ese día que prometía ser largo y el juego apenas y comenzaba.
Alexia había ido a por él y se supone que se encontraría con su novio en el hotel y rebelde como él solo, queriendo molestarlo hasta hacer que se pusiera rojo de furia para la reunión con la señora Pimentel había optado por usar su ropa casual, polera blanca, jeans, y una camisa azul de manga larga, desoyendo a su asistente que lo describió como infantil y tonto, advirtiendolo que habría más de tres personas en el almuerzo, a veces odiaba su estúpida terquedad y ahora él era el patito feo que desencajaba el cuadro, las personas iban vestidos elegantemente con trajes combinados a la perfección con la de sus parejas.
La mirada de todo el mundo estaba enfocada en él, seguramente estaba siendo paranoico pero era como si todos ellos hubiesen ido solo y exclusivamente para observarlo y juzgar, cuchicheaban y reían haciendo que se sintiese minúsculo e insignificante, no sabía como actuar, por donde moverse, qué decir, maldito Joel por dejarlo solo, maldito, maldito, maldito; pensó caminando con pasos inseguros hasta la mesa de bebidas, necesitaba algo de perspectiva, se sirvió un vaso de una de las botellas, atragantándose en el proceso.
-No deberías de beber tan temprano, una voz femenina se escuchó detrás, es una actividad reprochable incluso en un evento social como este volteó lento encontrándose con la mirada inexpresiva de Patricia
-Te...tenía algo de sed respondió un poco avergonzado mantenido un firme agarre a su vaso
-Lo imaginé si ya con todo lo anterior se sentía patético ahora deseó volverse invisible, parecía estudiarlo en silencio y segundos después de agónico silencio, agregó sígueme, tenemos una conversación pendiente.
Siguió sus pasos a través de un salón inmenso y lujoso con un decorado moderno pero con matices de estilo barroco y medieval, se adentraron hacia una especie de biblioteca, Patricia caminó al centro donde había un mesa y tomó asiento e hizo un movimiento de cabeza indicándole hacer lo mismo.
-¿Sabes por qué estamos aquí?
-¿Quiere preguntar por su hijo?
- No, yo soy su madre, sé todo de él, lo que quiero es algo diferente, saber de tí ojeó un archivo, leyendo en voz alta; Christopher Vélez, 22 años, nació en Ecuador, padres separados, creció bajo la tutela de Jenny Muñoz, tiene un hermano mayor y hace 3 años se mudó a New York con una media beca en Jale para la carrera de leyes, estudiante con un promedio sobresaliente, un trabajo de bartender y mozo en dos diferentes lugares, un apartamento en la parte baja del este de la ciudad, amante de los deportes, con un ingreso anual de 20 000 dólares al año, un seguro social de...

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Atrapados
FanfictionA veces se puede pasar años enteros sin vivir en absoluto, y de pronto toda la vida se concentra en un solo instante... Una idea loca, hace que Christopher y Joel se encuentran jugando a ser pareja.