Harry.
Con el paso de los días mis sentimientos hacia Louis se volvían más fuertes, realmente no lo busqué porque no estoy seguro de lo que tenemos y sé que en cualquier momento tengo que hablar con él, solo que aún no estaba listo para confrontarlo, es decir, lo besé. ¿Qué diablos estoy haciendo? Quizá él está peor que yo atormentándose con pensamientos erróneos, hablaré con Louis, nada puede salir mal, pues a fin de cuentas él me correspondió.
Tenía que hablar con Louis, lo había pospuesto por demasiado tiempo, y no quería que pensara nada malo de mí o que pensara que solo estaba cuando con él. Tomé las llaves del jeep antes de salir de mi habitación y bajé apresurado las escaleras chocando contra un cuerpo rígido, era Stan, un compañero de servicio, no soportaba mucho a este sujeto, era irritante como un grano en el trasero, tal vez peor.
—Styles, justo la persona que estaba buscando —rió leve y me mostró un cartón lleno de cervezas—. Compré un poco de cerveza y vienen conmigo a unas hermosas señoritas para pasar la tarde. Últimamente te desapareces, y Leila a estado preguntando mucho por ti, ¿qué dices? ¿Vienes? —me guiñó el ojo.
Carajo, ¿qué excusa podría usar ahora? He mentido tanto que ya no sé qué más inventar. Me rasqué la nuca nervioso pensando en cual podría ser la siguiente mentira, ¿alguna enfermedad? ¿Quizá una emergencia? Soy tan malo mintiendo que no tengo idea como me ha funcionado en ocasiones anteriores. Nervioso me es más difícil pensar.
—Eh... No puedo, yo tengo... —titubeé aún sin saber que decir y mordí la uña de mi pulgar—. Ya sabes, yo tengo... que salir, pensaba ir a la plaza para conocer un poco más el lugar, tal vez la... biblioteca —internamente me di una palmada en el rostro.
Mierda, definitivamente no va a creerme esta vez, y aunque en serio tuviera algo más importante que hacer, Stan es la persona más insistente que conozco, y no dejara de molestar hasta que acepte, quizá podría quedarme por un rato y cuando esté ebrio me escabulliré sin que nadie lo note, así de sencillo.
— ¿Desde cuándo eres así de aburrido Styles? Definitivo te hace falta una cerveza fría y un poco de sexo no te caería nada mal —rodó los ojos y se burló—. Ya vamos, relájate un poco. Tengo una sorpresa para ti, créeme no te vas a arrepentir cuando veas a quien invité.
Me tomó por los hombros llevándome a rastras hasta el patio trasero, ahí estaba Zayn, Joshep, un par de chicas que no conocía y por supuesto Leila. Sinceramente creí que no volvería a buscarme por huir descaradamente el día que me besó, fue realmente desagradable. Todos estaban sentados alrededor de una mesa con una gran sombrilla, sobre esta habían botellas de cerveza y cigarrillos.
Stan me empujó sentándome en una de las sillas vacías que rodeaban la mesa. Leila se levantó de su lugar y casi corrió a sentarse sobre mi regazo, ¿qué diablos cree qué está haciendo? o mejor dicho ¿qué mierda estaba haciendo yo aquí? Se supone que ahora mismo debería estar con Louis, no con estos idiotas fingiendo algo que no soy. Leila se giró mirándome y se inclinó un poco.
— ¿Me extrañaste cariño? —Leila murmuró coqueta cerca de mi oreja—. Si mi memoria no me falla, tú y yo tenemos algo pendiente, esta vez no querrás escapar y nos divertiremos toda la noche —me guiñó el ojo y volvió a su posición normal.
Joshep me dio una cerveza del cartón mientras Stan encendía la pequeña radio sobre la mesa dejándome escuchar "Da Ya Think I'm Sexy?" de Rod Stewart. Miré discretamente a Zayn quien me miraba de igual manera, con los labios pronuncié "ayúdame" sin que Leila o los demás se dieran cuenta de ello. Hizo una mueca, pues supongo no puede hacer nada para librarme de esto.
Stan contaba estúpidos chistes a lo que las chicas reían, yo me limitaba a reír con falsas carcajadas, por dentro pedía a gritos que me sacaran de este lugar. Leila dejó la botella de cerveza y bajó su mano discretamente llevándola al interior de mi playera, trazaba círculos imaginarios con uno de sus dedos. Me removí incómodo logrando sacar su mano de mi ropa, necesito irme de aquí.
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For a lost soldier.
FanfictionLouis recuerda el tiempo en 1988 cuando a sus 17 años él y otros muchachos fueron enviados al campo por sus padres para escapar de la guerra, siendo refugiado con una familia de campesinos. Las cosas cambian cuando la aldea es liberada por las tropa...