Escape de la realidad.

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Louis.

Me obligué a abrazarme a mí mismo al sentir la corriente de aire ya fuera de la casa, el clima tan frió me encantaba. Eran las 6 am por lo que las calles estaban desiertas, lo más normal es que todos estuvieran dormidos a esta hora. Mi mirada se posó sobre el Jeep de Harry que se acercaba hasta mí. Vestía con su ropa casual y llevaba sus usuales gafas.

Planeábamos tener todo un fin de semana para nosotros solos, y sin interrupciones ni gente de por medio. Harry no me dijo a dónde íbamos, sería algo así como un viaje sorpresa. Últimamente actuaba un tanto raro, parecía que algo lo hacía sentir triste y afligido, e incluso me visitaba en las noches, cuando los Brenner dormían, solo para hablar de cualquier cosa hasta la madrugada.

— ¿Listo? —preguntó una vez que estuvo frente a mí, asentí y me subí al auto con la pequeña mochila que llevaba.

Dio marcha de nuevo emprendiendo el camino a ese destino aún misterioso. Le había dicho a los Brenner que la familia que cuidaba a Niall iba a llevarnos de campamento a un lugar a las afueras del pueblo, fue difícil conseguir su permiso, pero de alguna manera lo logré.

Minutos más tarde, llegamos a una vieja estación de tren, lo que me hacía pensar que el viaje sería más largo de lo que pensaba. Harry estacionó el Jeep y bajamos para comprar los tickets para poder abordar tren, quizá así sabría a dónde íbamos.

—Espera aquí, iré a comprar los boletos —dijo Harry y caminó hacia la taquilla. Él realmente quería que fuera una sorpresa y yo ni siquiera hacía el intento de adivinar el destino.

Finalmente regresó con los boletos, los cuales no me dejo ver, y subimos al siguiente tren que partía a esa dirección, al parecer, una pequeña cuidad al sur. El lugar estaba casi vacío, supongo era por la escasa población. Me senté en un cubículo con mesa y Harry tomó el lugar frente a mí. Se inclinó un poco sobre la mesa y pegó sus labios con los míos. 

—Descansa, el viaje tardara al menos 2 horas —dejó un beso corto antes de regresar a su lugar, se acomodó contra la ventana viendo por ella.

Imité sus acciones y me acomodé sobre el asiento. Me emocionaba que pasáramos todo un fin de semana fuera del pequeño pueblo, un corto viaje para nosotros solos. Doblé un suéter usándolo como almohada, y me abracé a mí mismo, listo para caer en los brazos de Morfeo.

***

El viaje en tren había sido más rápido de lo que esperaba, por fin estábamos en el lugar que Harry planeó una corta estancia, un respiro que ambos necesitábamos. El taxi aparcó frente a un pequeño hotel rústico en la esquina de la avenida principal. Por lo que vi en el camino, era una ciudad cosmopolita y moderna, comparándola con el pequeño pueblo donde me alojaba actualmente.

Harry estuvo un rato haciendo la reservación mientras tanto me mantenía buscando en un pequeño folleto, lugares que podríamos visitar. Una vez dentro de la habitación que se nos fue asignada, nos instalamos en ella. Ambos nos dejamos caer rendidos en la cama, el camino no fue tan largo, pero si un tanto agotador. Me giré acostándome de lado para mirar a Harry quien permanecía con los ojos cerrados acostado boca arriba.

¿Cómo alguien podía ser tan perfecto? ¿Y cómo podía yo gustarle a ese alguien? Me estiré un poco rozando sus labios, su sonrisa se ensanchó mostrándome sus dientes. Pegué sus labios a los míos besándolo con delicadeza. Por inercia sus manos bajaron a mi cintura para acomodarme sobre él, sus piernas se enrollaron con las mías  y sus pulgares acariciaban mi piel debajo de la sudadera que llevaba puesta.

Se separó de mí para mirarme por varios segundos, y con las yemas de sus dedos acarició mis mejillas. Sonreía de lado mientras analizaba mi rostro, como si quisiera grabarlo en su memoria para siempre. Junté de nuevo nuestros labios, queriendo llegar a más. Harry rió por lo bajo y se separó de mí una vez más.

For a lost soldier.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora