¿Por siempre? Más allá

Corazón solitario

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La breve luz de aquella lámpara no servía para iluminar mi alma. Mis ojos vagaban por la habitación sin rumbo. Solo ahí, en aquella cama y junto aquella medalla presionando mi pecho, sintiendo aquel familiar frío metálico, miré aquel cielo.

"Siempre he pensado que las personas que hemos amado y se han ido, son una. Miles y miles de estrellas."

Aquella chica, aquella inusual chica de ojos verdes, quien invadía mi espacio, quien compartía mi sitio en las noches y quien nunca dejaba de mirarme con preguntas en sus ojos... Aquella chica.

Suspiré y quitando los ojos del cielo, apreté mi agarre en aquella placa metálica y cerrando los ojos, con un sabor agridulce en la boca me pregunté...

"¿Realmente eres una de esas estrellas?"
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La voz del Capitán Michaels se escuchaba por todo el recinto y apesar de que yo permanecía firme, apesar de que su voz fuese alta y clara, mi mente no podía retener sus órdenes.

Mi mente solo se encontraba fuera de mi control, como si no fuese mía. ¿Qué sucedía? Esa era la cuestión que quería resolver.

"¿Por qué ella seguía vagando en mi memoria?"

—Cabo Prescott, ¿es necesario que le ponga un cartel en la frente? ¡Concéntrese!

"¡Mierda!"

Como algo automático, mis hombros y todo yo sé pusieron rectos y con un saludo hacia mí superior, me disculpé por tal falta de control.
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6 semanas después...

Los soldados patrullaban mientras los demás se encontraban en sus respectivas secciones. La noche se encontraba fría como era costumbre en este lugar y más en la temporada, pero aquello no tenía importancia para mi. El viento frío sacudía mi cabello mientras mis ojos se quedaban fijos en aquel punto, esperando.

Tal vez se había hecho una costumbre y aunque no me apetecía compartir mi espacio con nadie sin ser necesario, su presencia se había vuelto tolerable.

Suspiré y aquel aire blanco salió y se esparció en mi campo visual. 

Podía sentir el frío en mi ser y aunque fuera algo inusual, algo que no podía explicar, apesar de no decir nada y solo escuchar, aquella chica calentaba algo en mi pecho, algo que había estado frío por mucho tiempo.

Sin embargo, como aquellas últimas semanas, ella no vino y aquella expectativa, aquella ansia por verla, por solo escuchar su voz tratando de llenar el espacio entre los dos, solo aumentó.

¿Por qué tuvo que acercarse?

Miré al cielo, a aquellas estrellas solitarias como yo en tantas noches y sí, debía aceptar que, está noche se sentía la más solitaria de toda mi existencia.

Sí tan solo....

"Sí tan solo nunca me hubiese dicho aquellas palabras."
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"20.07.19.

Mi mente ha dibujado tu rostro. Mi cuerpo ha imaginado tu calor y no puedo evitar desear el ser capaz de estar a tu lado por un rato.

Siento no ser perfecto, siento ser un desastre y siento no ser el príncipe que alguna vez soñaste de niña.

Siento eso y muchas cosas más que no seré y que no fui. Sin embargo, la única cosa que no siento es ser un tonto; un tonto por enamorarme sabiendo que no era capaz de escapar del dolor. Ser un tonto por haber conocido tu silueta y haber deseado que de tu <<¿por siempre?>>,  mis labios fueran capaces de responderte con un <<más allá.>>

Tyler."