Golpe de realidad

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"Dicen que el amor nos hace ser distintos, nos hace liberarnos al entregar parte de nuestros miedos a alguien más; sin embargo, a veces, los miedos son más grandes que nuestras ganas de volar y alejarnos de aquel cruel momento, de aquel cruel recuerdo. A veces no es culpa de ellos, es solo nuestra, por ser tan tontos y desear algo más.

― Anónimo."

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Hay veces en las que las personas, inocentes, creen que el mundo perfecto, que aquel soñado feliz por siempre, existe. No digo que no lo haga, no digo que para ellos no existía. Lo había. En verdad, cualquiera que pudiera verlos, que pudieran sentir sus pechos vibrar por un roce secreto de manos o por solo compartir miradas indiscretas; sabría que lo de ellos era casi como un amor escrito por el destino. Si, era hermoso e inocente, como aquel típico amor de cuando eres un niño enamorado de aquella dulce niña de mirada tierna.

Así se sentía Tyler cada vez que oía su risa, cada vez que olía aquella fragancia única de miel y vainilla que siempre llevaba. Cada vez que estaba con ella, compartiendo aquella banca bajo aquel fantástico cielo, uno podía ser capaz de olvidar lo demás, de olvidar que tan mal estaba el mundo y la razón por la que estábamos completamente perdidos. Él merecía un poco de paz, pensaba que se la darían y yo también lo pensé por un momento, pero...

... Entonces desperté y me di cuenta de que esto no era aquel soñado feliz para siempre al final del cuento. No, esto era la vida real y aunque estando junto a Jade, él era capaz de olvidar sus propios demonios, a pesar de todo ello, siempre viene un momento en el que el dolor vuelve.

Y ese día vino.

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Era medianoche. Una persona no podía dejar de apretar su mano contra aquella medalla plateada. Se escuchaban lamentos, suspiros y el crujir de la cama ante tanto movimiento. No podía dejar de gruñir y aquel alarido, aquel llamado de auxilio fue ignorado bajo el sonido de los vidrios rotos de aquel vaso de agua.

Abriendo sus ojos, miró al techo e hizo bola la manta bajo sus manos.

― ¡Mierda! ―aquella maldición viniendo de sus labios era triste. No era de molestia, era de impotencia.

Levantándose de la cama con el corazón hecho un lío y un nudo en la garganta, decidió que era momento de escapar de aquella jaula de cuatro paredes.

Su pecho se sentía pesado, como si estuviese siendo presionado y siendo incapaz de respirar. Tyler conocía la razón tras aquella sensación. Era veintisiete de noviembre, ya habían pasado cuatro meses sin él darse cuenta, ya había llegado aquella fecha que, aun en sus vanos intentos de poner una sonrisa ante aquella muchacha, a pesar decir miles de veces que "estaba bien" y necesitando decirlo en voz alta para convencerse a sí mismo más que a otra persona, a pesar de ello, la realidad lo había golpeado duramente.

"A veces no se puede escapar de los recuerdos incluso cuando la luz se empeñe en bañarte. La oscuridad te tendrá siempre preso."

¿Por siempre? Más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora