"Lo siento, Jade."

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"Las cartas nos ayudan a decir las palabras que de ser cara a cara, tragaríamos para no demostrar que tanto nos afecta aquella persona.

― Anónimo. "

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Acaricié aquella melena azabache por un momento y suspiré dejando ver aquel aire frío proveniente de mis labios. Su cuerpo descansaba sobre aquel escritorio, sus ojos con ojeras no le quitaban la belleza que me tenía idiotizado aun cuando tardé en darme cuenta. La amaba, pero era un desastre y sabía que no era capaz de mantenerme viviendo aquella falsa ilusión, sabiendo que en algún momento, le haría daño.

Miré la vela que yacía sobre la mesita de enfrente. Aquella flama tenue, casi pereciendo, me hizo sentir dolor. Me hizo pensar en el momento que pasé con ella, con aquella chica de apariencia similar a la de mi tormento y culpa, pero siendo completamente distinta.

Aquella flama tenue no calentaba mi corazón, más bien lo enfriaba tan dolorosamente que necesitaba huir. Necesitaba alejarme antes de perderme más de lo que ya estaba. No quería perderme en ella, no quería volver a sentir miedo por perderla.

Suspirando con la decisión en mi mente y el dolor en mi corazón, sacando aquella carta de mi bolsillo y sintiendo su textura bajo mis dedos, decidí que era momento de acabarlo.

En mi último momento de egoísmo y capricho, queriendo ir en contra de mi acción, decidí sentir su calor por última vez. Agachándome y acercando mi rostro al suyo, posé mis labios sobre aquellos labios oscuros. Sentí aquel revoloteo que pensé, solo una persona seria capaz de provocar y en el momento en que empezaba a flaquear, tomando mi postura firme y yendo en contra de todo lo que mi corazón quería, me di la vuelta y empecé a alejarme.

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Con mi mochila en mi espalda y caminando por aquel suelo lleno de piedritas, sentí el frío de la noche. A pesar de las voces de los demás; a pesar de escuchar los pasos de los demás, me sentía completamente solo, en otro mundo.

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El sonido del motor me hizo levantar la cabeza, por lo que, mirando aquel cielo que tantas veces había compartido con ella, miré a la distancia y haciendo una mueca, acaricié la pulsera que llevaba oculta bajo mi manga.

"Perdóname, pero no puedo desear el más allá de tu por siempre.

Lo siento, Jade."

¿Por siempre? Más alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora