-Hide...-Tomó el rostro del peli naranja en sus manos. Mientras que se le dibujaba una amplía sonrisa- Me haces muy feliz... Solo tú...
Repentinamente empezó a sollozar de felicidad, contagiando al de arriba.
...
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Narradora
La noche cayó sobre Abu Dabi, dando así el placer de poder acurrucarse entre las sabanas con alguien especial.
Bueno, aunque Hide se adelantó unas horas. Había caído dormido luego de varios mimos de parte de su pareja.
Kaneki por su parte aprovechó para seguir con la lectura de un libro que le había regalado el peli naranja. Había estado recostado junto a su novio por dos horas sin poder despegar la vista de su nuevo libro.
-Kaneki...-Murmuró dormido con algo de dolor en su voz-No mueras... Tu no puedes morir...
Las palabras de un somnoliento Hide sacaron a Kaneki de su lectura, para poder prestarle atención. El pobre se retorcia en las sabanas con una expresión triste mientras repetía una y otra vez "No mueras"
-Hide-Kaneki lo movió para poder despertarlo- Despierta, Hide.
Lentamente abrió sus ojos cristalizados para así encontrarse con su pareja, quien lo miraba preocupado.
-¡Kaneki!-lloriqueo Hide mientras se lanzaba a sus brazos.
-Tranquilo, estoy contigo-Susurró el peli negro mientras le abrazaba de la cintura.
¿Otra pesadilla? Desde que se fueron de Tokyo Hide no había vuelto a tener otra pesadilla. Pero ahora parece que volvieron para no dejarlo dormir en paz.
Nadie sabía que significaban las pesadillas de Hide. Se supone que tienes que tener sueños variados y aveces felices... Pero los de Hide constantemente era horribles.
Hide había sacado la conclusión de que sus pesadillas en realidad era lo que mas temía. Obviamente, como a todo el mundo. Pero de alguna forma se sentía más horrible.
-Kaneki-Murmuró Hide mientras se recostaban de nuevo en la cama.
-¿Qué pasa?-Preguntó Kaneki acariciando dulcemente la mejilla del contrario, pudiendo limpiar algunas lágrimas.
-Quiero que estemos siempre juntos- Dijo Hide con un leve sonrojo- Como venimos haciendo desde niños... Siempre estar juntos... En los buenos yo malos momentos...-La voz de Hide se iba quebrando poco a poco, el recordar el sueño que había tenido anteriormente lo hacía sentirse triste.
Kaneki escuchaba cada palabra que Hide pronunciaba con una sonrisa en el rostro. En mucho y a la vez poco tiempo, Hide se había vuelto más que su mejor amigo, más que su pareja. Se había convertido en su perdición.
El lazó que los unía era incluso mas fuerte que el hilo rojo. Los casi 15 años que habían estado juntos, fueron los mejores para ambos.
Aún así cuando ninguno de los dos sabían que lo que sentían era amor.
-Prométeme algo-Habló Hide tomando la mano de su pareja.
-¿Qué cosa?-Preguntó sonriente con algunas lágrimas en sus ojos.
