-Hide...-Tomó el rostro del peli naranja en sus manos. Mientras que se le dibujaba una amplía sonrisa- Me haces muy feliz... Solo tú...
Repentinamente empezó a sollozar de felicidad, contagiando al de arriba.
...
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-¡Hide! Despierta, necesito que...-Kaneki dejo de hablar cuando llegó al marco de la puerta.
Esa escena era digna de una foto.
El peli naranja se encontraba estirado en la cama con Hideki en su pecho, siendo abrazado por uno de los brazos de Hide. La noche anterior habían vuelto muy tarde de la casa de su tía, por lo que se durmieron tarde.
Con cuidado de no despertarlos, Kaneki caminó en puntitas de pié hasta llegar a su móvil.
Con el mismo, comenzó a sacar fotos de ellos en diferentes angulos. Algo así como una madre orgullosa de su família.
-Tan lindos-Musito el peli blanco sentandose en el borde de la cama.
Deslizó su mano por la pequeña cabecita de Hideki, logrando así que empezará a sonreir dormido.
Sin dudas era un angelito.
-Hide-Lo llamó dulcemente acariciando su mejilla- Despierta...
Poco a poco el peli naranja fue abriendo sus ojos. Clavando su mirada inmediatamente en los ojos de Kaneki.
-Buenos días, Hide-Sonrió el peli blanco depositando un beso en los labios del mencionado.
El peli naranja sonrió embobado correspondiendo al beso, mientras se reincorporaba en la cama con su pequeño niño en sus brazos.
-Que lindo-Dijo Hide dándole un beso en la mejilla de Kaneki- ¿Me despertarías así apartir de ahora?
Sonrió juguetón mientras lo atraía hacía él.
-Podría intentarlo-Sonrió Kaneki dándole otro beso en su comisura.
-¡No coqueteen enfrente de Hideki!-Dijo su madre en la puerta con Zay atras de ella.
Ambos se tornaron colorados mientras reían. Se habían acostumbrado a que la peli naranja mayor los regañara por eso.
Pero por suerte, o algo así, ella volvería a vivir en su casa para darle espacio a la pareja. Tanto como para que tengan sus momentos íntimos y que empiecen a ser una família de verdad.
El pequeño Hideki ya llevaba casi dos semanas de nacido. Y Zay estaba por cumplir sus terribles cinco años.
-Baja a desayunar y luego bañaremos a Hideki-Dijo Kaneki poniéndose de pié con el pequeño bebe en sus brazos.
El peli naranja asintió sonriente mientras tomaba un pantalón de sus cajones y se lo colocaba.
Al poco tiempo, los dos bajaron a la cocina dispuestos a comenzar su día. Sobre la mesa se situaban dos cafés para Kaneki y Hide, y un vaso de leche para Zay.
Mientras que para Hideki había leche en los pezones de Kaneki. Que gustosamente chupó cuando se le permitió.
-Hoy es la reunión de padres en el jardín de Zay-Habló Kaneki sobando la cabecita de Hideki- Tenemos que estar ahí en unas dos horas.
