-Hide...-Tomó el rostro del peli naranja en sus manos. Mientras que se le dibujaba una amplía sonrisa- Me haces muy feliz... Solo tú...
Repentinamente empezó a sollozar de felicidad, contagiando al de arriba.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día por fin había llegado.
El día en que Kaneki y Hide se unirán finalmente en matrimonio.
Un matrimonio aparentemente muy feliz y lleno de vida.
Es grandioso todo lo que han pasado juntos... Como han podido lidiar con todo... Como han estado juntos desde muy pequeños.
Si lo piensan bien... Ya casi no hay ninguna relación que dure tanto... Ya sea de amigos o amantes. Pero ellos pudieron conseguir lo que tanto anhelaban.
Las bancas largas y decoradas con girasoles, una alfombra carmesí en el medio de ellas, todo eso en frente de una no tan alta colina...
Todo lo que habían querido para su día tan esperado.
Por otro lado... Uno de los novios estaba bastante inquieto en su habitación. Sus pies no dejaban de moverse de un lado a otro. Casi pareciera que formó un camino profundo de tanto ir y venir en la alcoba.
-¡Kaneki!¡Tranquilizate!-Gritoneo Touka- No es bueno para el bebé.
Kaneki giró su cabeza con sus ojos abiertos de par en par. Como si ese comentario le erizara la piel.
A lo que Kimi gritó frustrada con el cepillo en sus manos. Tendría que peinarlo nuevamente.
-¡Hide dijo que ya esta allí! -Comentó la rubia soltando el celular.
Todas en la sala giraron su mirada asesina hacía la chica. Había puesto más nervioso a nuestro peli blanco. Y eso significaba que no saldrían de allí en un buen rato.
Hide ya había llegado al parque en donde le juraría amor eterno a su amado Kaneki. Estaba muy ansioso e impaciente. Quería verlo a toda costa. Todo lo contrario a Kaneki. De tan solo imaginarselo caminando hacía él guiado por esa inmensa alfombra hasta la colina... Un montón de mariposas revoloteaban en su estómago.
La gente comenzaba a llegar, llenando poco a poco las bancas. Así como también se acercaba la hora de decir el "Acepto"
-¡No te atrevas a tocarte el cabello!-Amenazó Kimi mientras se adentraban a la limusina que los llevaría hasta el parqué.
En ese momento agradecían que Hideki estuviera en sus brazos manteniendo ocupado a Kaneki. Así no podría despeinarse ni nada parecido.
Hideki constantemente quería prenderse del pezón de su "madre" para alimentarse, pero la ropa que llevaba se lo impedía.
-Lo siento cariño, tendrás que conformarte con esto por ahora- Habló Ana agitando un biberón con leche de Kaneki.
Hideki automáticamente estiró sus pequeños bracitos para tomar su biberon y comenzar a beber en los brazos de Kaneki. Mientras que este no conseguía calmarse.