-Hide...-Tomó el rostro del peli naranja en sus manos. Mientras que se le dibujaba una amplía sonrisa- Me haces muy feliz... Solo tú...
Repentinamente empezó a sollozar de felicidad, contagiando al de arriba.
...
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-¡Tu eres un imbécil!-Protestó Hide cruzandose de brazos.
-¡Y tu un idiota!-Le contestó el oji perla.
Todo Anteiku se encontraba presenciando el gran teatrito que montaban los dos chicos en la limosina.
Todo empezó por Ryu apegandose a Kaneki... Más de lo que Hide soportaba. Por lo tanto se vio obligado por sus celos a interferir.
-¡Cállense mocosos!-Gritó Touka ya harta de los insultos.
Kaneki le agradecía internamente a la peli azul. Ya que anteriormente había intentado callarlos... Pero se llevó un gran "Callate" de parte de los dos.
Gracias al grito de Touka, ambos se quedaron en silencio los minutos restantes. Se dirigían al gran mercado que se situaba en el centro de Abu Dabi. Ahí podrían comprar varios recuerdos o poder degustar algunas comidas típicas del lugar y su cultura.
-¡Grandioso!-Exclamó Hinami al bajar de la lujosa limusina, seguida de Touka y los demas jóvenes.
-¡Yo iré al lado de Kaneki!-Comenzó Hide apegandose al cuerpo de su novio, haciéndole ruborizar.
-¡Yo también!-Respondió imitando las acciones de Hide.
Yoshimura le lanzó una mirada de compasión a Kaneki. Pues éste parecía un animal acorralado, que con su mirada pedía ayuda.
-Hide, no me apretes tanto-Chilló Kaneki con la mano de su pareja apretando su brazo fuertemente.
-¡Suelta a Kaneki!-Murmuró hacía Hide el de cabellera gris.
-¡Nunca!-Le contestó de la misma manera que aflojaba su agarre, pero sin soltarlo.
Y así empezaron de nuevo a discutir en pleno mercado. Llevándose grandes miradas de desprecio por parte de algunos hombres que pasaban por el lugar.
Algo que estaba más que claro, es que esos dos se odiaban a muerte. Y lo único que tenían en común, era Kaneki.
Ryu disfrutaba molestar a Hide, ya que cuando se trataba de su pareja, Hide reaccionaba de manera muy celosa.
-¡Me hubiera quedado en la habitación! -Refunfuñó Hide solo para que Kaneki le oyera.
El peli negro negó con la cabeza tomando la mano de su pareja.
-Es una oportunidad de conocer otros sitios-Habló Kaneki acariciando levemente la mano de Hide- Si te hubieras quedado, me obligaría también a quedarme contigo.
"Esa era la idea" pensó Hide antes de que Kaneki soltara su mano.
Después de todo era el cumpleaños de Kaneki. No le disgustaría pasar todo el día encerrado con su novio. Sería como un regalo... Más para Hide.
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-Mamá quedará encantada-Dijo Hide al ver algunos regalos que le compró a su madre.
La madre de Hide quería a Kaneki como si fuera un hijo más. Ya que por un corto tiempo cuando los padres de Kaneki ya no estaban, la madre de su novio cuidó de él.
Pero ellos no le habían informado que ambos estaban en una relación. Aunque Hide le había platicado a su madre sobre sus sentimientos.
-¿Cuando crees que sea tiempo de decirle?-Preguntó Kaneki mientras dejaba las bolsas sobre una mesita.
-Se acerca su cumpleaños, asi que...-Hide sonrió inocentemente a su novio.
Kaneki asintió con una sonrisa, dándole a entender que se lo dirían en su cumpleaños. Ya que... ¿Que mejor regalo para una madre que ver a su hijo feliz?
-Ven-Hide abrió sus brazos en dirección a su novio, que atontado empezó a caminar en su dirección.
Llegó a los brazos del peli naranja para empezar a abrazarlo de igual manera. Cayendo ambos en la gran cama.
Inconscientemente, Hide comenzó a enredar su dedos eb la cabellera negra de su pareja. Quien parecía estar disfrutando del momento de paz con su novio.
No estaba Ryu, ni nadie que pudiera molestar su momento de paz.
El pobre oji perla estaba en su recámara tratando de desinchar el tremendo golpe que Hide le había dado unas horas atrás por intentar besar a Kaneki.
-Se lo merecía- Musitó Hide acariciando la cabeza de su novio.
-Aún así fuiste duro-Murmuró Kaneki acurrucandose más en el pecho de Hide.
El peli negro no podía enojarse con Hide, ya que entendía el motivo de su enojo. ¿Quien no se enojaria si alguien tratara de besar a tu pareja?
-Él ya debería saber que tú eres mío- Comentó posesivo besando la frente del de arriba.
En efecto lo sabía, ya que la noche anterior casi todos los de las habitaciones cercanas habían oído como lo hacía suyo. Y más Ryu, quien lo escuchó por teléfono.
Pero el peli gris no se cansaría facilmente. Le haría la contra más veces.
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