*Narra Christopher*
Observo a Emily dormir, miro el reloj y veo que son casi las siete de la mañana, dentro de poco me tengo que ir trabajar; la idea de volverme a la cama queda descartada y opto por darme una ducha y tomarme un café. Otra noche que la pequeña se ha retorcido en sueños por sus pesadillas, he tratado de abrazarla, de mimarla, de calmarla, pero seguía llorando. ¿Qué le atormenta? Me duele verla así.
A las ocho de la mañana Ariadna toca a la puerta con los nudillos, la abro esperando que no note las muestras de cansancio en mi cara, pero nada más entrar me mira y sé que lo ha visto todo. Me asombra la capacidad que tiene para percibir lo que me pasa, y a mí con ella me pasa lo mismo, enseguida sé cuando algo le molesta. No sabía que en tan poco tiempo se podía conocer también a una persona, y me parece increíble. Y eso no deja de ser mosqueante.
—No has dormido, pero tengo la solución y por si me lo preguntas, estoy de oferta y te saldrá gratis.
Ariadna deja su mochila, algo más llena de lo habitual, sobre el sofá.
—¿Y cuál es esa solución? ¿Darle un somnífero a Emily?—Bromeo.
—No, me quedo esta noche aquí, y como tengo el sueño muy ligero me levanto y te ayudo con la pequeña.
—No...
—¿Te molesto?
—No sigas por ahí.
—¿Entonces? También lo hago por el bien de la empresa de mi padre, si no cumples en tu trabajo...
—Mentirosa.
—No puedes seguir así, y yo no tengo nada mejor que hacer.
—Salvo pintar.
—Sí y estudiar, pero puedo repasar desde aquí. No me sale bien últimamente lo que pinto...
—Estas mintiendo.
—No...
—Se te nota en la cara Ariadna. Y no, Emily es mi problema y no puedo permitir que te tomes tantas molestias.
—Para eso están los amigos, y yo cuando tengo un amigo lo doy todo por él. A menos que cometa una estu.pidez y salga corriendo en mitad de la noche...—Agranda a los ojos y sonrío— Johann.
—Me lo imaginé.
Y empieza a cansarme ese nombre, siempre habla de él. Tal vez sea su novio en verdad... ¿Qué estoy diciendo?
—Christopher, sabes lo que te propongo es una buena opción.
—Ya no sé ni lo que quiero, llevo casi tres días sin dormir.
—Razón de más. Te dejo que tú pidas las pizzas.
—Chantajista.
Ariadna sonríe pero su sonrisa le dura poco, se sonroja y me mira dudosa.
—¿Te molesta que este aquí? Vamos digo yo...no creo que si a mí se me declarase alguien me gustaría que...
—Si a ti no te molesta, a mí tampoco. Ariadna no me molesta tu presencia, quítate eso de la cabeza.
—Odio molestar.
Su confesión me pilla desprevenido, más cuando ha entrado como un huracán decidida a hacer lo que ella disponía por el bien de mi salud.
—No molestas.
—Si alguna vez te molesto...
—Te lo diría.
Sonríe y se va a la cocina. Ya tengo preparado su desayuno, se ha convertido en una rutina.
—Me voy Ariadna.
—Nos vemos luego. No tengas prisa por volver, la peque y yo estaremos bien.
Sé que será así. Confío en todos mis amigos, y sé que quieren a Emily y la cuidan, pero cuando esta con Ariadna, siento que Emily no podría estar en mejores manos.
Me voy sonriente por la actitud de Ariadna y agradecido, dudo que solo haga esto por lo que dice sentir por mí, en el fondo me cuesta creer que de verdad lo sienta, más bien pienso que le pasa conmigo como le pasó con Johann. Es la única razón posible, yo no he hecho nada para que ella tenga esos sentimientos tan puros por mí. Eso es lo que tú quierescreerte...Rujo para mí, cuando mi conciencia me aguijonea y la acallo, una vez más.
Cuando llego casa a las cinco de la tarde Ariadna esta en el sofá dibujando y Emily tranquila jugando con sus juguetes en el parque. Ambas me miran y me sonríen, me siento como si lo tuviera todo en el mundo en este momento. Me quedo aturdido por mis pensamientos, y voy hacia ellas esperando dejarlos atrás.
—Ya estoy aquí—Emily se levanta en el parque, y me alza un bracito, la cojo y le doy un sonoro beso haciendo que la pequeña se ría—. ¿Cómo se ha portado?
—Muy bien, como siempre.
Ariadna se levanta y saca las llaves de su moto de la mochila.
—¿Ya te has arrepentido?
—No, pero tengo que ir a comprar unas pinturas antes de que me cierren la tienda. No tardo. ¿Necesitas algo?
—¿Dónde vas a comprar las pinturas?
Pienso en donde puede haber en este pueblo un taller de pinturas y no recuerdo ninguno, cuando Ariadna me comenta donde va, niego con la cabeza.
—Eso está a más de cuarenta y cinco minutos de aquí.
—Llevo moto, está a menos.
—Ya que esta noche tu me haces un favor a mí, yo te hago ahora otro, te llevo a por las pinturas—Ariadna abre la boca para protestar pero no la dejo hablar—. No pienso cambiar de parecer, me cambio y bajo.
—Vale—refunfuña Ariadna y me coge a Emily de los brazos—. Voy a cambiarla. Y a preparar la mochila con lo que pueda necesitar.
Tardamos casi una hora en salir hacia el centro comercial para comprar sus pinturas. En cuanto el coche se pone en marcha Emily no tarda en dormirse y Ariadna se relaja en el coche a mi lado. No tardamos mucho en llegar. La pequeña se ha despertado hace poco y ya está pidiendo que le hagamos caso.
Cuando aparcamos y la ponemos en su carrito Emily sonríe a las diferentes personas que pasan por su lado. La gente la mira, y le hacen carantoñas, Ariadna sonríe por la simpatía de la pequeña; ya en el centro comercial no tardamos en llegar a la tienda de pinturas, sigo a Ariadna de cerca mientras las elije. La observo mirar el precio de un caballete pero tras hacer una mueca lo deja donde estaba y va hacia los pinceles. Me comenta que va a aprovechar para coger unos lienzos ya que llevo el coche y coge varios, cuando llegamos a la caja la cajera le sonríe y la saluda.
—¿Ya has gastado las de la semana pasada?—Ariadna asiente con la cabeza retraída—. Hoy has venido bien acompañada, que niña más bonita. ¿Que son tus hermanos?
Ariadna alza la cabeza y la mira, pero antes de que aparte la mirada de la señora y se centre en sus pinturas veo como sus ojos verdes se tiñen de dolor.
—Es el novio de mi hermana y la pequeña su hermana.
Ariadna paga y mientras salimos me parece ver que ha empequeñecido, lleva los hombros caídos y no mira a su alrededor
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Enamorada Del Novio De Mi Hermana (Christopher Velez) [Terminada]
Teen FictionAriadna siempre se ha sentido diferente Con sus 19 años no aparenta mas de 15 y para eso no ayuda mucho que siempre lleve trenzas por que le molesta el pelo al pintar Hija de un Gran empresario y ademas marques nunca se a sentido a gusto en la soc...