Enamorada Del Novio De Mi Hermana (Christopher Velez) [Terminada]

Capitulo 24

*Narra Christopher*

  Unos me saludan, otros me felicitan, pero mi mente esta en otro lugar, en Ariadna. Ha salido al jardín y la he visto mirar el entorno hasta que sus ojos se han detenido y se ha quedado parada. Sigo su mirada sin llamar la atención y veo a un joven que me es familiar. Su cara esta sonriente, no lleva traje como los demás. Va en pantalón vaquero y camisa blanca. Lo veo abrir los brazos mientras sonríe a Ariadna. No tardo en ver correr a Ariadna hacia él, cuando cae en sus brazos y se funden en un ruidoso abrazo por sus risas. Sé de qué me suena, es Johann. Su mejor amigo y parece ser que ha vuelto. Y saberlo no me es tan indiferente como debería.

—Johann ha venido esta mañana a mi casa preguntando por Ariadna. —Me comenta Alexa—.Le dije donde estaría esta noche y aceptó venir. Sabía que le alegraría verlo. Yo creo que están liados o algo, han viajado juntos por medio mundo y son amigos desde niños, me niego a creer que solo son amigos, solo hay que ver el abrazo que se han dado. Además Ariadna debería hacer algo por su familia y pescarlo, es un buen partido económico y esa alianza sería buena para mi padre.

—¿Y qué aporto yo a tu padre?

—Él te quiere tal como eres.

La miro y me sonríe, y me quedo mosqueado por sus palabras. Observo a Ariadna hablar con Johann, están ajenos a la fiesta, Bianca se ha acercado a ellos y Johann ahora la está dando dos besos, pero cuando trata de abrazarla Richard se lo impide disimuladamente.

La fiesta sigue, Ariadna y Matt se han separado un poco de toda la gente; cojo a mi hermana y la subo a dormir, está inquieta esta noche.

—¿Va todo bien?— Ariadna entra en la habitación de Emily.

—Sí, la pequeña tiene sueño.

Ariadna me ayuda a cambiarla. Cuando la acostamos nos quedamos esperando a que se duerma y no tarda en hacerlo. Me llevo el aparato para oír si llora y empezamos a bajar las escaleras.

—Ha vuelto.

—Sí—Sonríe y se detiene—. No está enfadado conmigo, y nuestra amistad es la misma—Me sonríe relajada pero no puedo devolverle la sonrisa—. ¿Pasa algo?

—No.

—Ah... No se me ha olvidado felicitarte. Es solo que me dijiste el otro día, que naciste a las diez de la noche y quería felicitarte cuando de verdad hubieras cumplido los veinticinco años. Felicidades, así era la primera de verdad—Ariadna me tiende un regalo que hasta ahora no me había percatado que llevara.

Lo abro, no es muy grande e intuyo que puede ser.

—No sé si te gustará... no me ha quedado muy bien...— Sus dudas vuelven a ella y lo destapo aun más de prisa. Y cuando veo ante mí el retrato que ha pintado, en el que tengo a Emily en los brazos, me quedo sin palabras. Emily me está cogiendo la cara tratando de imitar mi forma de besarla y yo le sonrío mientras lo hace. Al mirarlo veo complicidad y un profundo cariño. Es precioso.

—No tenías fotos con Emily en el salón y pensé... pero si no te gusta...

Miro a Ariadna esta mordiéndose el labio. Yo me quedo mudo mirando sus labios, mirándola a ella, perdido en sus detalles, en su forma de ser, en todo y hago la mayor estu.pidez hasta el momento. La beso.

Ariadna se queda quieta tan sorprendida como yo por el gesto, pero sus labios no tardan en seguir los míos y los míos no tardan en perderse en los suyos. La acerco a mí dejando el cuadro entre los dos, sintiendo como cada fibra de mi ser estallan con este contacto. Su sinceridad a la hora de besarme me traspasa, no se deja nada en ella, puedo sentir como se da por entera al beso y como su mano tímida se apoya en mi cuello, y es esta intimidad, ese temblor incontrolado lo que me hace volver de golpe a la realidad. Ariadna es muy joven. ¿Que estoy haciendo?

—Lo siento Ariadna, esto no debería haber pasado.

Me voy sin poder mirarla, pues temo ver las lágrimas en sus ojos provocadas por mis palabras. Pero es más fácil decir eso, que decirle que nunca en mi vida un beso había sido para mí tan intenso.  

*************avisoo****************

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