*Narra Christopher*
Me escabullo de la fiesta y salgo hacia donde se ha ido Ariadna. No tenía claro si venir esta noche, hasta el último momento estuve dudando, y si vine fue precisamente por el motivo por el que dudaba, Arianda. El abrazo que nos dimos me impactó, deseé alargarlo, besarla y hacerla mía... hasta que me horroricé de mis pensamientos por la juventud de Ariadna. Me enfurecí conmigo mismo, por ver deseo en un sencillo abrazo dado con el corazón y la inocencia, por haber querido abrazarla y no soltarla, para besarla hasta que ambos perdiéramos el sentido. Me estoy volviendo loco, pues por las noches sueño con su sonrisa, con su mirada y con sus besos aun no dados. Esto es una locura y tengo que ponerle fin cuanto antes, por eso estoy aquí, siguiendo el camino que tenía pensado antes de que Ariadna irrumpiera en mi vida, pero cuando se abrió la puerta, lo que
menos esperaba era verla a ella, que estuviera aquí.Al verla me costó reconocerla sin sus coletas, y así vestida tan elegantemente y con su precioso pelo castaño, suelto.
Me impactó, me quedé sin palabras y no sabía que decir para no parecer imbécil por mirarla embelesado. Cuando Alexa llegó puede ver como sus ojos sinceros se tornaban tristes y supe que yo era el causante de esa tristeza. No sé que pasa entre nosotros, pero ahora sé que no soy el único que se ha visto arrastrado a esa locura.
La veo sentada en un banco, sus zapatos reposan en el suelo y mira la noche como si fuera parte de ella. Su vestido no es como el del resto, parece un hada escapada del jardín, que ahora, en la soledad de la noche, ha encontrado su sitio. Ella no encajaba en el salón, ni yo tampoco. No me he sentido a gusto en toda la noche y mi mirada buscaba la suya, deseaba ver su sonrisa, ver en ella que todo seguía como siempre. ¿Y para que? No lo sé, pero lo necesito. Tal vez lo más sensato sería irme, seguir con mi vida, no estar observándola...pero no puedo.
-Hace buena noche-Ariadna se sobresalta y baja los pies del banco.
Me percato que está llorando y se me parte el alma.
-Sí.
Se gira para secarse las lágrimas esperando que no me dé cuenta, dudo si irme o no, pero finalmente me siento a su lado. Es como si una parte de mí no pudiera resignarse a dejarla en paz.
-No me gustan mucho este tipo de fiestas-Ariadna se gira y se mira los pies descalzos.
-Yo las odio.
-No sabía que eran hermanas.
Comento como si eso lo explicara todo, como si con esa simple frase ella entendiera cuando siento hacerla llorar.
-No nos parecemos mucho.
Por la forma que lo dice sé perfectamente a que se refiere.
- Esta noche eras la más bonita en todo el baile, Ariadna.
Me culpo por ser tan débil, por no callar y dejar de estropearlo todo aún más, pero cuando ella me mira con los ojos abiertos por el asombro y la duda de que lo que digo no sea cierto, sé que no puedo mentirla.
-Pero no se lo digas a tu hermana.
Sonrío y espero que ella sonría y así lo hace. Me relajo, y al ver su sonrisa sé que llevo toda la noche echándola de menos.
-No se lo diré, de todos modos no se lo creería. Yo no tengo gusto para ir a la moda.
-Estabas pintando antes de la cena.
-Se me olvidó lavarme las manos.
Sonríe y se las mira, las uñas las lleva muy cortas y con un color rosa claro pintadas. Recuerdo sus manos machadas y como ese olvidó me hizo ver a la Ariadna que he conocido estos días. -Soy un desastre.
-Eres tú.
Ariadna me mira una vez más. La observo, y cuando siento otra vez este deseo equivocado me levanto. Esto no debería pasar, debería estar sintiendo esto por su hermana, no por Ariadna.
Ella tiene una vida por delante para ser joven, para vivir... y yo tengo una vida por delante para ser responsable, Emily ahora es una parte de mi vida y tengo que ser sensato. Ya no soy ese chico joven despreocupado, siento que desde que tengo a Emily he madurado de golpe. Y Ariadna aun tiene muchos años por delante para madurar sola...
-Es mejor que regrese o tu hermana saldrá a buscarme.
-Sí, ahora que es casi tu prometida no puedes hacerle ese feo.
Lo dice seria y la realidad me golpea, sabía que al venir aquí aceptaría una relación más seria con Alexa, pero ahora dicho por Ariadna siento que me asfixia el aire... es lo que quería... lo que quiero. Me recuerdo.
-Seremos cuñados.
Trato de sonreír, de poner un poco de cordura en todo este asunto, pero Ariadna solo me mira con seriedad y asiente.
-Sí. Bueno me subo a mi cuarto, nadie me echara de menos en la fiesta, Bianca y Richard ya se han ido. Buenas noches Christopher.
Arianda se levanta y recoge sus zapatos para irse sin mirar atrás, y mientras la veo entrar por la puerta trasera en la casa, sé que ella no ha dicho toda la verdad, pues si hay alguien que la echa en falta ahora que no esta, ese soy yo. Y esto no debería estar pasando. Ojalá el tiempo me haga dejar de sentir.
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Enamorada Del Novio De Mi Hermana (Christopher Velez) [Terminada]
Novela JuvenilAriadna siempre se ha sentido diferente Con sus 19 años no aparenta mas de 15 y para eso no ayuda mucho que siempre lleve trenzas por que le molesta el pelo al pintar Hija de un Gran empresario y ademas marques nunca se a sentido a gusto en la soc...