Nightmares ❥ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ

21┇VEINTIUNO

❝Dudas. ❞

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—Dile la verdad, están cerca —comentó la señora Ackerman a mi madre.

Apoyé mi cabeza en el respaldo del asiento, tratando de escuchar más la conversación. Se suponía que ya nos estábamos por ir, pero el rostro de Kuchel parecía muy tenso al decir las palabras. ¿Decirme qué cosa? Aunque dudaba que sea para mi ese comentario.

—Luego —respondió mi madre—. Estaré cerca.

—Riva mirara el perímetro, pero ten cuidado.

Dicho eso, escuché la puerta del vehículo abrirse y así mismo ser cerrada. Ella se encontraba algo pálida y nerviosa, como si estuviera por perder algo sagrado de su vida.

—¿Estas bien? —me dediqué a preguntar.

—Sí, tranquila.

Empezó a manejar, saliendo por el extenso camino de la salida. Me acomodé, mientras miraba por la ventana. Ya me estaba empezando a gustar salir de viaje, quizás debía unirme a las próximas salidas que Hanji podía planear.

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Mientras mi madre buscaba una canción con el control que se situaba debajo del volante, un sonido extraño inundó todo el vehículo. Provenía de su celular negro, que lo cuidaba como oro. Su pantalla titilaba la palabra "Elite", como una alarma de bomberos o parecido.

— ¿Quién es Elite? —me atreví a preguntar.

Mi madre no me respondía, se concentraba en acelerar más su vehículo hacia una carretera rápida. Los sonidos de las bocinas de otros autos, aumentaban mis nervios. Ella nunca aceleraba más de 100km/h. Me agarré del asiento, buscando la cordura de ella. Desde que sonó ese celular, no dejaba de aumentar la velocidad hacia una ruta desconocida.

— ¿Mamá? —pregunte nerviosa—. ¡Ma...!

Escuché el derrapé del vehículo, mientras trataba de parar de golpe. Opte por tapar mi rostro, mientras chillaba de miedo. No entendía nada de lo sucedido. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué era Elite y por qué mi madre se ponía así de tensa con una llamada?

—Quédate aquí y toca la bocina si sucede algo.

Quité ambas manos, al escuchar el sonido de la puerta y el seguro ser puesto. Ella se dirigía a un trote rápido hacia el bosque, mientras el celular que, anteriormente sonaba, descansaba entre sus dedos tensionados. No parecía haber nada más al fondo del lugar, pero quizás se conocía el camino.

Pasé mis dedos por mis mejillas, había lagrimeado ante aquella situación. Todavía no me podía creer que mi madre haya manejado como una demente. Suspiré, observando su cartera cerca de la palanca de cambio. Quizás la curiosidad había ganado, que ya me encontraba inspeccionando. Normalmente siempre llevaba un dulce o unas pastillas contra los nervios, cosa que me podía servir.

Fruncí el ceño, al ver un cierre oculto al fondo del bolso. Nunca lo había visto, siempre revisaba su cartera por comida, pero ahora había todo, menos eso. Me sorprendí al ver un libro mediano y viejo en aquel compartimiento. Tenía la palabra Elite en medio. No poseía editorial y palabras en la contratapa. Lo saqué del bolso, para así ver el contenido.

Libro único y autentico con dos ejemplares en el mundo. Propiedad de las bibliotecas de los institutos "..." y "...". Se recomienda discreción al leerlo.

Alce una ceja, ¿Por qué mi madre tendría esto? Y, además, ¿Qué era esto? No entendía mucho a lo que se refería. Me dedique a ver si mi madre se encontraba todavía fuera de mi vista, para leer una página más.

Legión, Tropas y Policía. Ramas únicas y diferentes, con conocimientos básicos y extensos de...

Al verla salir de entre los árboles, dejé la lectura lo más rápido posible. Tenía unas imágenes de unos escudos y una flor que podía recordar perfectamente. Era la misma que tenía en mi espalda desde pequeña, la que vi en el hospital y en el antebrazo de Shiro. Guardé rápidamente el libro y cerré su cartera para verla acercarse al auto.

—Lo siento por tardar —dijo con una sonrisa, una vez sentada en su asiento.

—No fue nada —comente confundida.

La vi encender el motor, empezando a volver por el camino que habíamos pasado minutos atrás.

— ¿Sucede algo? —preguntó al notar mi silencio.

—Sí, ¿Qué fue todo ese trayecto?

—Debía ir al baño.

La mire irónica, al pensar que nuestra casa quedaba a cinco minutos desde la residencia Ackerman, parecía una mentira poco creíble. No quería que volviera a cambiarme de tema.

— ¿Qué es Elite?

Quedó pensante unos minutos, mientras sus dedos jugaban con el anillo de casamiento. Parecía sofocada. Tenía miedo que estuviera metida en cosas ilegales.

—Te lo explicare más adelante.

Dicho esto, no hablamos más. Guardó silencio ante mis preguntas, del por qué o qué habían detrás de esos árboles. Merecía una explicación ante mi casi susto de la velocidad, pero no la tuve.

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