❝Desorientada.❞
✧
Mi campo auditivo se llenó de diferentes sonidos. Pude relacionar algunos, como el tecleo de un celular táctil, el zumbido de las hondas de un osciloscopio, y otros ruidos de algún aparato andando. También percibí olores, como desinfectantes, soluciones yodadas, entre otras que desconocía completamente o las cuales mi mente no podía procesar tanto.
¿Qué me sucedió?
Mi memoria parecía una laguna, retazos de recuerdos o imágenes se hacían presentes. Personas que muy dentro de mí sabía quiénes eran, pero no podía pensar tanto, me dolía demasiado la cabeza.
Quedé nuevamente en el vacío, solo veía oscuridad, ni mi cuerpo se notaba. No había prácticamente nada, ninguna luz, persona u color que no sea derivado del negro. Las leves visiones que poseía, se borraron completamente, dejándome en la solitaria penumbra.
Podía usar los sentidos corporales, como el olfato y el oído. Intenté probar el del tacto, tratando de mover mis dedos, mi pulgar sentía una textura rasposa y suave a la vez; mientras que el índice sentía un metal duro y frío, que parecía una pinza al acorralar mi dedo.
Empecé a sentir un aparato pesado sobre mi cabeza, haciendo que mis ojos parecieran pegados e inmóviles. Me sentía muy cansada, no tenía sueño. Pero si curiosidad de lo que me esperaba el exterior.
✧
Luego de unos minutos quedando dormida entre mis recuerdos, pude reaccionar. Estiré mi zurda hacia la zona de mi cabeza, sintiendo el tacto de algo sólido y duro, tenía anchos cables saliendo de la parte frontal.
—Ya estas despertando, mocosa —comentó una fina voz femenina, con un tono indiferente.
Aquel acento se me hacía conocido, como si ya lo hubiera escuchado antes.
Un pensamiento se me vino a la mente en estos momentos. Era yo en el instituto, estaba saliendo a paso apurado por la puerta que dirigía al patio trasero, mi mirada se fijaba en varios grupos de personas al pasar por el marco. Algunos se encontraban sentados en las mesas, las cuales fabricaban los estudiantes de mecánica y otros solo disfrutaban acostarse en el verde pasto.
Un suspiro había escapado de mis labios, bajando la mirada hacia mis pies. Era nueva en aquel lugar, y mis pensamientos estaban centrados en un joven que anhelaba por encontrarme aquí. Me senté bajo un gran árbol que no daba frutos, siempre con dos libros en mano, a uno lo deje a mi izquierda mientras que al otro lo leía. Mis dedos rozaban las hojas, sintiendo la suave textura, tratando de buscar la página deseada.
Me quedé leyendo varios minutos, terminando en la página cuatrocientos, donde coloqué un dedo como guía antes de dejar el papel que usaba como separador. Mi vista curiosa se dirigió hacia los grupos, parando en uno solo por varios minutos, allí se encontraban dos jóvenes de cabello moreno, cinco castaños, tres rubios, un chico pelado con una de cabellos rojizos claros hablando animados.
¿Qué se sentirá tener amigos o ser aceptado por una comunidad? No era de ser una persona amiguera, normalmente me encantaba permanecer al margen de todo, dedicándome a estudiar lo que mi madre tanto quería que fuera o viviendo en mi mundo. El mudarnos cada año de lugar, me hacían querer menos el tener amigos.
Cuando escuché la campada del fin de receso en mis oídos, me paré con libros en mano, sacudiendo la falda que me llegaba hasta por debajo de la rodilla, para quitar las hojas, y así mismo me dirigí a la entrada. Allí se encontraban el grupo que vi con anterioridad, solo que al querer encontrarme con sus rostros, la imagen se volvió negra.
Otro recuerdo se hizo presente, estaba sentada en el vehículo, observando las palabras que había en un libro con portada negra, eran tan llamativas que las yemas de mis dedos no se contuvieron a pasar por encima.
Me fijaba a mi lado, encontrándome a un joven de cabellos morenos, con auriculares blancos en sus oídos. Movía la cabeza de forma vehemente, al sonido de la música que no se podía apreciar, sus dedos se meneaban de forma hábil, al escribir en su celular. Usaba guantes sin dedos, con una chaqueta cerrada con gorra y pantalones azules oscuros.
Proseguí a llevar mi vista hacia adelante, observando a dos mayores de cabellos igual al azabache, solo que la mujer tenía rizos levemente claros llegando a hacer castaños.
Mi familia.
—Hijos, ¿Están seguros de hacer eso? —comentó mi madre, con un reprimido tono nervioso.
Se veían inseguros, como si nos entregarían a la boca del lobo. Yo suspiré de forma desganada, como si aquella pregunta la hubiera hecho tantas veces, repitiéndole a cada rato que estaban seguros ambos. Esperando a que mi hermano responda la pregunta, lo miré de reojo, viendo que apenas podía enterarse de lo que pasaba a su alrededor.
—Si ma, ¿Por qué preguntas tanto? —pregunté confundida.
—Tengo miedo que les pase algo —hablo insegura.
La vi bajar la mirada nerviosa, entre sus manos se encontraba un celular negro, el cual parecía aquellos Nokia viejos, pero con pantalla más grande y pocos botones, a este mismo lo pasaba de una mano a otra. Haciendo sonar su impacto contra sus anillos.
—Estaremos bien. De todas formas, irán algunos de nuestros compañeros. —concluí.
✧
ESTÁS LEYENDO
Nightmares ❥ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ
Fanfic❝Donde la verdad comienza a salir a la luz.❞ ゞ Nombre anterior: The Beginning of Truth. ゞ Historia de ❛ Levi Ackerman x Reader/OC. ゞ Prohibida copia y/o adaptación. ゞ Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, a excepción de los OC. ゞ C...