¡Es tan sexy!

6.9K 647 407
                                        

Un joven de apariencia seria y casi inexpresiva caminaba con pasos pesados, dos oficiales lo escoltaban a su celda.

Era un pasillo oscuro y que apestaba a lo más desagradable del mundo, así lo describía Sasuke Uchiha.

Chiflidos y gritos llenaron el silencio de ese lugar, todos esos malditos recluidos de la sociedad miraban cual depredadores hambrientos al nuevo criminal que a sus ojos era inofensivo y bastante domable.

-Entra.- le ordenó de mala gana uno de los oficiales. Él lo hizo sin poner resistencia o hacer escandalo.

Sólo tenía un compañero, el cual era una bola enorme de músculos exagerados y grotescos, según la perspectiva del joven Uchiha. Calvo, lleno de tatuajes de cualquier estupidez para intentar aparentar rudeza, y sobre todo lleno de piercings en la cara.

Este mismo mostraba una sonrisa de dientes amarillos y chuecos, y su opaca mirada solo reflejaba deseo carnal.

-Pero miren esto, es una cara bonita. –todos estallaron en carcajadas al oír al grandulón burlarse. –Apuesto que allá afuera tenías locas a todas las perras ¿cierto? –

Sasuke lo miró por escasos segundos y simplemente pasó de él, comenzando a tender su cama, dispuesto a irse a dormir pacíficamente.

-¿Pretendes ignorarme, niño bonito? –Las cosas del más joven terminaron en el suelo luego de recibir un empujón.

Todos se quedaron callados a la expectativa de cómo reaccionaría el nuevo. Pero para su sorpresa este ni siquiera se inmutó y solo recogió sus cosas del suelo.

-¡Estrénalo de una vez! –gritó alguien con malicia.

-¡Enséñale como recibimos a los nuevos en este lugar! – se unieron más gritos.

El hombre grotesco sonrió. –Excelente idea. –y al decir esto sujetó a Sasuke del hombro dándole la vuelta para estar frente a frente.

El pelinegro afiló sus ojos negros y pronunció con autoridad y convicción. –Deja de tocarme, me das asco. –

-¿¡Quien te crees que eres!? –obviamente ofendido le tiró un puñetazo a la cara de marfil.

Sin embargo para sorpresa del hombre grotesco, el chico lo esquivó con facilidad, dándole un certero golpe en el abdomen que lo mandó al suelo.

-Hijo de puta. –se levantó. –Te la meteré tan duro que tendrás que usar silla de ruedas. –

Y al parecer el inmutable Uchiha cedió, ya que su hombría había sido atacada directamente.

Con rapidez e inteligencia tomó unos audífonos que estaban en la cama de aquel hombre, y sin dar tiempo a más golpes los enredó en el cuello ajeno y comenzó a apretar.

-El que te va a romper el orto seré yo. –Le susurró burlón, haciendo que el otro se imaginase lo peor. Sin embargo lo único que vio fue el piso, una y otra vez.

Ya que el asiático comenzó a estrellar su cabeza hasta hacerlo sangrar, eso sumado a que no podía respirar bien. El alboroto alertó a los guardias que entraron en grupo para calmarlos.

Lo que vieron los dejó horrorizados, el tan respetado jefe de la prisión estaba siendo sometido por el violento recluso de nuevo ingreso.

-¡Detente, hombre! –se acercaron sin embargo también recibieron un par de golpes por entrometidos.

Fue hasta que le dieron una descarga eléctrica que Sasuke cedió el agarre, luego de eso llevaron al herido a la enfermería y al Uchiha a la zona de reclusos psicóticos ya que se negaban a creer que un nuevo haya actuado así bajo sus cinco sentidos.

P R I S I O N E R ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora