P R I S I O N E R O

Un mal día

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La familia Uchiha alguna vez fue próspera y poderosa, Fugaku fue el hombre encargado de subirlos a lo más alto, era un tipo orgulloso de su legado.

Fue un abogado, una profesión bien pagada, pero llevando casos ordinarios a la corte no se amasan fortunas y eso lo sabía perfectamente.

¿Entonces?

Encontró la mina de oro, empezó a relacionarse con personas problemáticas, gente realmente malvada y asquerosa para ser exactos. En poco tiempo se convirtió en el abogado defensor de un selecto grupo de criminales peligrosos que raramente eran atrapados, pero cuando caían ahí estaba Fugaku Uchiha para ayudarles.

El dinero comenzó a llegar, tanto dinero que mudó a su esposa a una mansión, cubrió el cuello de Mikoto con diamantes y la introdujo a la alta sociedad, como ella siempre soñó.

El matrimonio feliz tuvo a su primer hijo Itachi, un doncel que prometía convertirse en una belleza única al crecer. Después llegó Sasuke, él varón que heredaría todo lo importante que poseían, Fugaku esperaba que ese pequeño niño se convirtiera en un excelente abogado.

Todo era perfecto.

Hasta que el trabajo del Uchiha mayor se volvía cada vez más exigente, ya no solo tenía que defenderlos en el juzgado, ahora debía involucrarse tanto que prácticamente era un cómplice más.

Sus clientes comenzaban a acosarlo, esperando un punto de quiebre en el que Fugaku decidiera traicionarlos, después de todo ya sabía demasiado. El Uchiha nunca lo haría, no quería que su adorada familia terminara muerta por culpa de un error.

Juró que podía encargarse de los problemas solo, que Mikoto siguiera en su burbuja donde es una reina, que sus hijos siguieran creciendo como niños normales, él era el padre que soportaría cada uno de los golpes.

Itachi cumplió 16 años cuando se enteró de todo, era muy inteligente así que no le costó descubrir el trabajo secreto de su padre. A pesar de saberlo decidió que no se involucraría ni haría que su madre y hermano se preocuparan.

Un día Fugaku recibió una llamada, era Itachi, a esa hora se supone estaría en sus clases de la escuela, respondió rápidamente. 

-Padre, necesito que vengas a buscarme...-hubo una pausa. - Llega antes de que la comida se enfríe, no nos hagas esperar mucho. -el corazón de Fugaku se detuvo por un momento al escuchar esa frase de una voz de un hombre que no era su hijo.

Respiró hondamente y se encaminó a la dirección indicada; un restaurante lujoso en el centro de la ciudad.

Luego de esa reunión tuvo que sincerarse con su hijo, el responsable de esto fue Madara Uchiha. Lo buscó exigiendo su respaldo legal para hundir a otro cabecilla criminal, alguien con quien ya había trabajado antes, así que debía traicionar a esa gente para satisfacer al hombre de cabellera larga.

La espada en su cuello y su espalda contra la pared.

Su familia estaba en peligro.

Itachi lo ayudó a cargar con el peso y comenzó a involucrarse en los negocios de su padre, juntos mantuvieron el control de la situación.

Madara no los volvió a dejar en paz una vez que cumplieron con su petición.

Ese hombre era poderoso e invasivo, prácticamente le puso una correa tensa al cuello de Fugaku.

Itachi tenía 19 años cuando Madara, el hombre de tal vez 40 años, comenzó a interesarse en él.

"Eres tan hermoso, no deberías trabajar en asuntos de tu padre"