CAPÍTULO 4

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Narra Daryl

No sé qué carajos pasaba por mi cabeza, estaba deseando ver que Lucy estuviera bien, ahora que la tengo frente a mis ojos, no hago nada más que tratarla como la mierda. Soy de lo peor.

La noche había caído en Alexandria. El chico Grimes le había pedido a Lucy que hoy durmiera en la misma habitación que el hombre y la niña, los cuales no recuerdo sus nombres y no me interesa recordarlos, por si intentaban hacer algo que nos pusiera en riesgo.

No entiendo cómo después de lo qué pasó, Carl aún siga confiando en Lucy, o parece que jamás dejó de confiar en ella.

Estaba sentado en el Porsche de la casa de los Grimes, esta noche no podía dormir, aunque eso ya no era raro.

Entre sigilosamente a la casa, al parecer todos estaban dormidos. Solo quería asegurarme que ese hijo de perra no haya dormido en la misma cama que Lucy. Justo cuando estaba por abrir la puerta, me arrepentí y decidí volver a donde estaba antes.

Todo esto es muy estupido, hace algunas noches estaba teniendo sexo con Lucy y ahora ella está durmiendo con otro hombre. Que patético.

Salí nuevamente y me senté en una de las sillas, no pasó mucho cuando escuche ruido detrás de mi, rápidamente voltee.

Allí estaba ese bastardo.

-¿Se te ofrece algo?- pregunte.

-No podía dormir.

Desde el momento en que vi a este hijo de perra, supe que el y yo no nos llevaríamos bien.

-Lucy suele ser molesta a la hora de dormir.

Ahora el bastardo me veía confundido, lo he pillado.

-No se de que me estés hablando- dijo de manera burlona.

-Olvídalo- no tengo ganas de lidiar con gente idiota.

Narra Lucy

Los rayos del sol chocaron en mis ojos y poco a poco fui abriendo los ojos acostumbrándome a la luz, sentí peso sobre mi estómago y mis piernas, Ellie tenía las piernas encima de mí. Con mucho cuidado la aparte de mi lado para que no se despertara y me senté en la cama.
Mire hacia abajo esperando ver a Joel, él había decidido dormir en el piso, pero no había nadie.

Rápidamente me puse mis zapatos y salí de la habitación.
Comencé a buscar por todas las habitaciones de la casa, por un momento temía que Joel fuera mala persona y haya hecho algo estúpido que pusiera nuestros traseros en riesgo.

Camine hacia la cocina y allí estaba la última persona a la que quería ver en este momento... Daryl.

-¿Se te ofrece algo?- pregunto de manera agresiva apenas cuando me vio entrar.

Su presencia hacia que se me pusieran los nervios de punta.

-Eh... me preguntaba si tú... ¿Has visto a Joel?

Daryl frunció el ceño y luego se río burlonamente. Esto no me pinta nada bien.

-No, no lo he visto.

Suspire frustrada y salí de la casa a toda prisa, por suerte me encontré con Joel sentado en una de las sillas que se encuentran en el porsche de la casa de los Grimes.

-Joel-dije apenas susurrando.

El hombreo volteo hacia mí y su mirada se suavizo al verme.

-¿Y Ellie?

-Sigue durmiendo.

El silencio reinaba entre nosotros, al menos no es tan incómodo como pensaba.

The Last War (Daryl Dixon) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora