p r e g n a n t ▶ 아기 /// DOPIL

XII

—¿Seguros que es comida suficiente?, ¿No quieren más? —Mi papá nos miró suplicante, juntando sus manos en su regazo —Tengo más si necesitan —DoWoon rió desde lejos ante la pequeña rabieta del mayor.

Después de haber pasado casi dos días enteros en casa de mis padres, mi novio (ahora prometido) y yo, nos íbamos de regreso a casa de nuestro rubio amigo. Le había contado a mis padres de la propuesta del pelinegro, mi padre lo miró con confianza y le murmuró: bien hecho.

—Sí, estamos bien, Pá —Lo abracé antes de subir a la motocicleta, donde Yoon estaba montado mientras platicaba con mi padre —Vendremos más seguido a visitarlos.

—Espero y cumplas tu promesa, cuando te mudaste dijiste lo mismo —Acarició mi cabello —Cuídense, cariño —Besó mi frente y asentí.

Enseguida nos separamos, fui corriendo hacia la moto, DoWoon había dejado de hablar con mi padre y ahora los dos adultos estaban en la puerta abrazándose mientras movían sus manos en forma de despedida, parecían revista de adolescentes en esas secciones de '¿quién sería tu pareja perfecta?'. Pasé mis manos alrededor de la cintura de Dowoon y este comenzó a reírse por las cosquillas que el tacto le causaba. Ambos por fin nos fuimos cuando el vehículo arrancó.

Acomodé mi cuerpo en el pequeño espacio, dejando mi mejilla recargada en la espalda del chico. Me sentía cansado, la cama de mi casa era solo para una persona, por lo que no era muy cómoda y solo una persona podía dormir en ella, y yo quería dormir con mi Woonie.

Estreché el cuerpo bien formado del chico entre mis brazos, como extrañaba tocarlo sin la ropa. La mañana anterior, cuando nos besamos, justo en la parte en la que el capítulo terminó. No pude evitar meter mis manos en los pantalones del chico, digamos que pasó más que un beso, y terminé con algo en la boca más que el desayuno, por suerte, mis padres no cruzaron por el pasillo, aún así creo que debimos cerrar la puerta.

El caminó fue silencio, no incómodo, con él nada era incómodo. Extrañaba a los chicos, supongo que era el instinto maternal de que algo malo pasaba en casa, pero estando Sungjin, el rey del orden, debía estar al menos un poco cuerda aun la salubridad de nuestra casa. Quería llorar de tan solo recordar a los chicos.

Me imagino que alguien se preguntará: ¿Qué pasó con la banda?, ¿Qué pasó con Day6?. Lo que pasó, es que me dejaron embarazado, eso pasó. Desde eso, Sungjin decidió hacer un 'descanso' para nosotros, mientras el embarazo pasaba. Sabía que le dolió mucho, la banda era su sueño, se notaba en su mirada apagada como extrañaba cantar en presentaciones.

Day6, era lo que nosotros queríamos ser, pero no todo se puede en esta vida, al menos éramos felices entre nosotros. Posiblemente en un futuro nos volveríamos a reunir como banda. Pero por el momento seríamos solo personas normales. De cualquier forma, no era como que fuéramos muy famosos, más lo eran un grupo de baile, si no me olvidaba del nombre eran algo como 'bities', yo que sé, solo soy un hombre embarazado.

Si nadie se lo preguntó, no importa, en todos los fics dan información de más. Este no debía quedarse atrás.

—¿Listo para ver un desorden del infierno? —Me quitó el casco color rosa, una vez estuvimos en la cochera de la casa.

—No creo que esté tan mal, Sungjin ha de haber sabido como llevar la situación —Abrí la puerta que llevaba al otro lado de la casa —Uff, ya extrañaba el olor a comida quemada —Pasamos por la sala, luego por el pasillo, hasta nuestra habitación/ex-habitación de Dowoon.

Era algo bello el dormir con DoWoon, él me despertaba con una sonrisa todos los días, diciendo cosas tiernas, no sólo para mí, sino también para el bebé. Me gustaba mucho su actitud de padre. Comenzamos a sacar las cosas de la mochila del pelinegro, solo nos quedaríamos a cenar, supuestamente. Mi papá terminó dándonos todo el refrigerador.