XIX

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Pil pasó un dedo en la sedosa cabellera negra, sintiendo algo lindo al ver como la pequeña trataba de tomar su dedo con dificultad. Sonrió triste y soltó una pequeña carcajada amarga, por más que quisiera pensar que DoWoon lo buscaba, por más que se mintiera diciendo que estaba ahí afuera, no podía simplemente creer.

Sus padres y amigos le habían afirmado una y otra vez que el no estaba, el enojo de su padre no ayudaba mucho a mantenerse tranquilo tampoco. Se acercó un poco a la carita de EunHa, admirando su rostro, para luego dejar un beso en su frente. Ella tenía todo lo que amaba de Yoon, sus labios, su potente azabache en el cabello y esos enormes ojos café oscuro, era como ver una copia de su... Ya ni sabía que era de él DoWoon.

Ese era ya el tercer día que no lo veía, desde que lo vio a través de las puertas de la sala donde le harían la cesárea, sus labios susurraron un leve 'Te amo' con los ojos cristalizados. Recordar esa escena solo lo hacía más duro.

Por la ventana, por primera vez y como en las películas cliché, llovía como un diluvio, recordó como DoWoon se sentía mal en ese tipo de días, en los cuales solo le gustaba tomar una ducha caliente y comer pan integral con yogurt. Amaba cuando se duchaba con él, le lavaba y besaba en todo el rato, haciéndole sentir como la cosa más bella en el mundo.

La pequeña en sus brazo bostezó tiernamente, acurrucándose en el pecho de su padre, Wonpil la abrazó un poco más fuerte, cuidando aún de no aplastar su cuerpecito, también se acomodó. La noche había caído por fin en la ciudad, dio gracias al cielo que le dejaran aún estar con su princesa. No había salido del hospital, y lo agradecía, porque así DoWoon sabría donde buscarlo si regresaba.

Cerró los ojos, sintiendo lo húmedo de sus pestañas, por más que lo hiciera, no podía seguir creyendo que el pelinegro volvería. El llanto de EunHa le hizo sobresaltar y abrir los ojos, había estado inquieta, MJ le dijo que posiblemente sentía la angustia de su madre.

—Tranquila, amor —Rosó su nariz con la suya, sonriendo con tristeza —Yo no te dejaré princesa —Dicho esto su voz se quebró, como le dolió admitir que no era tan fuerte estando sólo.

EunHa en seguida volvió a mirarlo, con ojos enormes y su boquita abierta, Wonpil sabía que ella no entendía lo que decía, pero buscaba la forma de comunicarse con ella. Aunque fuera con una mirada. La pelinegra fue cerrando sus ojitos inconscientemente, con los labios abiertos, justo como DoWoon dormía.

—Descansa.

Volvió a cerrar los ojos, seguro de que esta vez si lograría por fin mantenerlos así. Los recuerdos desbordaban, volviéndose lejanos y crueles, se odio, tal vez era su problema, tal vez fue su culpa que su Woonie se alejara, que lo dejara después de haberlo cuidado por meses hasta ese día cuando por fin la pequeña vio la luz. Solo necesitaba eliminar la culpa, quizá nunca lo amo y solo eran mentiras cuando le decía la frase, en ese momento solo parecía papel mojado, sucio, una flor marchita.

Sus amigos le habían dicho que el chico se había llevado todo excepto su dinero, su ropa, sus audífonos, sus fotos con Wonpil, habían desaparecido. Se volvió un punto inexistente en la tierra, las llamadas, no eran contestadas al igual que los mensajes, ya se habían cansado de intentar comunicarse con él, era en vano cualquier intento.

Pocos segundos después, el sueño le ganó, se sintió (después de tres días sin dormir) relajado y tranquilo, con solo tener a su niña en brazos.

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—Por última vez, señores. Les digo que la hora de visitas se ha terminado —La voz de enfermera era dura, ¿Cómo no?, si llevaba una hora peleando contra esos dos hombres testarudos.

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