XXI

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El hombre en la asiento del conductor era intimidante, su mirada dura y mandíbula naturalmente firme le causaba ganas de llorar de tan malo que se veía, como esos villanos de las películas que solo quieren hacerle daño al protagonista y robarse a su bebé.

Le intimidó desde que lo vio junto a ese lujoso auto, le parecía alguien muy lindo, con unos ojos que con solo mirarte te hacían ponerte de rodillas ante tal adonis. Su voz gruesa lo echó todo a perder, asustando de sobremanera al castaño que hasta retrocedió al escucharlo.

Aunque le agradecería después al hombre Mr. Sexy Adonis, cuando estuvieran en casa, seguros, con su bebé lejos de ese tipo que daba más miedo que tranquilidad, con solo verlo le daban escalofríos. Su altura era lo que le causaba un dolor en la panza, verlo desde abajo no era divertido.

La pequeña pelinegro se encontraba entre sus brazos jugando con una de las llaves de colores que el chico malo le había regalado, no era tan malo, pero a Wonpil le gustaban los cuentos y quería pensar que sí lo era. La niña quiso poner el juguete en su boca pero se lo quitó y negó con el dedo hacia su carita, los ojitos de EunHa lo miraron y comenzó a reír, cosa que descubrieron y hacia, cuando los despertaron juntos en la camilla, DoWoon con el cuerpo de Wonpil sobre él y la menor entre los brazos de su madre.

Extrañamente, como salieron de hospital fue más fácil que entrar, solo fue dejar una firma y decir: Oh, claro sí, él es mi esposo. Buscar ropa que le quedara al menos un poco bien entre las prendas de su mayor y un precioso mameluco violeta, obviamente perteneciente a la bebé (un regalo de Sr. Sexy Adonis). Tomando en cuenta que una enfermera le descubrió besándose con el menor y casi lo sacó a patadas, solo que paró cuando dijo que el chico era su esposa, por suerte les creyeron.

Dirigió la mirada al asiento del conductor, ni siquiera el nombre del chico ni de que les tocaba sabía, se removió incómodo y miró por la ventana las calles frías, no había parado de llover en toda la noche.

—Woonie —El mencionado paró de hablar —Emm, ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro, pequeño, ¿Qué pasa?

Wonpil miró al chico y luego a su novio —¿D-de qué te toca este joven? —Bajó la mirada sonrojado, tocando las mejillas de la menor.

—Oh —DoWoon miró al chico conduciendo, este sonrió dando la vuelta en una curva. Había olvidado por completo contarle a su pequeño sobre ambos —Se me olvidó, lo siento. Él es Yoon Seung Hyun, mi hermano mayor.

—Por fin conozco a alguien de tu familia Woonie —Sonrió, haciendo a los otros imitar su acción, era cierto cuando DoWoon decía que algo en su novio era capaz de hacer felices a los demás —Es un gusto Seung Hyun.

—El gusto es mío, Wonpil —Apagó el auto con una sonrisa seductora, aunque esta era más natural en él.

Los dos pelinegros bajaron y Wonpil admiró la escena, y era cierto, su piel morena, el cabello y color de ojos, además de la voz gruesa, eran parecidos... Bueno casi, esa sonrisa seductora era de familia. El mayor de los hermanos se puso atrás del auto para sacar la mochila y ropa húmeda del portaequipaje, su futuro esposo se acercó por su lado para abrir la puerta, pero el mayor llegó antes y logró abrirla por sí mismo, dándole una sonrisa al chico frente a él besando rápido sus labios. El pelinegro extendió sus brazos hasta la niña dormida, el castaño se la entrego para ir después con su supuesto cuñado, por las cosas que sacaba del maletero. Se puso junto a él, vaya que el tipo era enorme, si al lado de Dowoon se sentía pequeño, y su hermano era más alto que él... Se sentía muy humillado.

El moreno volteó y cerró la gran puerta, el castaño estiró una de sus manos para tomar la pañalera color lila de EunHa, pero Seung Hyun le regañó con la mirada y movió su dedo negando.

—No, recuerda que el doctor te dijo que nada de esfuerzos —Señaló su abdomen, donde estaba una gran cicatriz, la cicatriz más hermosa que pudiera tener.

—Solo es la pañalera, Seung Hyun, no me pasará nada —El moreno comenzó a caminar hacia la puerta abierta.

—Sí, pero no quiero que DoWoon me corte lo que necesito para divertirme. Además, me tampoco quiero que estés mal —Pellizcó la nariz del menor y así ambos llegaron hasta la casa.

Entraron, y en seguida sintieron la tensión en el ambiente. Notaron al pelinegro en la sala sentado con la niña en brazos, arrullándola con una melodía suave, siendo atacado por los cuatro pares de ojos, como alcones.

Los ojos de Jae lanzaban rayos láser a través de sus anteojos, Brian pisaba duro una y otra vez, y la otra pareja, los miraba con atención y comprensión, típica de ambos. Im apretó la mano del chico castaño y le sonrió, se recortaron mejor en el respaldo del sillón.

Wonpil entró a la sala de estar seguido por Seung Hyun, ambos se sentaron en el mismo mueble que el pelinegro con la pequeña, dejando ir la mirada a los otros hombres frente a ellos, se miraron extrañados al ver al chico casi gigante frente que acababa de entrar.

—¿Qué pasa chicos? —Preguntó nervioso Wonpil, la mirada de todos se posó sobre su delgado cuerpo, se sintió aún más pequeño cuando todos lo escanearon.

—¿En serio? —Jae se levantó, casi empujando el cuerpo de su novio lejos, se sentía enojado y necesitaba demostrarlo de alguna manera.

—Jae, tranquilo —El mencionado lo miró, volviendo a sentarse, como con Wonpil y DoWoon, Brian y Jae habían creado un extraño lazo que hacía que con solo mirarse y tocarse, podían hacer débil al contrario. Pero aún así el enojo en el mayor no desapareció.

—Bien, pero primero danos una explicación razonable —Señaló al chico pelinegro embobado con su hija, este levantó la cabeza y vio las miradas acusatorias, comprendió en seguida y salió de la sala aún con la niña.

El castaño se chupó el labio inferior y asintió —Él llegó a mitad de la noche, y no me importó, sé de antemano que está mal perdonarlo de repente, que así solo me veo débil, pero, chicos, Jae, si YoungHyun se fuera, tu también lo esperarías, por que el amor que se tienen en algo fuerte. Me explicó que se sintió presionado, que sintió que no era lo suficientemente bueno para nosotros, pero aún así juró que nos amaría y luchará por algo mejor —Sonrió mirando hacia la cocina —Lo que importa no es que se fue, sino que ahora está con nosotros, que regresó para ser una familia —Se levantó llendo hacia la cocina, dejando perplejos a sus amigos con su madurez.

—Emm, supongo que DoWoon me hablará luego, un gusto conocerlos —Dicho esto, el Adonis salió de su casa.

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Me vale verga, sé que está culero y corto, pero al menos culmina el drama.

Solo queda un capítulo más y el final.

p r e g n a n t ▶ 아기 /// DOPILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora