El chico miró el cielo nocturno, era horrible el darse cuenta de cuanto tiempo había pasado, sin duda tenía ganas de colgarse.Llevó el trozo de pan a su boca y lo mordió, rasgó otro pedazo de la hogaza y lo hizo añicos, dejando caer luego las migas. Las asquerosas palomas no tardaron en llegar.
Se movió asustado por las aves, claro que les tenía miedo, ¿quién no le tiene miedo a esas ratas voladoras con ojos rojos?, o tal vez lo que pasaba no era que tenía miedo, sino que solo no quería estar con nadie más. Suspiró tembloroso, ya ni siquiera sabía si era buena su soledad normal o si era mala.
Mordió lo que quedaba de su pan integral y se levantó de la banca en el parque, su bicicleta estaba amarrada al árbol junto a él, se acercó a ella y con una navaja cortó la soga que sostenía al vehículo. Pudo desamarrarla, pero que pereza, no.
Algo lo detuvo, ese constante dolor palpitando en su pecho, se sentía agrio y jodidamente asqueroso. Amaba la soledad, su propia soledad, sentirse en ese ambiente pacífico que le daba el silencio, pero en ocasiones, le dolía que no siempre encontraba a alguien cerca que lo apoyara, que escuchara lo que tenía que decir. Aunque por el momento, estaba bien solo con su bicicleta, sus audífonos y sus palomas.
No le molestó nunca el hecho de que nadie lo escuchara, sus padres no lo hacían, y, con el embarazo de Wonpil, tampoco sus amigos. Así que no tenía de otra más que volver a acostumbrarse.
No negaba que estaba más que feliz por la llegada de la nueva miembro de Day6, ella sería la luz que llegaría a hacer más felices sus vidas, más feliz SU vida, ya no se quedaría en casa a hacer nada, la cuidaría mientras sus padres trabajaban. La cuidaría como un verdadero tío, la consentiría como ni Jae y Brian lo harían. Le compraría todo lo que quisiera y de más, con tal de que DoWoon ya no lo mirara como un ser malo y Wonpil se convenciera de que había cambiado.
Montó la bicicleta roja y tocó de forma infantil la campanilla que él mismo instaló en el manubrio.
Acomodó su suéter y comenzó a manejar con rumbo a su casa.El aire nocturno golpeaba su pálido rostro, alejando sus cabellos de sus pequeños ojos adormilados, favoreciendo para que pudiera ver mejor el camino hasta la residencia perteneciente al argentino. Giró en una esquina, era hermoso como las calles se encontraban calladas, sin una persona, era razonable, eran como las 12:09 p.m, según su reloj.
Miró las luces de las farolas, amarillentas y parpadeando sobre su cabeza. En la esquina había un grupo de chicos riendo como pendejos, drogados tal vez, por lo que se decidió en tomar la ruta de la esquina siguiente.
—¡Ayuda!
Sungjin escuchó a lo lejos una suave voz, miró a todos lados sin encontrar algo, tal vez solo era su imaginación jugándole una broma, cuando había mucho silencio, sentía que alguien le hablaba, pero solo era su imaginación.
—¡Carajo!, ¡ayúdenme! —De nuevo esa voz, cada vez estaba más cerca —¡Tú, ayúdame! —Paró en seco, no era su imaginación, no lo era.
Dejó su bicicleta apoyada en la pared junto a un callejón, dentro estaba oscuro, posiblemente si entraba le robarían, o lo violarían en el peor de los casos. Sacó disimuladamente la navaja cerrada del bolsillo trasero se su pantalón y fue acercándose cada vez más a la entrada del estrecho lugar. Encendió la lámpara que tenía su bici por si acaso y alumbró la espesa oscuridad, en el fondo escuchó el sonido de cajas moviéndose, el lugar en verdad apestaba.
Alumbró hasta el fondo, encontrándose con algo que le hizo erizar la piel.
—H-hey, ¿te encuentras bien? —Se arrodilló al lado del chico, tomando su cara en su mano derecha, moviéndola para ver si tenía un moretón o algo, y vaya que tenía muchos.
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p r e g n a n t ▶ 아기 /// DOPIL
FanficDowoon y Wonpil están enamorados entre sí. Una noche los dos se quedan solos gracias al rubio, y eso los une más de lo que esperaban. Todo desde el punto de vista de ambos... N/A: Algunas cosas como fechas, apellidos o familiares, fueron cambiado...