XX

307 38 15
                                    

Era como una ilusión, una que apareció de sorpresa, una que esperaba y por fin, había estado frente a él, regresándole el aliento y la felicidad, de sus ojos cayeron lágrimas dulces, sonrió, soltando varias carcajadas, tal vez solo era un sueño, uno muy bello.

Levantó una mano, hasta la mejilla ajena, la tocó con suavidad para saber si era real, lo era, las gotas de felicidad eran acompañadas por su risa. DoWoon besó su mano, tomándola también y mirándolo fijamente, el contacto en sus ojos era tan fuerte. Sus caras se acercaron rápidamente, no fueron necesarias las palabras en ese momento.

Se besaron con furor, olvidándose un rato de la pequeña. Ese beso fue como volver a ser uno mismo de nuevo, sin necesidad de penetrarlo o algo como desvestirse. Acarició las mejillas sonrojadas de Wonpil y este el cabello en si nuca, jalando un poco como lo hacía siempre. DoWoon adentró la sinhueso a la boca del mayor y este gimió con fuerza, desconcertado a la pequeña. No pudieron seguir con más. El menor puso su frente contra la del castaño sonriendo, este estaba igual, aún sintiendo increíble el hecho de que Yoon estuviera ahí frente a él.

—Te extrañé —La voz del pelinegro fue como un sollozo, haciendo a Wonpil mirar, efectivamente, lloraba. Sus lágrimas caían sobre la mantita rosa de EunHa, que por cierto se quedó dormida al escuchar el apodo tierno de si "madre".

—Yo también, Amor —Volvieron a unir sus labios suavemente, el castaño se hizo a un lado, aprovechando el gran espacio libre que dejaba su (ahora) pequeño cuerpo. Palpó el lugar con su mano libre y el chico se sentó a su lado.

Se acariciaban de vez en rato, solo jugando con el anillo improvisado o con el cabello del contrario. DoWoon temía escuchar de esos dulces labios la pregunta más dolorosa, pero de cualquier forma llegaría, serían sus padres o sus amigos al darse cuenta de su regreso a sus vidas. Le miró fijamente, el castaño le regresó la mirada con una sonrisa, en ocasiones se preguntaba cuánto amor y comprensión cabía en el pequeño cuerpo de su novio y si en realidad era necesario el ser tan cariñoso con los demás, tal vez eran solo sus celos de verlo sonreírle a alguien que no fuera él. Estaba seguro, nadie había mejor que Wonpil.

Una mano estaba sobre los hombros de Wonpil, pasando por su brazo hasta poder acariciar de nuevo el cabello de su pequeña durmiente. Con la otra mano tomaba la del chico ojimiel, rosando sus dedos y sonrojándose como dos chicos de secundaria con su primer amor.

DoWoon supo que era el momento de hablar cuando vio pesados los párpados de Kim, le tomó la barbilla con la mano izquierda y lo obligó a mirarle, tratando de decirle con los ojos que debían de hablar algo serio, Wonpil comprendió, asintiendo con los ojos más abiertos.

—Tengo que hablar —Dijo y su novio esbozó una dulce sonrisa cerrada —No espero y me perdones pronto, aunque sería hermoso si lo hicieras. Sé que fui un idiota, un imbécil, un completo pendejo, pero, estaba en un momento difícil y no pensé —Acarició la mano del otro, sintiendo como la tranquilidad lo llenaba con solo hacer eso —Creí que la mejor opción sería huir, escapar para que así ambos tendrían una vida feliz —Dió una mirada a la bebita, dormía con la boca abierta como él, eso le hizo reír solo un poco —Creí que así solo serías más feliz, buscarías una pareja que te diera lo que necesitas económicamente, no podría tener más que deudas, cariño. Ustedes deberían ser más felices sin mí. Yo no pensé en que podría herirlos, yo... Los amo mas que a nada —Su voz terminó por quebrarse, causando a Wonpil que se mordiera el labio de angustia, con su mano libre tomó el rostro del menor y lo acercó a su cara, solo puso su frente contra la suya y DoWoon fue calmando su hipo.

—Nunca en tu vida vuelvas a pensar que no te necesito, corrijo, que no te necesitamos —Rosó su nariz con la otra, estaba fría —Tu eres una de las dos cosas más importantes en mi vida, la primera, para ser exactos, y sin ti —Dejó un beso suave en su nariz —No hubiera conseguido la segunda —Lo miró a los ojos sonriendo, el chico imitó la acción —Solo, hasta una promesa, Woonie —El mencionado asintió —Prométeme que jamás volverás a dejarnos.

p r e g n a n t ▶ 아기 /// DOPILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora