XXII

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—¡Déjame sostenerla! —El femenino grito de Wonpil sobresaltó a los chicos en la cocina. Más porque llevaban una semana sin escuchar la voz del chico que por el tono, el tono ya era típico.

Era invierno, unos cuantos meses después de la partida de la primera pareja oficial de Day6 de la casa Park, por fin habían logrado conseguir una casa donde podían criar a su hija juntos y sin que se traumara por los constantes ruidos sexuales de sus tíos. DoWoon y Wonpil se fueron justo cuando la pequeña cumplía un año, se había puesto más linda y cada vez más tierna, sus mejillas regordetas y cabellos rizados solo la hacían ver más apapachable. Además de los atuendos tan coloridos que su "madre" le ponía, hacía morir de ternura a los otros cuatro chicos.

Era la consentida, la única niña que pudo concebir la pareja, hasta el momento, tanto intentos, un hermano nunca logró llegar, pero lo haría cuando menos lo esperaran, al menos estaban felices con la pequeña EunHa. JunHyeok le comparaba más cosas cada vez y hasta solía prestarle más atención que a su novio cuando ella estaba en casa.

La casa de los Yoon, por suerte no quedaba tan lejos de la casa Park, por lo que los cuatro chicos agradecían, no sabrían que hacer sin los constantes gritos de Wonpil, la flojera de DoWoon y los llantos injustificados de EunHa, esa familia era una completa locura y les encantaba tenerlos como vecinos. Su casa era, exageradamente cercana: vivían frente a ellos. Pero como fue antes mencionado, era necesario que estuvieran juntos para que la casa tuviera un poco de felicidad.

Aunque, ellos dos no eran los únicos con una independencia familiar en el grupo. Dos meses atrás, el SungHyeok se había mudado a una calle de distancia, aunque aún pareciera que vivían todos juntos por que se la pasaban metidos en su primer hogar, cada quien tenía un lugar estable en caso de que Jae perdiera su casa... Es broma. También, Sungjin le había pedido matrimonio a su pareja. Pero eso ya es otra historia, aunque por eso fuera que los chicos estuvieran en la puerta peleando.

Mientras tanto, Jae y Brian, disfrutaban la mayoría del tiempo de la casa sola, teniendo "diversión de adultos", en cada espacio conocido y desconocido de la vivienda. Para ellos era algo bueno su unión libre.

—No, ella también es mi hija —Le regresó el pelinegro, alejando a la niña de las "garras" de Wonpil, las peleas para ellos eran algo normal, pero después se besaban y tocaban por un rato y terminaba arreglado el asunto, como antes.

—Dámela —Azotó los pies como adolescente haciendo una rabieta para que lo dejaran salir. Mientras la niña seguía llorando en los brazos del pelinegro.

DoWoon sonrió burlón y dejó un pico en sus labios para luego abrir la puerta, todos los chicos hablaban riendo mientras comían yogurt con pan integral. Ambos entraron, Wonpil bufando con el ceño fruncido y su esposo con una sonrisa triunfante. Oh, se me olvido mencionar eso.

Se habían casado, tal vez debí narrarlo en su momento, pero ya es tarde y me causa pereza el hacerlo. Se habían casado, con una bella ceremonia en el patio de la casa de Jae, la más grande obviamente. Todo fue hermoso y disfrutaron de una apasionante noche de bodas, gracias a que sus amigos accedieron a cuidar a la pequeña EunHa.

—Ya hemos llegado —Anunció el menor, ganándose una mirada obvia de Brian.

—De eso ya se enteraron hasta en Canadá —Dijo Kang sosteniendo una taza de café humeante.

Era típico, pero suponiendo, ya no era como antes. Ya no tenían tiempo para "reconciliarse", ni siquiera para besarse sin que la bebé llorara por su madre, la única ocasión que pudieron fue en la noche de bodas, y desde eso ya era mucho tiempo. Las peleas eran constantes y hasta Wonpil había dejado atrás esa tierna faceta que tenía todo el tiempo con su novio. DoWoon no lo sufría mucho, solo que tenía otra vez que disfrutar de la diversión individual que le daba su mano. Justo como en su adolescencia.

Ambos aún pasaban tiempo juntos, cuando iban a dormir, claro. Cuando EunHa ya se encontraba profundamente dormida. Los dos tenían tiempo, pero por el trabajo, el cuidado de la niña y mantener su casa limpia, los dos terminaban cansados y ya no podían tener más "diversión".

—Lo sentimos, es solo que, EunHa ha estado enferma y yo creo que quiere estar conmigo —Se sentó al lado de Sungjin y tomó una de las tazas sin usar.

—¿Qué te hace pensar eso? —Soltó el menor arrogante, sacudiendo ligeramente el cuerpo de la pelinegra, meciéndola para que se calmara.

—Que la niña no ha parado de llorar desde que la tomaste—Wonpil le estiró los brazos a EunHa y esta hizo lo mismo haciendo un puchero. La niña se fue a los brazos de su madre y en un segundo volvió a sonreír mientras jugaba con su peluche de monito color morado, técnicamente imposible, un animal de ese color, pero la niña ni siquiera tenía dos años, que le iba a importar.

—Es por que ella... Demuestra su amor con llanto —Dijo el moreno. En realidad no tenía ganas de pelear, pero debía ganar ante el favoritismo de su hija hacia su esposo.

—Ay, que pendejo —Susurró Sungjin riendo.

—Tu bien sabes que EunHa solo llora cuando algo no le gusta —Sacó varias cosas para la fórmula de la niña, comenzó a preparar y se la dió, la ojinegra bebió.

—Sí, como tu digas, sabelotodo —Viró los ojos y se dispuso a tomar su café, mirando desafiante a Wonpil, este solo se concentraba en dar de comer a su hija.

Los otros se miraron entre sí, sintiendo la tensión que la pareja emanaba, habían presenciado varias de sus peleas antes, no muy duras, justo como esa, pero también habían visto a ambos gritarse a pesar de que su hija estuviera en la sala. Sabían lo cansados que estaban, en sus rostros lo veían, las ojeras y las caras pálidas lo decían todo, también porque DoWoon casi se dormía sobre la taza y Wonpil le ponía el biberón en la oreja a EunHa.

—¿Están bien, chicos? —JunHyeok preguntó, llevando una galleta a su boca y sacudiéndo las manos, la pulsera en su muñeca resonó golpeándose entre sí.

—Claro, ¿qué te hace pensar que no?

—Mamá —EunHa se quejó, quitándose la botella de la oreja con sus pequeñas manos. La pequeña solo sabía decir algunas palabras: mamá, papá, pato y no, en ocasiones tenía también hacía sonidos de animales.

—En realidad, no, no estamos bien —El moreno guardó las cosas de EunHa en la pañalera mientras bostezaba —Amor, sabes que la niña nos tiene más que atareados, el trabajo me está matando y a ti la casa y mantener a EunHa tranquila —Besó la frente de Wonpil —No estamos bien —Miró a sus amigos.

—Les propongo algo —Jae se levantó y dejó su taza en el fregadero —Nosotros cuidaremos a Hannie por el fin de semana, y ustedes, pueden pasar tranquilos tres días. Sin llantos, sin despertar en las madrugadas, sin tener que preparar leche, solo —Se sentó en las piernas de Brian —Ustedes dos y una cama.

—No lo sé chicos —Wonpil sacudió la pierna, donde la niña articulaba varios "papá" jugando con los aretes del mencionado —No quiero molestar, cómo dije, EunHa llora todo el tiempo si no estoy cerca —Tomó en su dedo la manita de la pelinegra y comenzó a moverla.

—No es problema —JunHyeok le hizo una mueca a su sobrina y esta rió tiernamente —Estaríamos más que felices por cuidarla.

—¿Y sí ella no quiere?

—¡Pato! —Gritó la pequeña, estirando sus brazos a su moreno tío, según todos esa era la afirmación.

—Ves, ella quiere quedarse, vamos —El rubio dio pequeños saltitos en el regazo de su novio.

—Supongo.

—Entonces ¿Qué dicen?

La pareja se miró entre sí, luego a la pequeña y otra vez entre sí, tomando una decisión.

p r e g n a n t ▶ 아기 /// DOPILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora