Una Ladybug rubia

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Los golpes eran los únicos sonidos, las palabras habían fracasado en su misión.

La tortuga de rodillas, bloquea con su antebrazo una patada que lo hubiera dejado fuera de combate. Su atacante rápidamente retrocede, con la respiración sin control alguno y emociones confusas, desde ira hasta arrepentimiento.

—Ninguno conseguirá un beneficio con esto.

La tortuga se pone de pie, limpiándose la sangre que escurre por su boca, un sabor metálico bastante desagradable.

—Estoy consiente de ello.

El ambiente hostil y frío no mejoraba la deplorable situación en la que se encontraban ambos hombres. Se miraron a los ojos antes de invocar el último recurso, su oportunidad de ganar.

Hoy, el cielo gritaría de tristeza y furia, la tormenta se soltaría después de tan magnifico día que no merecía ser arruinado.

Dolor.

Dolor era quien dominaba el momento, era una sensación diferente no sólo física, también estaba en sus mentes que debatían entre las decisiones que estaban por tomar.

Una noche del año 1998, un hombre, con su último suspiro, cerró los ojos y abandonó el mundo en esta nueva etapa llena de miedo y frustración, una etapa que duraría 20 años, o quizás más.

El vencedor se tambaleaba mareado, procesando todo lo que acababa de hacer.

Había matado a su mejor amigo por una tontería.

A los pocos minutos volvió a su forma civil, acompañado de algunas lágrimas que dejaban en claro lo que sentía.

En unas horas, la Luna permite el paso al Sol que no brillaba con la intensidad de siempre.

Una mujer rubia se acerca hacia el vencedor quien miraba una escena desgarradora.

—Mi más sentido pésame—Dijo la mujer quien estaba por irse.

—En 1948, inició la primera crisis que sufrió Alemania, Le blocus.—explica la maestra—El mundo estaba separado en dos potencias: Estados Unidos y la URSS ahora conocida como Rusia.

Alemania fue dividida en cuatro zonas de influencia para todos los vencedores de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, URSS, Reino Unido y Francia.

La capital, Berlín, se encontraba en la zona de la URSS. Berlín también estaba dividido en cuatro zonas de influencia, aunque tres de ellas al Oeste mientras que una al Este.

La URSS prohibió la entrada a su territorio para acceder a Berlín, toda vía de comunicación terrestre fue cortada. Los otros vencedores que querían acceder a sus zonas de influencia en Berlín, pusieron en marcha un pont aérien.

Con la instalación de aeropuertos, consiguieron llegar a Berlín. Todo esto se le conoce como Le Blocus que sucedió durante la guerra fría.

Una chica rubia tomaba nota rápidamente de todo lo que decía la maestra de historia, sin darse cuenta de que era observada por un chico.

Este último, tenía el ceño fruncido y una mueca en su rostro, todo causado por unas sensaciones incontrolables.

—¿Piensas hablarle algún día?—cuestiona burlón su mejor amigo—Me desespera verte todo el día con tu cara de amargado.

—Cierra la boca, Fu.—Respondió con una mirada espeluznante.

La maestra los miró antes de volver a su explicación.

—¡No seas une poule mouillée Agreste!—exclamó—Invítala a salir.

Invítala a salir

Invítala a salir

—Charlotte.

La mujer miró a Gabriel quien no lo pensó dos veces para besarla. La rubia no pudo corresponder el beso los primeros segundos debido a la sorpresa.

Lentamente se separan en silencio sin decir palabra alguna, evitando arruinar el momento debido a lo que sucedía a su alrededor.

El funeral de Fu.

Fueron varias las noches en que Gabriel terminó perdiéndose en el alcohol, su "amigo" para este sentimiento de culpa y arrepentimiento.

Sus mejillas estaban llenas de lágrimas, algunas secas que dejaban un sabor salado mientras que otras se deslizaban hasta caer en el piso.

Con una botella de vino tinto en la mano derecha, se paseó por la casa apoyándose de las paredes diciendo estupideces.

Estaba ebrio, solo y asustado.

Se dejó caer en la cama sin importar si algo de su bebida alcohólica manchaba las texturas.

—Gabriel,—llamó una vocecita femenina—el alcohol no te vendrá bien.

—¿Acaso pregunté por tu opinión?—Atacó molesto junto a una gruñido de dolor.

En pocos segundos, el rubio se dio cuenta de lo que dijo a la muy sensible vocecita.

—Lo siento, Duusu.

El kwami azul dejó caer algunas lágrimas brillantes mientras que el rubio se llamaba idiota a si mismo.

—N-No llores—Tartamudeó arrepentido.

Se acercó rápidamente a ella, tomándola delicadamente entre sus manos mientras Duusu usaba sus pequeñas extremidades para ocultar su rostro ruborizado.

Le daba vergüenza que le vieran llorar, puesto que lo hacía muy seguido, dándole una sensación de vulnerabilidad.

—Lo siento Duusu,—murmuró mientras la acercaba a su pecho—lo siento.

El característico sonido del timbre sonó, asustando al kwami quien se escondió en alguna parte de la casa.

Levemente molesto por la interrupción, Gabriel caminó hacia la puerta aún en ese estado mareado por lo que sus pasos eran torpes.

Dió un sorbo a la botella antes de abrir la puerta.

—¿G-Gabriel?

Sorprendida y sonrojada, la mujer desvió la mirada al ver su camisa de botones abierta, dejando al desnudo su pecho.

El rubio miro de pies a cabeza a la mujer quien llevaba puesto un vestido de gala que dejaba a la vista su figura muy atractiva.

Se miraron a los ojos sonrojados antes de que Gabriel tomara las riendas de la situación y llevara a la cama a la mujer que quería de una forma incontrolable y desconocida.

Duusu fue testigo de la unión romántica entre dos personas que tenían sentimientos profundos por el otro.

Besos y caricias fueron lo mejor que pudo pasarle a Gabriel quien estaba perdido en el arrepentimiento por la muerte de su mejor amigo.

Charlotte sería quien lo mantendría cuerdo.

Una Ladybug rubia

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Weno chicos, cumplí mi parte, aquí tienen el primer capítulo. Jajaja algunos estarán con cara de guat al leerlo pues no tiene relación con el título pero este es el inicio de todo •<•
Ando enferma T~T así que no esperen una rápida actualización hasta dentro de dos semanas si logro escribir organizadamente. Aún estoy pensando algunas cosas así queeeeeeee, no digo más •<•

-P4R1S-