—Gabriel,—desvía la mirada—no vuelvas a aquello.
El hombre sabía que Charlotte le dolía pensar que había una razón en bandeja de plata para que él vuelva a ponerse la máscara que había dejado desde hace muchos años a petición de su esposa.
Duusu no se sintió molesta, incluso aceptó por el bien de ambos que esperaban un bebé.
—No quiero y no volveré, Charlotte.
Hizo un juramento, nunca volvería a ser Le Paon a menos que la situación sea una emergencia de gran importancia.
—Dios mío, gracias.—Dijo aliviada la mujer mientras abrazaba a su esposo.
Adrien buscó nuevamente el video para mostrárselo a su acompañante quien se pintaba las uñas.
Estaba seguro de que ella pensaría lo mismo, siempre llegaban a un acuerdo. Eran inseparables, el contrario del agua con aceite.
—¡Mira Chloé!—exclamó al ver la figura borrosa azul.—¡Juro haberlo visto antes!
—Diría que estás loco pero yo también siento que la ví alguna vez.
Siguieron examinando minuciosamente la imagen borrosa al mismo tiempo que traían de vuelta viejos recuerdos de su infancia.
Era gratificante estar juntos, se sentían cómodos entre ellos dos, sin ningún reportero o fan intentando entrometerse en sus conversaciones, algunas alocadas otras profundas.
—Charlotte, necesitaré tu ayuda para esta tarea nueva.—Anunció mientras se levantaba y acercaba a un cuadro de su esposa, un regalo de aniversario.
—Claro.—siguió a su marido conservando la sonrisa.
Presionó algunas figuras geométricas del cuadro para dar paso a una escalera. Charlotte lo sabía a detalles, todo el pasado de Gabriel, incluyendo a Fu a Duusu.
Desde arriba el pasadizo secreto no inspiraba miedo. A simple vista se veían unas escaleras blancas bien brillantes y limpias que se perdían en la oscuridad puesto que la luz no lograba iluminar el final.
Sus pasos sonaron pero rápidamente desaparecieron cuando estuvieron dos metros por delante de una mancha a simple vista. El pasadizo se escondió, habían llegado al punto donde no hay retorno a menos de que salgan por otra salida o desde adentro desactiven la puerta.
En pocos segundos las escaleras iniciaron a verse en otro estado, nada comparado a las del inicio, tan finas y brillantes. Pedazos de la pared estaban en el suelo, el lugar parecía que iba a colapsar aunque en realidad era falso.
Las paredes grises, manchas de un tono rojizo que te hacían dudar de su procedencia, pedazos del techo y paredes esparcidos por las escaleras infestadas de insectos, todo aquello era falso, una forma de esconder el verdadero tesoro.
Llegaron hasta el final de las infinitas escaleras, dando lugar a un espacio no muy pequeño adornado con cuadros de pintores famosos, aunque eran falsos debido a que los reales estaban en los museos. Había una decoración muy gótica y victoriana, dando un aspecto espeluznante y elegante a la pieza.
La electricidad era poca, suficiente como para iluminar las tres puertas colocadas a igual distancia entre ellas y algunos muebles viejos de un azul cielo con adornos de madera en los bordes.
La puerta a la izquierda no se podía abrir, la pareja no tenía la llave...algo así. La puerta a la derecha podía ser abierta tanto por Charlotte como por Gabriel sin necesidad del otro. La puerta en el centro era especial, incluso resaltaba más que las otras debido a las detalladas decoraciones sobre esta, con pequeños dibujos llamativos con pintura brillante que rápidamente atraía tu atención.
Eran necesarias tres llaves para abrirla. Gabriel poseía la llave de cobre, Charlotte la plateada, mientras que la dorada siempre estaba ahí, lista en la cerradura con su brillante color, esperando a ser utilizada para descubrir secretos.
Se quedaron unos minutos observando la puerta, mirando con detalle la llave dorada que parecía gritar que le dieran vuelta.
La última vez que pisaron el lugar del otro lado de la madera fue hace más de 15 años pero el recuerdo seguía ahí, atormentando como si hubiera sido ayer esa enorme discusión que tuvieron, junto a la despedida de amigos muy importantes en sus vidas, sobretodo en la de Gabriel.
Con manos temblorosas, dejaron a la vista sus llaves correspondientes. Estaban frías, tanto que provocaron escalofríos al contacto de sus pieles. La sensación de cobre y plata les traía más recuerdos junto a sensaciones. En un pasado abrían la puerta con tanta confianza pero ahora, les daba miedo.
Se miraron a los ojos, después las llaves y finalmente las dos cerraduras vacías. Estaban listos para desenterrar un pasado enterado.
—¿Aún quieres ayudarme,—susurró con miedo—Charlotte?
Ella fue la primera en introducir su llave y girarla a la derecha sin darle tiempo a Gabriel de procesar lo ocurrido.
—Es tu turno.
Tragó saliva antes de caminar lentamente, mirando la cerradura que parecía burlarse de él, riendo a carcajadas por su cobardía de enfrentar un pasado olvidado.
Si Fu estuviera aquí, diría que no fuese una gallina...mierda. Había recordado a Fu, un hombre al que admiraba tanto, alguien a quien había olvidado por años y nunca recordado hasta ahora, pues el acompaña lo que se encontraba del otro lado de la puerta.
Introdujo la llave aguantando la respiración, temblando aún. Estaba por girarla cuando la mano de su esposa volteó su rostro para que se miraran a los ojos.
—Dime que planeas hacer.—Exigió con voz apagada.
Gabriel aún estaba pensando que decisión tomar, le era un misterio cómo resolver esta situación. No tomaría este camino si su esposa y él hubieran hecho el juramento de nunca volver a entablar contacto con ellos, con Duusu.
Era la única opción que tenía, París corre peligro y él no puede ser el guardián está vez, ya no más. Besó a su esposa rápidamente antes de dejar al desnudo su idea.
—Le chat doit se réveiller.
Con sus brillantes ojos verdes, observó la cuidad iluminada, sobre todo la bella torre Eiffel. Sonrió antes de reír levemente y maullar.
—Le chat s'est réveillé.
Una Ladybug rubia
¿Quieres el siguiente capítulo antes que nadie? 7u7
Wenas señores. ¿Ya van atando cabos o les llegan más sorpresas? No intenten resolverlas, les añadiré aún más a medida que la historia avanza. ¡Si ven algún error ortográfico, avísenme!
¡P4R1S fuera!
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Una Ladybug rubia
Random[»Lukadrien/ Plagg x Adrien/ Chlodrien«/ Julerose] En este mundo, si eres rubia; -Eres tonta -Eres mimada -Eres inútil -Eres la villana de la historia El estereotipo más conocido mundialmente, un cliché que pronto será desclichado. ¿Cómo? Solo ob...