Solo Dame 9 Meses ©

Capítulo XXIII |Clarke

Capítulo 23. Clarke

Sólo Dame Nueve Meses

Capítulo 23. Clarke

Sólo Dame Nueve Meses

Ambos nos mirábamos el uno al otro, ambos yo permanecía completamente confundida, él por otro lado parecía satisfecho y podía ver una pequeña sonrisa saliendo de sus comisuras. ¿Qué acababa de suceder? ¿Estaba soñando? ¿Acababa de amenazarme con un beso?

—Esto... ¿Qué clase de broma es esta? —dije, tratando de mantener la postura. No, no estaba bien, en absoluto, acababa de dejarme boquiabierta. No podía negar la sensación de extremo calor que empecé a sentir en mi rostro, probablemente ya estaba convertida en un tomate.

—No es una broma —respondió, tan repentino que volvió a caerme estremecer. Lo analicé fijamente, le miré a los ojos y traté de encontrar algo que me dijera que estaba burlándose de mí, pero no pude encontrarlo.

—Josh —espeté, casi fue un intento por reprenderle.

Él levantó las manos.

—¿Cuándo fue que perdiste el sentido del humor?

Probablemente cuando me besó por primera vez y luego corrió a decirle todo a su novia, dejándome a mí como una cualquiera. Probablemente cuando empezó a actuar como si nada hubiese pasado después de aquel beso. A pesar de mi molestia, me obligué a sonreírle.

—Tú ganas, que me beses suena horrible.

Observo cómo se revuelve incómodo y me ve con una intensidad que no logro descifrar.

—Justo —masculló.

Al verlo comportándose de maneras que no logro comprender, algo se enciende dentro de mí y una idea maquiavélica me invade respectivamente.

Sí. Yo he sido la culpable de eso.

—Asistiré, pero tengo una condición.

Él no respondió, solamente esperó.

—Iré con un acompañante —dije, sonriendo. Pude ver cómo de inmediato se tensó e incorporó su cuerpo.

—Sophia por supuesto que está invitada.

—No hablo de Sophia —hice una pausa y esperé a que dedujera de quien hablaba, pero a juzgar por su rostro, no lo hizo. — Iré con Aaron.

Tensó su mandíbula y yo tuve que esconder una risita.

—¿No crees que sería incómodo para él? Digo, se supone que no conoce a nadie.

—A mí sí, suficiente con eso. ¿Incómodo para él o para ti?

Josh dio un paso atrás.

—¿Qué estás insinuando?

No respondí, pero su rostro era un poema y me respondía cualquier duda. Josh realmente se sentía incómodo con la presencia de Aaron, pero no pensaba asistir sola a una fiesta suya esta vez. Quizás estaba cometiendo un error humillante, no tenía idea alguna de si Aaron estaría disponible esa fecha, ese día a esa hora, se trataba de un doctor con un horario muy variado y yo no estaba siendo consciente. Sea cual sea la respuesta, se suponía que hoy vería a Aaron en mi cita en el hospital.

—Adiós, Josh. Te veré en esa fiesta.

Entrecerró los ojos. —Por cierto, un poco más y explotas —dijo, mirándome de pies a cabeza. Se río y se dio la vuelta.

— ¡Hijo de...!—me retracté de lo que estaba a punto de decir cuando miré a James con mi iPod destrozado en manos. —James —resoplé al verlo.

— ¿Esto es tuyo, Lía? —me muestra el iPod destrozado. Yo lo veo y puedo ver su molestia.