Capítulo XVIII |Lluvia

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Capítulo 18. Lluvia.

Sólo Dame Nueve Meses

He decidido que necesito encontrar un trabajo lo más pronto posible. Así que, me encuentro en las calles de Boston en busca de mi futuro trabajo. Es hora de poner manos a la obra, después de todo, por ahora no creo poder empezar a desempeñarme en lo que he estudiado. El día se había acabado y no había logrado encontrar nada, sin embargo, eso no significaba que me había dado por vencida. Iba a conseguir un trabajo sí o sí.

Mientras me encaminaba de regreso a mi apartamento, miré unos deliciosos hot-dogs y mis tripas rugían, pero me propinaba bofetadas mentales: ya no me queda dinero para derrochar.

(***)

Narrador

7:00 AM

La alarma de Lía la despierta con la canción que ya le estaba empezando a irritar. Maldijo, como de costumbre. Posteriormente, una voltereta y un intento por detener la alarma hacen que caiga de espaldas en el suelo, dándose el "tercer golpe del año".  Sin embargo, aquel pequeño golpe le había dado las fuerzas para ir en busca de un trabajo esa mañana.

A las 9:00 am se encontraba completamente lista. Se ponía su abrigo mientras se alentaba mentalmente, su mente era su porrista mental de todos los días.

— ¡Hoy volverás con un trabajo Lía! —exclamaba en su mente.

Lía estaba segura de dos cosas aquella mañana: Uno, volvería con un trabajo y dos, no pensaría en Josh en todo el día.

Lía se detuvo y contempló un pequeño, pero decente bar. «Se busca personal», procedió a entrar y el olor a licor inundó sus fosas nasales. Era un bar muy pequeño, pero la cantidad de personas que se encontraban dentro era impresionante. Una mujer se encontraba en la entrada, parecía la encargada; así que Lía se aproximó. —Disculpe...

—¿Estás aquí por el trabajo? —preguntó, la mujer, sin siquiera ver a Lía a los ojos. La mujer leía una revista.

Lía asintió. —Sí.

—Las vacantes ya están llenas.

"Bueno, ese era el primero de todos. La primera opción normalmente nunca da un buen resultado, ¿no?", pensó, ella se daba charlas mentales para levantar sus esperanzas.

Un salón de belleza estaba a dos cuadras y recordó que no sabía nada de belleza pero valía la pena intentar. La campanilla del lugar sonó, al abrir la puerta del salón de belleza. Diez ojos cayeron sobre la castaña. Ella les lanzó una agradable sonrisa, pero los diez ojos la ignoraron, algunas personas bufaron con tan sólo verla. "¿Por qué todos están así de molestos hoy?" preguntaba, en su cabeza.

—Soy Lía — se dirigió ella, a una mujer que se encontraba ocupada pintando el cabello de un cliente —. Me preguntaba si están buscando personal...

—Lo siento, Lía. No estamos buscando a nadie.

Pensó que solamente se trataba del segundo intento, la tercera sería la vencida. Luego de intentar en la tercera se convenció de que sería la siguiente. Una tras otra, nadie estaba buscando un trabajador. Se preguntó si se debía a su estado físico, muchas personas ven a las embarazadas como incapaces, pensar en aquello la entristeció.

Lía maldecía cada lugar y luego, rezaba para ser perdonada. Completamente exhausta y con los pies muertos por los inadecuados tacones para caminar, se dirigió a un lugar que ni siquiera miró de qué se trataba. Tumbó la puerta, tomando por sorpresa a un señor de edad que se encontraba hablando por teléfono en el area de recepción. 

Solo Dame 9 Meses ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora