Capítulo XXXVI | Frambuesas

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Capítulo 36. Frambuesas.

Sólo Dame Nueve Meses.

Quería lanzarme por esos ventanales. La comisura de mis labios temblaba, quería soltarme en llanto. No podía, no era capaz. No tenía idea de por qué me encontraba tan nerviosa.
Josh se veía extremadamente ansioso. Ya éramos dos.
El sacerdote empezó a hablar y dar su típico discurso. Hasta llegar a la parte del acepto.

—Joshua Bianchi. Acepta entregar su vida a Ashley Button, por el resto de sus años. En la pobreza y la riqueza, en la salud y en la enfermedad. Hasta que la muerte los separé.
Sólo bastó unos segundos para que él respondiera con un "". Algo en mi pecho empezó a doler.

— Ashley Button. Acepta entregar su vida a Josh Bianchi por el resto de sus años. En la pobreza y en la riqueza. En la salud y en la enfermedad. Hasta que la muerte los separé.

—Acepto—respondió ella.

El ambiente era tenso o no estoy segura de si la tensa solamente era yo. Sentía que necesitaba salir a vomitar.

—Bien —el sacerdote se quitó sus anteojos y divergiéndose al público continuó—. Si hay alguien que se oponga a que estas dos almas sean unidas eternamente que hable ahora, o que calle para siempre.

El corazón se me volcaba. Más tenso, todo parecía increíblemente tenso.

— ¡Yo me opongo!

¿Qué?

¿Qué?

¿Qué acaba de pasar? ¡Paco!

—Lo siento, siempre quise decir eso. Sigan—Terminó riendo.

Suspiré asustada.

—Yo también me opongo. De verdad.

¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeee!?

Esta vez se trataba de Sophia, de pie, frente a todos.
El corazón se salía de mi pecho. Me congelé, no sabía que demonios estaba ocurriendo, pero definitivamente estaba agradecida de haber venido a esta boda.

—Bueno, lo mío sí es real —Sophia acomodó su vestido para proseguir — Josh, es tú turno.

¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeee!? Otra vez
Yo sigo atónita. Sin entender nada de lo que está sucediendo.

—Gracias, Sophia —dijo Josh. Bajando del estrado. El tiempo se paralizaba, todo parecía suceder en cámara lenta. Él caminando a mí, las personas dirigiendo sus ojos a mi posición. Ashley en el estrado, boquiabierta.

—Me debes cien dólares, eh —escuché a Sophia decir, pero yo seguía sorprendida, sin habla, sin voz. Solo observando a Josh aproximándose a mí.

Muy bien. Alguien que me explique qué demonios está sucediendo. Debo estar como una ridícula con la bocota hasta el suelo.  Pero estoy congelada, no puedo hacer nada. Josh ya está cerca de mí, completamente cerca, a casi unos milímetros de tocarme.
Me ayudó con mi parálisis momentánea cuando me acercó tomándome por las caderas. Tuve que ahogar un grito. Estaba abrazándome, abrazándome como si estuviese a punto de perderme. Yo no me movía.

— Creíste que te dejaría ir así por así.

Respiré profundo y su colonia invadió mi cerebro, dejándome encantada. Acepté su abrazo y terminé rodeando mis brazos en él.
—¿Qué estás haciendo, Josh? —pregunto, casi en susurro.

—No voy a casarme con Ashley, Lía —dice, en un tono obvio, pero yo no puedo digerir lo que está ocurriendo.

Ashley se acerca, dando zancadas hasta nosotros. Yo trato de apartarme de Josh, pero él me sostiene firmemente de la cintura. Trago saliva.

Solo Dame 9 Meses ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora