Capítulo 5

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Con manos temblorosas tome las llaves de mi bolso y abrí la puerta, invitándolo a pasar.

Podía sentir sus ojos quemando mi espalda. Señale el sillón para que tomara asiento, se quitó su americana y la puso a un costado. Nos quedamos en silencio por un momento hasta que le ofrecí un café el cual aceptó con un asentimiento de cabeza. Me dirigí a la cocina y preparé lo suficiente para ambos.

Volví con una bandeja, la ubique en la mesita de centro y llené nuestras tazas de café caliente, puse la suya frente a él, le di una cucharita y señalé la azucarera para que él le pusiera la cantidad de azúcar que gustara.

Estaba evitando decir algo, ya que él tampoco había dicho nada.

Me senté frente a él y cuando parecía que finalmente iba a hablar,
la puerta principal se abrió dejándonos ver a Emma quien entro de golpe.

—Se que dije que no iba a molestar — se mordió las uñas— pero necesitaba globitos, no se puede ir de fiesta sin uno, nunca se sabe. —sonrió

Emma y su indiscreción siempre me hacia pasar vergüenza. Se dirigió a su cuarto del cual salió segundos después dirigiéndose a la salida.

—Un gusto chico carta— dijo cuando pasaba tras nosotros —No hagan nada que yo no haría —dicho esto salió.

—Lo siento ella es...

—Un poco indiscreta, lo se— me interrumpió

—Si —sonreí y le di un sorbo a mi café, escuchar su voz me puso más nerviosa. — no esperaba verte por aquí.

—Yo eh —Paso la mano por su cabello— Solo estaba cerca y quise pasar a saludar.

—¡oh! —Sonreí cálidamente.

Terminamos nuestro café en silencio, recogí todo y lo llevé al lavabo. Me detuve a pensar un momento antes de volver, yo suelo ser fría con las personas pero con el no podía serlo, aunque quisiera, no podía evitar sonreír aunque nos acabamos de conocer.

Entre a la sala y lo vi de pie junto a la estantería, sostenía algo en su mano, me acerca más hasta que pude ver que era una foto de los chicos y yo. Nos encontrábamos en el jardín de la casa de los padres de Emma quienes ese día había organizado un almuerzo entre familias, Paul me rodeaba con sus brazos y reíamos de Emma la cual se había resbalado y caído al suelo, a lo lejos tras nosotros se encontraba un chico de pie al lado de la alberca.

Esa foto era una de mis favoritas pero me daba mucha melancolía verla. Fueron los últimos días que me sentí completa, siendo yo misma.

—Son Emma, Paul mi mejor amigo y el que sale al fondo es mi hermano Josh —aclare al ver su cara de confusión.

Su semblante cambió, trago saliva y se aflojó su corbata. Puso la foto en su lugar y se dirigió al sillón, tenía una cara que no pude descifrar.

—Me tengo que ir —se puso de pie tomó la americana y se dirigió hacia la puerta.

Antes de que pudiera reaccionar mis pies ya se movía hacia el.

—¿Que ha pasado? —mi voz sonó fría

—Lo nuestro no va a funcionar

Ama, Perdona, Cree Y Atrévete (Escribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora