10. estrellas

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(Kellin)

Ayer por la noche, después de dejarme en casa después de un días de trabajo, Oliver me dijo: "Tengo muchas ganas de ver el cielo en los pétalos de una flor así que iremos a buscarlos". Dijo que quería ver estrellas por el día y oscuridad bajo sus pies mientras el sol brillaba sobre nosotros.

Así que ahora íbamos escuchando música en su auto mientras íbamos por la carretera. Estaba todo desierto, como si el mundo entero tuviera algo mejor que hacer que vivir una aventura. Esa tarde estaba algo fresca pero aún así abría un poco la ventanilla de mi lado y dejaba que el viento me despeine, Oliver de vez en cuando me miraba y se reía.

Ahora me encuentro relajado. Ya hacían unos días desde que no comía tanta carne y me he dado cuenta de los cambios que tengo, me siento con más energía aunque Oliver me dijo que de vez en cuando debería hacerlo porque mi cuerpo iba a necesitarlo. Eso ya lo sabía. Ahora mi mente está ocupada en todas las cosas que tengo que hacer bien y en quién quiero ser. Recuerdo que mis pensamientos solían ser sobre qué iba a comer el día siguiente y eso, como una bestia sin mentalidad. Rutinario y desesperante.

Cerré la ventanilla de mi lado y miré a Oliver.
-¿cuánto falta? -le pregunté y acerqué mi mano para acariciarle el cabello, hundiendo mis dedos.

Lo vi mecer su cabeza un poco por mi tacto.
-ya llegamos. -dijo en voz baja.

Sonreí satisfecho al escucharlo. La voz de Oliver en ese tono me gustaba mucho.

Miré por la ventanilla y vi que habíamos llegado a un prado, en medio de la nada en la carretera. Sentí mucha curiosidad del porqué vinimos aquí pero no haría preguntas ya que pronto lo descubriría.

Oliver fue el primero en salir del auto. Dió toda la vuelta al auto para venir de mi lado y abrirme la puerta para salir, es una costumbre que siempre tiene y se me hace muy caballeroso. Me gusta que tenga cierto tipo de consideración conmigo, aunque de hecho es muy considerado todo el tiempo. Casi me hace olvidar a todos los tipos que me follaron y me trataron como objeto. Que Oliver sea así conmigo era algo a lo que definitivamente podía acostumbrarme.

Podía caminar así que íbamos de la mano, caminamos lento por el prado, nos dirigimos hacia un conjunto de árboles que no estaba muy alejado.

-hace unos meses me había quedado sin gasolina por estos lugares. -me dijo Oliver- entonces debía caminar hacia la gasolinera pero en vez de caminar por el borde de la ruta decidí buscar un camino alternativo, entonces como sabía que había una curva antes de llegar hacia la estación de combustible, decidí ahorrarme el viaje y caminar directo. Pensé que iba a perderme pero no.

Reí un poco al imaginarlo en esa situación.
-siempre te pasan cosas ¿no?

-siempre. Buenas y malas. -habló arrastrando sus palabras.

Pensar que yo siempre parezco buscar que me sucedan cosas malas. Y ahora mismo estoy dando una caminata con un lindo hombre en un prado, una tarde soleada a inicios de la primavera.

Nos adentramos hacia los árboles. Habían hojas cafés en el suelo, hojas del otoño pasado, pequeños fragmentos secos que crujían mientras los pisabamos. Habían pequeñas ramas que también crujían, y la espesura de la copa de los árboles nos abastecía de sombra. Y de repente llegamos a un claro rodeado de árboles, pero el suelo era como una bruma azul ultramar con pequeñas manchas blancas.

-son flores. -dijo Oliver sentándose justo en donde empezaba esa extensión de bruma azul.

Me acerqué y me senté junto a él. Eran flores grandes como la palma de mi mano, tenía grandes pétalos de color azul ultramar, ese azul que es oscuro y violaceo, y tenía manchas blancas en sus pétalos simulaban una noche estrellada.

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