Capítulo 7

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"Tu ausencia me ha atravesado como el hilo a la aguja. En cada cosa que hago veo hilvanado su color" (W.S. Merwin)*


*[Original: "Your absence has gone through me like thread through a needle. Everything I do is stitched with its color."]


Camden cruzó los brazos, apoyó la barbilla en el escritorio y ladeó el rostro. Sus ojos estaban fijos en la ventana, en el mundo que se extendía del otro lado. Sin embargo, no estaba mirando. Ya no parecía capaz de mirar, realmente mirar, algo. Cerró los ojos, prefiriendo la oscuridad y el vacío que la luz y el calor que había llevado a mucha gente al exterior, sonriendo y fijando, aunque fuera solo un segundo, sus ojos en el cielo despejado e intensamente azul.

Desvió la mirada y se encontró observando a varios chicos que habían tenido libre ese período de clase. Se encontraban disfrutando el clima excepcionalmente bueno y él... él solo quería alejar la mirada de la esbelta chica que cruzaba el patio en ese momento, pero no podía. Sabía que era imposible, que de estar realmente mirándola, no habría manera de que fuera real.

Adrienna está muerta.

Debía repetírselo constantemente. De hecho, lo habría dicho en voz alta si no fuera porque estaba en medio de las clases. Ojalá pudiera acallar el ruido de su mente tan fácilmente como lo hacía con el mundo a su alrededor.

–Vaya, señor Sforza, me siento halagada con su presencia, pero ¿está consciente que no es suficiente que esté sentado, prácticamente recostado en la banca, para que apruebe esta clase?

No habría mirado de no ser porque su profesora había retirado uno de los audífonos que tenía en el oído antes de hablarle. Suspiró irritado y la miró, fijamente. Ella no se inmutó.

–¿Quiere descansar? Está en la clase equivocada. O pone atención o puede salir.

–¿Lo dice realmente o solo está suponiendo que haré lo que me dice si me da un ultimátum?

–¿Qué quiere decir, señor Sforza?

–Me acaba de dar dos opciones. Estaba preguntando si realmente eran eso, opciones, o solo una amenaza.

–Creo que no le sigo –entrecerró los ojos. Camden no lo dejó estar.

–¿Puedo elegir entre poner atención o salir de clase?

–¿Realmente lo está preguntando?

–Entonces, supongo que era solo una amenaza –volvió a recostar la cabeza en el pupitre. La profesora gruñó por lo bajo y suspiró.

–Salga, señor Sforza.

–¿Sí?

–Sí. Vaya con el director. Lo veré allá.

Camden se incorporó, no sin antes colocar los audífonos en su lugar y salió de clase, ignorando intencionadamente a todos sus compañeros. Especialmente, a la chica que lanzaba dagas con la mirada en su dirección, a la que no necesitaba mirar para saber lo que pensaba sobre su actitud.

–¿Por qué rayos lo hiciste?

Camden abrió los ojos y esbozó una media sonrisa. No había tardado ni diez minutos en encontrarlo desde que había terminado la última hora de clase. Se encogió de hombros, como si esa fuera la respuesta que merecía.

Por supuesto, aquello solo logró contrariar más a Alina, que soltó un suspiro irritado antes de sentarse junto a él, en la terraza que no habían visitado desde antes de que sucediera aquello.

Infinitamente - Primera Parte (Sforza #7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora