Capítulo 18

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"Hay momentos que tienen cierto sabor a eternidad" (Marc Levy)


–¡Camden! ¿Qué estás haciendo? –Alina lo había empujado después de tan solo cinco segundos de posar sus labios en los de ella. Sonrió de lado–. ¿Qué? ¿Te parece gracioso?

–¿Tu reacción? Sí. ¿Besarte? No.

–¿Por qué lo hiciste? ¿Te volviste loco?

–No sé. Quería hacerlo desde hacía tiempo –se encogió de hombros.

–¿Y eso te parece una razón?

–Sí. ¿A ti no?

–¡Camden, tengo novio! –Alina lucía agitada y enfadada.

–Pietro no es tu novio.

–Sí, lo es. ¿Qué sucede contigo?

–No ha sido nada. ¿Por qué estás enfadada? Ya dije que lo siento.

–Nunca dijiste que lo sentías.

–¿No? Vaya, quizá sea porque no lo siento en absoluto.

–¡Camden, demonios! ¿Por qué no lo tomas en serio?

–¿Debería? –sus ojos verdes destellaron, llenos de burla–. ¿Realmente, debería tomarlo en serio?

–Sí. No. Camden... –Alina cerró los ojos y tragó con fuerza–. Has perdido el juicio.

–¿Y tú?

–También, supongo. Sigo aquí, ¿no?

–Sí. No entiendo por qué.

–Porque te quiero. Lo sabes.

–Y temes lo que pueda hacer.

–No... no quise decir que...

–Sí, sí quisiste.

–Es solo que... no quiero que estés solo. Estás tan encerrado en ti que yo... tengo miedo de perderte. No, no protestes. No me refiero a un suicidio, sino a que desaparezcas. Tú prácticamente estás irreconocible, Cam. Solo quería asegurarme de que siempre supieras como llegar a casa.

–Mi Alina, tan dulce –musitó Camden acercándose. La abrazó, estrechamente–. Si no me he marchado, ha sido por ti.

–Lo sé. Te está costando, lo veo. Pero seré egoísta y te pediré que te quedes. Por mí.

–Por ti.

–Sí.

–¿Sabes lo que estás pidiendo?

–Quédate, Cam.

–¿Y tú? ¿Te quedarás conmigo?

–Sí.

–¿Sólo conmigo?

Alina suspiró, ocultó el rostro en el pecho de Camden.

–¿Alina?

–Sí –musitó sin mirarlo, su voz sofocada contra la chaqueta de Cam– Sí –repitió.

–Bien –Camden elevó su rostro, tomándole de la barbilla con suavidad–. Bésame.

–¡Camden!

–Alina, es tu turno. ¿Qué esperas? –provocó. Ella puso en blanco los ojos–. Alina...

–Después –esbozó una leve sonrisa, sin embargo posó brevemente sus labios en los suyos y suspiró–. Regresaré, Cam.

–Sí. ¿Quieres que vaya contigo?

Infinitamente - Primera Parte (Sforza #7)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora