"Incluso en medio de mi temor, sentía una suerte de compasión [...]. Quienes se han hundido en el abismo no pueden tener una mirada más desesperada que la que se veía siempre en sus ojos." (Elizabeth Gaskell)
Camden ni siquiera había notado que se había quedado parado en mitad del lugar, quieto, apenas respirando, intentando hacer sentido de lo que acababa de leer. Una carta. Una carta de Adrienna.
No.
No era posible.
–¿Cam? ¿Qué haces ahí?
Él ni siquiera miró. Siguió observando estúpidamente su teléfono. Las palabras lucían borrosas ante sus ojos.
–¿Camden? ¿Estás bien?
Estaba provocando una escena. Llamaba la atención. Debía controlarse. Lo había hecho tan bien esas semanas... ¡tenía que controlarse!
–Camden Sforza –Alina se colocó frente a él. Cuando eso no funcionó, le quitó el teléfono. Camden ni siquiera se inmutó–. ¿Qué es?
–Alina.
–¿Sí?
–Devuélveme mi teléfono –gruñó Camden y se lo arrebató. Ella clavó sus ojos en él, confusa–. ¿Qué?
–¿Qué te sucede? –Alina volvió a mirarlo, con atención. Lo que fuera que encontrara hizo que entendiera que algo estaba muy mal–. Ven conmigo.
–¿Por qué?
–Necesitas salir. Acompáñame –no esperó respuesta. Lo tomó de la mano y lo llevó hacia el exterior de la casa, a un pequeño jardín lateral–. ¿Qué está sucediendo?
–¿Leíste el mensaje en mi teléfono?
–¿Qué? Claro que no, Cam. Ni siquiera lo miré... –Alina soltó–. ¿Por qué?
–Lee –murmuró y le extendió el teléfono.
–Ah... bueno –leyó. Dos veces. Quizá tres. Se lo devolvió–. ¿Qué significa?
–¿Qué significa? ¿No está claro? Debo irme, Alina.
–¿Ahora? ¡No puedes marcharte ahora, Cam!
–¿Por qué no?
–Yo... te necesito aquí.
–Alina...
–Además, Adrienna... puede esperar.
–¡Alina!
–¡Podría ser una broma! ¿Cómo sabes que es real? ¿Y quién es el remitente, de todos modos?
Bueno, ese punto era válido. Camden no lo había pensado. ¿Podía tratarse de una broma retorcida?
–No lo sé. Debo ir.
–¿A dónde? Camden, por favor, piénsalo bien.
–¿Qué me estás pidiendo?
–Quédate. Llama al número desde el que te envían ese mensaje si lo prefieres, pero quédate a mi lado.
–Lina...
–No. Necesito que tomes una decisión, Camden.
–¿Una decisión? ¿Yo?
–Sí. Tú.
–De acuerdo –Camden clavó sus ojos oscuros en ella–. Siendo así, espero que eso signifique que tú también estás lista para tomar una decisión.
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Infinitamente - Primera Parte (Sforza #7)
Teen Fiction¿Qué sucede cuando la decisión unilateral e irrevocable de una persona cambia tu vida para siempre? Camden Sforza está a punto de descubrirlo. Despierta un día con la noticia de que esa mañana no es como cualquier otra. Su vida ha dado un giro radic...