"Me gustaría ser el aire que te habita por sólo un momento. Me gustaría pasar así de desapercibida y ser así de necesaria." (Margaret Atwood)
Finalmente lo había comprendido. Había costado, cierto, pero al final lo había entendido. ¿Cómo había sido tan idiota? ¡Tan evidente! Tanto...
Asintió ante el cuestionamiento de padre. Esbozó una media sonrisa cuando su madre lo abrazó, afectuosamente. Su hermana mayor charló alegremente con él, mientras su hermano gemelo ponía los ojos en blanco y protestaba enérgicamente por ser dejado de lado.
En casa, por fin, todo estaba bien. Y, así como el gran descubrimiento ayudó con su familia, lo hizo en su colegio. Con sus compañeros y amigos, en general, con todas las personas a su alrededor.
Tan sencillo. ¿Cómo no lo notó antes?
Todo estaba en pretender que estaba bien. Que nada había pasado. Que él, era él. Cielos, qué idiota había sido al intentar ocultar lo que sentía, cambiando radicalmente su manera de ser. ¿A quién quería engañar así?
Ahora, por otra parte, los engañaba a todos.
Había iniciado una mañana cualquiera. Charlaba con Giordana junto a la fuente que había en la entrada del instituto. No la escuchaba, solo pretendía hacerlo. Asintió distraídamente y sonrió. No sabía por qué, solo sonrío recordando el día anterior, cuando había dormido junto a Alina.
–... me alegra mucho, en verdad. Ayudarte. Te ves mejor. Normal.
–¿Sí?
–¡Claro que sí! Es una pena lo sucedido, cierto, pero ya pasó, ¿verdad? ¡Es genial verte sonreír conmigo! Creo que pronto tendremos una relación increíble.
–¿Ah? ¿Relación? ¿Quieres salir conmigo?
–¡Sí, sí quiero! –se echó en brazos de Camden, antes de que él pudiera aclarar que no se lo estaba pidiendo, sino que estaba intentando discernir su intención.
–¡Vaya, miren quienes están aquí! –Pietro exclamó alegremente. Camden giró al escuchar su voz y se encontró con Alina y Kieran acercándose también–. ¿Cómo estás, Cam? Te ves muy bien. Hacía tiempo que no te veías así.
–¿Verdad? ¡Estás guapísimo! –proclamó Giordana con una brillante sonrisa–. ¿Cómo están, chicos?
–Bien –contestó Alina.
–Estupefactos –dijo Kieran a la vez.
Giordana rió, al parecer asumiendo que se trataba de una broma. Camden no dijo nada, simplemente lo dejó estar.
Y eso había sido todo lo que requirió. Poco a poco, semana a semana, cada persona volvió a la normalidad. Todos lo creían. Él estaba bien. Lo superaba. Quizás, hasta lo había superado ya.
Era un adolescente, después de todo, apenas caminando a la adultez. Esas emociones eran pasajeras y la novedad ganaba sobre todas ellas.
Todos lo creyeron... excepto Alina.
–¿Bien?
–Bien –repitió Camden.
–No, no estás bien –Alina lo siguió al interior de la mansión, con paso enérgico–. ¿A quién tratas de engañar ahora?
–¿A todos? –rió Camden–. Es una broma, Lina. ¿Y qué es estar bien, eh? ¿Tú está bien? ¿Alguien está bien?
–Camden, no trates de...
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Infinitamente - Primera Parte (Sforza #7)
Teen Fiction¿Qué sucede cuando la decisión unilateral e irrevocable de una persona cambia tu vida para siempre? Camden Sforza está a punto de descubrirlo. Despierta un día con la noticia de que esa mañana no es como cualquier otra. Su vida ha dado un giro radic...