El domingo a las cinco de la mañana mi madre ya camina con desespero por toda la casa. Escuchar sus tacos en el suelo me pone nerviosa, no eh dormido, apenas y eh cerrado los ojos a las tres y me he levantado por una pesadilla a las cuatro y media.
La casa está casi vacía, no sé por mi madre quiere llevarse todo si allá tendrá todo lo que una mujer quiere. Las camas y los armarios es lo único que queda. Tome mi bolso y comencé a guardar cosas más personales en ella, me incline debajo de mi cama y tome la pequeña caja ocultaba, por un momento quise abrirla, pero luego tendría nostalgia y es con algo que no quiero llegar a Toronto.
-Savannah, vamos – dijo a mis espaldas. Le di una última mirada a mi habitación viendo como mi infancia y parte de mi adolescencia transcurría en aquella habitación, desde los primeros dientes, hasta mi primer beso con Darren - Savannah...
-Ya voy – contesté Camine hacia la puerta y antes de apagar la luz le di una corta mirada a mi cama para luego apagar la luz y cerrar la puerta con llave.
-o-
Un enorme auto con hombre grandes vestidos de negros nos recogieron en el aeropuerto, los autos que nos lleva son lujoso y con cristales polarizados, había visto a unos cuantos fotógrafos ''ocultos'' en el aeropuerto, no sé qué vida llevara Robert Grey, pero al parecer es muy, muy pública. ¿Dónde te has metido, madre?
La ventanilla que divide la parte delantera con la trasera fue bajada y la mirada de un hombre reflejada por el retrovisor. Sus rasgos son de un hombre adulto y parece ser el chofer de Robert. Venga...¿Cuánta gente trabaja para ese hombre?
-Señora Grey. El señor Robert, dijo que pasaran por la tienda y escogieran un vestido de fiesta para esta noche – sus ojos verdes me vieron a través del retrovisor. Por un momento creí imaginar aquellas palabras, entonces mi madre dijo;
-Seguro Gabriel, llévanos hasta la tienda – Le dijo mi madre. La mire con los ojos abiertos, pero ella le puso más atención a su teléfono mientras el auto se movía en dirección a la tienda.
-¿Disculpa? Podrías ponerme atención – baje el celular hasta su regazo y lo sostuve, ella me miro sin decirme nada, así que tomare la iniciativa de esta probable guerra. - ¿Fiesta elegante? ¿Vestidos? ¿Hay algo más que debo saber, madre?
-No – contesto fría y volvió a su móvil. Rodee los ojos y me cruce de brazos como una niña de tres años a la que no le compran su paleta favorita.
Quería lanzarme del auto y huir como una criminal, pero hay demasiada gente detrás de nosotros para esa estrategia, así que simplemente debía rehusarme a hacer lo que ella dijera. Si conseguía portarme bien, tal vez conseguiría que ella me dejara ir de vuelta a Seattle.
El auto se detuvo, coloque mi mano en el cilindro y tire de él, la puerta no se abrió y seguí insistiendo, quite y puse el seguro varias veces y aun así la puerta no cedió. De pronto esta se abrió y el hombre que estaba detrás del volante me tendió su mano cubierta por un guante de algodón.
-El auto solo se abre cuando, Gabriel lo diga, es por seguridad Savannah – me dijo mi madre.
-No me digas...- Salí del auto sin tomar la mano de Gabriel y me colgué el bolso viendo el lujoso letrero de la tienda Clothes 19 parece una tienda lujosa de parís, al parecer lo era. Una mujer de traje negro apareció en la puerta con una gran sonrisa.
-Hola, usted debe ser la señora Grey, la estábamos esperando. Soy Amanda y seré su asesora – Dijo con gran entusiasmo, y yo también lo estaría al saber que el hombre casi más rico del mundo y dueño de uno de las empresas más famosas está invirtiendo una fortuna en una de las tiendas más populares y caras de todo el mundo. Su mirada pasaba de mi a mi madre sin destruir la sonrisa, sin duda alguna no me gustaría ser esa mujer. – Adelante.
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Más Que Esto
Teen FictionSavannah Kinnear es una estudiante de ultimo que año que se entera que su madre contrajo nupcias con un hombre multimillonario dueño de varias empresas tecnológicas Savannah tendrá que dejarlo todo atrás para empezar una nueva vida junto a su nueva...