Capitulo#6 Mr. Grey

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Nuevamente el amanecer me lleno el alma, fue tan hermoso ver como el sol iluminaba el jardín y parte de mi balcón. El amanecer me tranquiliza el alma y me dice que hay un número día y que puede ser especial, que aún tengo la oportunidad de olvidarlo todo y empezar de cero.

A las 7 en punto baje las escaleras y tome asiento en la mesa aun vacía, recosté mi cabeza mientras los ojos se me cerraban por el cansancio extremo y el exceso de alcohol a tan altas horas de la madrugada, solo necesito unos minutos para dormir y recobrar las energías.

-¡BUENOS DIAS! – Me sobresalte incorporándome de un solo golpe – Buenos días solecito.

-¡Nick! – Chillo Mónica, ella coloco su mano sobre mi hombro – Podrías haberle causado un infarto.

-Pero no fue así – dijo. Se acercó a Mónica y beso su frente de repente, abrí mis ojos sorprendía por aquel acto – Buenos días.

-Basta...-le dijo entre dientes y vi como movió sus ojos hacia mí ''discretamente''. Sonreí y sabía por dónde iba el temilla este. Ella carraspeo y se estiro la blusa bruscamente - ¿Algo en especial?

-Una aspirina – le dije. Ella asintió y froto mi hombro antes de irse a la cocina. Mire a Nick y el arqueo una ceja – Uy...que intimidante.

-Llevo el apellido Grey, para mí es un privilegio – me dijo con un tono más grueso del normal. Solté una risilla y me recosté en la silla cruzándome de brazos.

-¿Crees que por tener el apellido, Grey, eres mejor que Christian? – le pregunte. Me mostró una sonrisa de lado que me confirmo todo. – Nunca-jamás-en-tu-vida, serás mejor que el verdadero Christian Grey. Jamás.

-Tu puedes ser mi Anastasia y averiguarlo – se inclinó sobre la mesa – Sé que has visto y leído todo sobre esa maravillosa obra erótica, y sé que me piensas mientras te tocas e imaginas que te ato contra la cama con mi corbata mientras recorro tu cuerpo desnudo con mis besos. Sé que mueres porque te bese el cuello y otras zonas ocultas, sé que lo deseas, Savannah.

-¡Buenos días, chicos! – saludo alegre mi madre. Lleve rápidamente mis manos a mi mejilla, están caliente y seguramente rojas. Me puse de pie y camine rápidamente hacia la cocina, Mónica sostiene el vaso con la aspira en su mano, la tomo enseguida y me bebo el agua con desespero.

-¿pero qué te ocurre? – me pregunto con desespero - ¿Tienes calor? Estas roja.

-No – abrí la nevera en la parte del congelador, introduje mi cabeza y deje que el aire frio bajara la vergüenza y el color en mis mejillas. Cerré mis ojos disfrutando de la frescura en mis mejillas

-Buenos días señor Grey – abrí mis ojos de inmediato al escuchar a Mónica, cerré la puerta del congelador y me gire hacia Robert. El me miro por unos segundos con ambas manos dentro de su pantalón de chándal - ¿Desea servirse algo señor Grey?

-Estoy bien Moni, lleva el desayuno de siempre a mi señora – aquello me sorprendió, la forma en la que trata a mi madre pone en duda si ellos realmente se aman. ¿estaré equivocada? – Se que hoy iras al instituto – asentí – Quiero que después de que te asees y te cambies, pase por mi oficina, quisiera hablar contigo unos minutos.

-No, lo siento. Lo que me vaya a decir lo tomare muy mal, no es el mejor momento para tener una charla – le dije de inmediato mientras Mónica preparaba todo a sus espaldas – Lo siento.

-Entonces te veré en mi oficina, en un rato – toco mi hombro delicadamente y siguió a Mónica dejándome a solas en la cocina, en aquel momento por mi cabeza paso el tomar un cuchillo y cortarme la garganta.

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