Capitulo#3 ¿Hermanastros?

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Me había dado una ducha de una hora y media y solo con ver el baño me había dado cuenta de que esta casa es mucho para mí, es demasiado lujo para alguien que se ha acostumbrado a vivir con tan poco, siento que tengo presión social.

La toalla de mi armario tenia bordado mi nombre al igual que unos cuantos camisones de ceda, no me gusta ver mi nombre en manuscrito, me hace sentir como una niña rica mimada, hija de papi, cuando realmente estoy siendo forzada a vivir una vida que no va con mi personalidad.

Marque el número de mi padre desviándome un poco del tema. Esperaba que pudiera contestarme y hablar antes de acostarme a dormir.

-Hola – saludo desde el otro lado. Sentí mi corazón hincharse al escuchar su voz. Hace años que no puedo escuchar su voz realmente. Hace años que no nos vemos y solo puedo tenerlo a través de mensajes, llamada y cortas llamadas de Skyper.

-Hola papá – salude – Espero que ya te hayas enterado.

-Lo se e iba a llamarte para hablar sobre el tema. ¿Estás sola ahora? – asentí como si pudiera verme. Me puse de pie y camine hacia la ventana.

-Sí. ¿Es algo malo? – le pregunte mientras golpeaba las uñas contra el umbral de la ventana - ¿Estoy en problemas?

-No cariño, solo quiero hablar ¿Cómo te sientes? – me pregunto.

<<Loca, aturdida con ganas de salir huyendo y lanzarme de un rasca cielo>>

-Superándolo – le dije – Papá, no quiero vivir con ella, no quiero vivir rodeada de todos estos lujos, no quiero que alguien piense que por que ahora vivo en un mansión dejare de ser yo. Tengo miedo de volverme alguien que no soy.

-La humildad se la lleva tatuada en el corazón, cariño. No se cambia para gustarle a otros, y tu jamás cambiara, tu madre lo hace por el bien de las dos, tener a un hombre a su lado les dará mayor seguridad, no estaba tranquilo con que vivieran las dos solas.

-¿Cómo lo haces? ¿Cómo haces para superar a la mujer que amaste durante 18 años? Creí que ella era tu chica incondicional – lo oí suspirar y aclarar su garganta.

-Ustedes lo son todo para mí y me siento seguro ahora. Ustedes están bien y sé que te costara mucho adaptarte a esa nueva casa. pero créeme cariño, estas más segura que antes, mucho más segu...- colgué. Bloquee el móvil y lo deje sobre la mesa de noche, quite la lágrima que rodaba por mi mejilla derecha. Escuche dos golpes en la puerta y esta se abrió de inmediato.

-Hola..- mi madre asomo su cabeza con un gran peinado y un espléndido maquillaje – Yo...- ella traía una falda de tubo sirena, junto a una blusa mangas largas que le combinaban a la perfección - ¿Cómo me veo?

-Te ves, muy elegante – trague el nudo en mi garganta y le sonreí forzadamente - ¿Tengo que ir con ustedes?

-No, no esta noche. Creí que Robert quería que vinieras, pero dijo que sería mejor que descansaras. Volveremos en la madrugada – se acercó a mí y aplasto mi cabello con sus manos – Por favor, trata de conciliar el sueño.

-Lo intentare, disfruta tu noche – le di un abrazo que me lleno las fosas nasales con un nuevo perfume, uno más suave y dulce – Adiós

-Adiós – me lanzo un beso antes de salir de mi habitación. Me asome a la ventana disfrutando de la vista, unos minutos después vi salir a mi madre con una gran sonrisa y felicidad que hace mucho tiempo no veía. Robert abrió la puerta de copiloto para ella. Robert rodeo el auto y subió de copiloto para luego dar marcha a su fiesta.

Me puse de pie rápidamente y tome un bolso deportivo, comencé a meter ropa rápidamente. Tome mi billetera y la metí en el bolso. Busque mi pequeña caja y tome los 500 dólares que tenía guardado para emergencia. Escuche dos golpes en mi puerta y me detuve de inmediato, Salí de mi armario cerrando la puerta de un solo golpe.

-Savi – llamo Mónica a mi puerta. Me acerque y la abrió nerviosa – Hola.

-Hola – conteste, ella miro a otro lado nerviosa y sonrió – Si...emm...¿quieres algo?

-De hecho, venía a preguntarle eso. Estaré hasta las once, mi hermano pasara por mí a esa hora. Soy quien se queda hasta más tarde ¿quiere ver una película o comer algo?

-Seguro.

Mónica había conectado su portátil al televisor del living y había puesto ''Everithing, Everthing'' había preparado palomitas de maíz mientras disfrutábamos de la película o yo disfrutaba del reloj. Se suponía que me iría apenas mi madre se marchara, pero Mónica había solicitado una película y con ella en casa no podría escabullirme con facilidad.

Ya no falta mucho para que el reloj marque las once y la película termino hace un par de minutos. Mónica recogió todo y la acompañe a la cocina. Ayude a recoger todo y a dejar limpia la cocina, la radio de la cocina sonaba muy bajito, pero lo suficiente para que Mónica bailara y tarareara la canción.

-¿Eres feliz aquí? – ella me miro con el ceño fruncido – Digo...¿El señor Robert te trata bien?

-Sí, él ha sido como un padre para mí y todo lo que tengo se lo debo a él, por eso siempre estaré agradecida con él. No sabes cuánto me ha ayudado a salir adelante. – sus ojos están llenos de pureza y honestidad.

-Señorita Mónica su hermano está aquí – anuncio alguien por el aparato que se encontraba en la pared de la cocina.

-Bueno, es hora de ir a casa. Te veré mañana – me dio un corto abrazo, tomo su gabardina del perchero junto a la puerta y salió rápidamente. Me acerque a la ventana mientras veía como se marchaba a toda prisa.

Subí rápidamente las escaleras directamente hacia mi habitación, ingrese y camine hacia el armario, tome el bolso deportivo y me lo colgué de inmediato. De repente la luminosidad que ingresaba por la ventana se volvió obscura. Me asome de inmediato, todo está obscuro ¿Por qué? Tome mi teléfono y Salí de mi habitación, encendí la linterna y comencé a bajar las escaleras ¿Por qué demonios las luces se apagaron?.

Escuche un sonido proveniente de mi teléfono- batería baja- la linterna se apagó al instante. ¡Mierda! Había olvidado cargar el móvil. Me detuve, si salía por la puerta delantera el portero me vería, pero tal vez podría salir por la parte de atrás.

Me dirigí a obscuras hacia la cocina y me detuvo cuando vi que la puerta se abrió dejando ver la figura masculina de alguien. Trague duro tratando de no respirar agitada, tome el tazón de las palomitas que estaba en la encimera. La figura masculina comenzó a acercarse, tome impulso y estrelle el tazón en la parte de su cabeza.

-¡JODER! – la luz volvió dejando ver a un joven con una gorra de beisbol hacia atrás, y su mano sosteniendo su frente, la sangre escurrió entre sus dedos y sus gestos eran de mucho dolor. - ¿!Qué demonios te sucede!? – pregunto con mucha molestia.

-Lo siento, creí que eras un ladrón – le dije rápidamente. El me miro sorprendido y miro mi bolsa deportiva.

-Parece que el ladrón es otro – él se acercó al aparato que estaba en la cocina y presiono un botón azul – Necesito a la policía, hay una niña que está robando la casa.

-¿! Savannah!? – escuche la voz de mi madre, me gire sorprendía viendo como ella venia corriendo con hacia mí - ¿Qué ocurre? ¿Por qué la alarma? – pregunto. Entonces su ojos se posaron el joven de gorra - ¡Dios mío, Nick! Estas sangrando.

-¿Qué ocu....- Robert se detuvo y miro al joven de nombre Nick - ¿Qué fue lo que hiciste? – le pregunto.

-¿Yo? Esa niña me dio con un Bold. ¿Qué demonios está pasando? – pregunto furioso. Me tome unos minutos para mirarlo.

Tiene los ojos claros y músculos, parece que viene de viaje o algo así. ¿Quién es este chico? ¿ Y por qué entra a la casa a estas alturas de noche?.

-Savi, y ese bolso – pregunto mi madre con decepción. Rodee los ojos y me gire hacia ella ¿Qué iba a decirle? No tenía ni la más minia idea.

-Está robándose las cosas – dijo Nick. Lo mire fulminante mientras el sostenía su herida - ¿Quién es ella? ¿Tu sobrina, Arielle?

-Es su hija, y su nombre es Savannah y no es una ladrona. Es tu hermanastra.

-¿! Que!? – chillamos ambos. 

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