Final.

305 13 5
                                    


Por mi pecho corre el sudor, mi cuello esta mojado y mi frente cubierta por gotas, tengo mucho calor y el cuerpo a mi lado esta caliente y pegado a mi.

Quito el brazo de Nicholas de mi estomago y me siento al borde de la cama, me hiperventilo y me pongo de pie para abrir la puerta del balcón, un ráfaga de viento revuelve mi cabello y mi camiseta, me acerco al balcón, al colocar mi mano sobre la baranda siento un frió extremo como si hubiese estado congelando toda la noche.

Es obvio que el invierno esta llegando, estamos a mediados de noviembre, pronto las temperaturas bajaran, por eso hay tanto calor, seguro Robert subió el termostato. Dejo abierta la puerta y camino hacia el baño, coloco el pestillo y me quito la camisa de Nicholas, me doy un baño rápido.

Al salir, Nicholas ya no esta en la cama, hay una nota sobre la mesa de noche, me acero rápidamente y tomo la nota.

Es de mala educación no invitar a tu novio a darse una ducha – sonrió – Te veo abajo, nena. Abrígate esta haciendo frió

Tomo un jersey negro y lo paso por mis brazos, levanto un poco la mirada y veo mi vieja caja de recuerdos, me estiro para tomar la caja de zapatos, me siento en el suelo de mi closet y quito la tapa encontrándome con la pasta beige de la vieja libreta de papá, la desdoblo y veo su letra con la letra de su canción que compuso para mi, esa canción que luego se convirtió en algo sentimental y personal, se volvió todo, este tal vez se el ultimo recuerdo que tengo de mi niñez, esos momento en el jardín con la guitarra y el cantando la introducción y yo las estrofas.

Me pongo de pie y meto la hoja en el bolsillo de mi jersey. Me dirijo abajo, la chimenea esta encendida manteniendo tibia la casa, camino hacia el comedor y tomo asiento enfrente de Nicholas.

-Buenos días – saludo con una media risa. Mónica deja dos wafles con moras azules, y zumo de naranja – Gracias – le digo con una sonrisa, tomo el cuchillo y comienzo a cortar los wafles, Nicholas estira su mano con el tenedor y pincha una mora azul, se la lleva a la boca.

-¡Oye! – le reclamo – esa era mi mora

-¿La quieres? – abre la boca y hago cara de asco, Robert le da un codazo nada disimulado, sonrió y pincho la segunda y ultima mora, le saco la lengua a Nicholas y continuo comienzo.

-Aquí hay mas moras – dice Mónica. Deja un pequeño tazón con moras azules, tomo todo el tazón y lo dejo a lado de mi plato, Nicholas se incorpora y  arrastra el tazón a su lado, toma una mora y la lanza en mi rostro.

-¡Tonto! – me inclino y tomo un puñado y comienzo a tirarla, el abre la boca y atrapa dos. Los cubiertos rebotan sobre la mesa tras el golpe de mi madre.

-¡Estamos desayunando, déjense de estupideces! – grita furiosa, Robert deja los cubiertos de lado y mira a mi madre.

-Cielo, ¿va todo bien?

-No, no va nada bien, no tienen respeto por nosotros ni por la comida, como dejas que ellos estén juntos – ruedo los ojos y miro a cansada a Nicholas

-Nadie esta libre de enamorase, cariño

-Ellos lo tienen prohibido, son hermanos, eso se llama incesto, Rob.

-¡No es cierto! – grito y me pongo de pie – No somos nada, no es mi hermanastro es mi NOVIO ahora, te guste o no. Tu y papa se llevaban cuatro años de diferencia, lo amas a pesar de todo, y sabes que mama, tu y tus de pensamiento de mierdas pueden joderse.

Me pongo de pie y salgo del comedor, camino hacia el living con intención de irme, pero Nicholas me toma de la mano, ruedo los ojos y el levanta mi barbilla.

Más Que Esto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora