18.

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MAYA

Baje del vehículo, me quede unos segundos viendo la entrada, aquella vieja entrada de la casa de mi madre, de mi familia, todo se ve tan silencioso... como si nadie viviera allí, trague saliva de golpe, una tristeza me embargo de repente, lo recuerdos de mi padre, mi hermano... el contacto de la mano de Daniel sobre mi hombro me trajo de nuevo a la realidad.

-¿Estás bien?- me dice con voz atenta.

-Hmm - digo asintiendo en silencio.

La puerta se abre y entonces la veo, el rostro de mi madre se ensancha al verme y con lagrimas en los ojos me abraza fuerte, sentir su calor después de algún tiempo... la extrañaba horrores.

-Maya... mi hija...- me dice con alegría

-Mamá- no dejo de abrazarla y de sentir su olor cálido- mamá déjame presentarte...

Daniel avanza unos pasos y mi madre lo mira a él y mira por encima de mi alzando su cabeza en dirección al otro coche estacionado con los cuatro hombres dentro.

-Señora Aime- se presenta él- soy Daniel Balaguer el esposo de su hija- dice directamente.

Mi madre lo mira boquiabierta, sin poder creérselo y luego me mira a mi en busca de respuestas.

-Un gusto en conocerlo señor Balaguer- le contesta ella en tono seco.

Oh no, ese tono de voz, mi madre esta molesta.

Entramos dentro hasta la sala, ella desapareció en la cocina en busca de café, Daniel no deja mirar las fotos de mi hermano y mías en la pared.

-Sonreías mucho de niña- comenta- igual que ahora cuando estas relajada- me dice.

Frunzo el ceño, él no se ha perdido detalle de mi, por lo visto, mi madre aparece con la bandeja y yo la ayudo, nos sentamos y nos mira seriamente a ambos.

-¿Me puedes explicar eso de que te casaste?- me dice con tono enfadado- ¿qué hiciste Maya?.

-Mamá yo...

-Ella no hizo nada señora Amador- interrumpe mi esposo- nos enamoramos y decidimos casarnos, fin de la historia- dice cortante.

¡Daniel!, ¡no le hables así a mi madre!, por un momento olvide el mal genio de mi marido.

-¿Fin de la historia señor Balaguer?.

Ay no, no, mamá no entres en su juego, perderás, esta situación me estaba poniendo nerviosa, mi madre y mi esposo estaba en medio de un duelo de palabras.

-En resumen si- dice acomodándose en su lugar.

-Disculpe si pienso que todo esto es una locura, pero se supone que envié a mi hija a trabajar al que supongo es su rancho y cuando vuelve, resulta que esta casada con usted- dice ella- y discúlpeme si no le creo nada todo eso del amor.

Mire a mi madre con la boca abierta y mire a Daniel que en sus labios se dibujo ese rictus característico de... ¿me esta desafiando?, por que presiento que esto no terminara bien.

-Mamá es cierto, estuve trabajando, hasta que Daniel y yo nos fuimos tratando y bueno... Daniel pensó que lo correcto era que nos casáramos para que no haya malentendidos.

-¿Casarnos?- me dice él en tono irónico, con una ceja levantada, ambos sabemos que el casamiento no fue su idea, pero en este momento es lo mejor que puedo hacer- señora... mi madre convenció a Maya de que se casara conmigo mediante una suma de dinero- suelta el muy descarado así nada más.

Es ahí cuando todo se me cae a los pies, Daniel le dijo muy directo la verdad a mi madre, lo mire fulminándolo con la mirada.

-¡Daniel!- le espeto molesta.

-Maya déjame terminar- me interrumpe levantando una mano para que guarde silencio-.Pero debo darle las gracias a mi madre por eso- continua- ahora amo a mi esposa y no me arrepiento de estar casado con ella- concluye.

Mi cara era un poema, por primera vez Daniel me dijo que me amaba, mi madre no sabia si reír o llorar.

-¡No puedo creerlo!- dice mi madre.

-Mamá...- me levanto acercándome a ella, pero se aleja horrorizada.

-¡Vete de mi casa!- me grita de repente.

Mi madre estaba realmente molesta y no sólo eso, me estaba echando, ni si quiera me dejo explicarle la situación a la que me llevo todo esto, tomo mi bolso.

-Maya- me habla Daniel.

-Suéltame,¡esto es tu culpa!- lo increpo.

-Ve al coche por favor, hablare con tu madre- me dice Daniel.

-¿Qué más vas decirle?- le digo con odio.

-¡Maldición Maya, obedece!-exclama en tono exigente.

Hago caso echa una furia y miro una última vez hacía la cocina donde mi madre había ido a refugiarse.

DANIEL

Se que soy una persona con poco tacto, siempre voy directo al grano, no me gusta dar vueltas, más si quiero que algo salga bien, la mujer lavaba nerviosa los trastos en la pileta, una de las tazas se le rompió en las manos, arroja con furia la esponja dentro del agua, y se gira a mirarme molesta.

-¿Qué viene a decirme ahora señor Balaguer?-me espeta.

-A que me escuche- le dije- su hija acepto el trato con mi madre para poder salvarla a usted y el legado material que su padre le dejo- digo señalando la casa- ella la salvo a usted, mientras que el vago de su hijo prefirió huir como un cobarde- le digo alzando la voz- ella se sacrifico.

-Mi hija no debía hacer eso.

-¡Claro que sentía que debía hacerlo!, para mantener el único de recuerdo de la persona que ella quería, ella es una gran mujer señora- bajo mi tono de voz, algo mas tranquilo- ella es la única a la que quiero conmigo el resto de mi vida- confieso.

La mujer se me queda mirando, es la primera vez que digo lo que siento por alguien, pero es algo que no puedo negar, Maya se colo en mi corazón para aferrarse a el y no soltarlo, maldita sea, no quiero que lo suelte.


El Patrón [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora