15.

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DANIEL

Ella duerme sobre mi pecho, muy tranquila, no quiero despertarla, acaricio con mis dedos su rostro, es tan suave a mi tacto, esta mujer se ha metido en mi corazón, es algo que ya no puedo negar, la amo y seria un idiota si sigo negandolo, a lo mejor siempre lo supe pero en el fondo me negaba a aceptarlo,la quise desde el primer momento en que la vi aquel día,Maya se remueve y dejo de tocarla,la muevo con cuidado para no despertarla.

Al bajar encuentro a mi madre en la mesa desayunando.

-Buenos días hijo- me saluda.

-Buenos días mamá- contesto y tomo una tostada para untarla.

-¿Café patrón?- me pregunta Lisa la domestica.

-Si gracias.

-¿Como está Maya?- me pregunta mi madre.

-Está bien, no quise despertarla, ayer fue demasiado para ella, no esta acostumbrada madre.

-Apuesto a que fueron esos bastardos de la gente de Vargas.

-No lo se, no puedo sacar conclusiones,sino vieron quienes fueron, no puedo acusar a nadie sin pruebas, pero los chicos están investigando-la chica me trae la taza-gracias Lisa- le digo.

Tomo un sorbo y hago una mueca de asco.

-¡Maldita sea!- escupo el café, la verdad que no me gusta.

-¿Qué pasa?- me pregunta mi madre.

-Este café sabe horrible- le devuelvo la taza y tomo la fruta de la canasta que hay en la mesa- ¡llévate esto Lisa!.

-Disculpe patrón- se disculpa mi empleada muerta de miedo- es que normalmente la patrona es quien hace su café patrón, pero ella hoy...

-¡Ya lo se!- digo fastidiado- ella esta durmiendo, no la molesten hasta que se levante- ordeno.

-Si patrón- dicen y se marchan a la cocina.

Mi madre me mira de reojo con una sonrisa de oreja a oreja y yo la fulmino con la mirada.

-¿Qué?- digo mientras echo un vistazo a la tablet.

-¡Nada!- me dice mientras tararea una canción.

Pongo los ojos en blanco.

-Dilo de una vez- gruño.

-Parece que sólo te gusta el café que tu esposa te prepara, antes era María quien te preparaba el café todas las mañanas y no te quejabas-agrega satisfecha.

Buffo ante su verdadero comentario, tomo la manzana y me levanto.

-Sera mejor que me valla a trabajar- digo molesto y me retiro.

Odio cuando mi madre tiene razón, puedo escuchar como se ríe de mi tragedia romántica.

MAYA

Mire la hora,  las 10:15.

-¡Ay no!- me levanto como resorte y salgo disparada al baño, me doy una ducha rápida, me acomodo el cabello y me lavo los dientes.

No puedo creer que Daniel no me despertara, debo moverme para organizar el almuerzo de los peones, bajo a toda prisa y casi me llevo por delante a doña Alba.

-Perdón doña Alba- me disculpo.

-Niña ¿a dónde vas a toda apurada?- me dice riéndose.

-¡Lo siento, me quede dormida!- digo apenada por la situación- debo ir a preparar con las muchachas la comida para los trabajadores.

El Patrón [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora