3.

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MAYA

Nunca pensé que tendría que estar frente a frente de esta manera con el guapo del administrador, sus ojos azules contrastaban con esa mirada seductora, creo que nació teniendo ese perfil.

-Maya, llevas un año trabajando para nosotros- empezó- eres una buena empleada, de todas las personas ¿tenias que fastidiar precisamente al dueño?.

Para mi sorpresa  una sonrisa se dibujó en esos perfectos labios, yo estaba preocupada y a él ¿la situación le causaba gracia?, no tenía sentido.

-Yo no tenía idea de que él fuera el dueño, señor Navarro- dije con lentitud cada palabra.

-Es comprensible, él no suele venir muy seguido, salvo para manejar los asuntos que se requieren de su presencia.

La puerta de la elegante oficina se abrió, era aquella mujer de unos cincuenta y tantos años que había visto antes durante el incidente.

-Esteban, no se te ocurra despedir a esta chica- mis ojos se abrieron como platos y mi jefe parecía igual de sorprendido.

-Eee... no iba a despedirla, doña Alba- se aclara la garganta- la iba a suspender por una semana- dijo mirando a la mujer elegante y a mi al mismo tiempo.

Aunque para mi alivio sólo me suspenderían como castigo por una semana.

-¡Ah!, bien- dijo con una sonrisa la mujer; cielo no te sorprendas- me habló a mi con esos ojos del mismo color de su hijo- Daniel pierde los estribos en dos segundos y dios sabe que eso es cierto-revolea los ojos hacía arriba, y tu querida-me mira a mi- lo pusiste en su lugar, eso me agrada.

Esteban la miraba con  aire divertido.

-¡Uff!, él ordeno que te despidiera, pero da gracias a que tiene la reunión ahora mismo, caso contrario él mismo te estaría echando prácticamente.

Maldito hombre, petulante y egocéntrico, maldije por dentro apretando los labios.

-Si definitivamente me agradas- no me di cuenta que la mujer me observaba en detalle, por un momento me sentí avergonzada.

-Bueno Amador- dice mi apellido- puede retirarse y terminar el día, a partir de mañana y hasta la fecha que figura en el papel- me dice extendiendo la orden- estará suspendida a modo de sanción sin goce de sueldo.

Genial, una semana sin paga, lo que quiere decir cobrare menos de lo esperado en mi salario, pero peor seria haberme quedado sin trabajo y en este momento no puedo darme el lujo de perderlo.

-Gracias señor- me levante y me despedí  de la señora que me devolvió el saludo con una sonrisa y me retire.


Doña Alba

El golpe en la mesa y la furia de mi hijo no me afectaban en lo más mínimo, conozco su carácter como la palma de mi mano, pero al final siempre me salgo con la mía.

-¿Podrías explicarme por que diablos esa mujer no esta despedida y en cambio esta suspendida?.

-Primero, si piensas que voy a ceder ante tu temperamento, estas equivocado, te recuerdo que tu padre era igual- le conteste desafiándolo- segundo, el golpe te lo tenias merecido, la chica es una trabajadora y no tiene la culpa de tu mal carácter.

-Aun así no tenías por que intervenir, ¡se supone que el dueño soy yo!- gruñe molesto.

Estaba armando un berrinche como si fuera un niño pequeño.

-¿Algo más querido?- pregunté con grandeza, este hijo mío lo parí yo y si cree que puede conmigo esta muy equivocado.

Me mira furioso.

-Si, quiero saber ¿por qué abogaste por ella?.

-Bueno...- Daniel no me quitaba esos ojos sospechosos de encima- eso no importa, estoy cansada iré a dormir, buenas noches hijo- me pongo de pie.

-Mamá aun no termine...

Ni lo escuché, desaparecí de su despacho lo más rápido posible, si quiero que todo salga como espero debo darme prisa antes de que regrese esa sanguijuela, entre a mi cuarto y María estaba extendiendo mi cama.

-Escuché al patrón molesto doña Alba.

-Lo de siempre- descarte enseguida, tome mi teléfono y marqué el número del abogado de la familia y amigo de toda la vida de mi difunto esposo.

-¿Hola?- contesta al segundo tono.

-Hola Pedro.

-¿Cómo estás Alba?.

- Estoy bien, necesito un favor- si quiero que las cosas se salgan como quiero debo hacerlo yo misma- lamento la hora.

- No importa mujer, ¿dime que necesitas?.

-Necesito que me averigües todo lo que puedas sobre una chica llamada Maya Amador- le pase el nombre de mi apunte que tome antes.

-Tomo nota, ¿Qué quieres exactamente de ella?.

-Todo, y cuando digo todo, es todo, trabaja en el hotel como camarera de limpieza- le explique.

-Perfecto, ¿algo más?.

-No, eso es todo por ahora, por favor en cuanto lo tengas me lo traes ¿si?.

-Claro, no hay problema, enseguida le diré a uno mis chicos.

María me miraba con el ceño fruncido.

-Gracias querido, dale mis saludos a Dina iré pronto a visitarla.

-Se lo haré saber, adiós Alba.

-Adiós.

Dejé escapar una sonrisa de victoria, mi plan se estaba poniendo en marcha.

-María ya encontré a mi futura nuera- le dije riéndome.

María se cubre la boca con la mano dejando escapar una risita.


DANIEL

Arrojé la toalla al cesto de la ropa sucia, me acomodé el pelo húmedo y me puse la camiseta, fui hasta el balcón, descalzo y me apoye en la baranda mirando las estrellas, el cielo nocturno estaba claro y la luna que se alzaba en lo alto de la noche, instintivamente acaricie el lado de la mejilla donde recibí el golpe y su imagen asalto el recuerdo de esta tarde, esos ojos marrones llenos de desafió, es la primera mujer aparte de mi madre que me desafía de esa manera tan altanera, por lo general nadie se atreve a llevarme la contraria, estoy acostumbrado que siempre sigan mis ordenes, pero ella... ella...

Me di un golpe mental al darme cuenta que me estaba riendo tontamente.

- Idiota- me dije a mi mismo en voz alta.

El Patrón [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora