5.

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MAYA

-Esto es una locura- dije levantándome de la banca- ¿Cómo quiere que me case con su hijo si ni si quiera nos conocemos?- creo que estoy en una especie de sueño.

-Cielo, si te casas con mi hijo te ayudare a salir de la deuda que tienes- me asegura mirándome con sus ojos marrones perfectamente maquillados.

Mi boca se abre, la señora sabía de la deuda por lo visto.

-¿Cómo sabe usted de la deuda de mi familia?- le pregunto- ¿a caso me investigo?.

-Tenia que hacerlo- aclara ella en modo culpable- por favor dime Alba.

-Alba- repito su nombre- ¿porqué quiere que yo me case con su hijo?.

-Por que no tienes miedo de enfrentarte a su carácter, mi hijo suele ser una persona un poco dura, pero no es un mal hombre, puedes preguntarle a sus empleados en la hacienda- dice ella poniéndose de pie, un hombre de traje la espera prudentemente del otro lado de la calle y nos observa con atención.

-Discúlpeme si sigo creyendo que todo esto es una locura- le digo sentándome nuevamente.

-Lo se, pero si aceptas prometo que saldare la deuda de tu hermano y tu madre no perderá su casa.

-En otras palabras usted esta comprándome a cambio de dinero- dije frustrada, la cabeza me maquinaba a mil por hora.

-No lo veas de ese modo, pero si quieres...- levanta los hombros a modo de respuesta.

-¿Por qué quiere que su hijo se case?.

-Porque no quiero que una sanguijuela entre a nuestra familia- me reí ante su respuesta, es la mejor excusa que escuche en mi vida, por parte de una madre- desde hace años tenemos conflictos con una hacienda vecina, la hija de esa familia anda detrás del tonto de mi hijo, y este como todo hombre cae ante sus encantos, no puedo dejar que esa mujer arruine su vida y el dinero de nuestra familia, su padre la envió a seducir a Daniel para apoderarse de las tierras, de eso estoy segura, ese hombre no tiene escrúpulo alguno.

-Con todo respeto señora Alba pero su hijo es un idiota.

Ella carcajeo.

-Ves por que creo que eres perfecta para ser su esposa?, mírale el lado positivo, una vez que te cases con Daniel podrás disponer del dinero que te corresponde por ser su esposa y podrás ayudar a tu madre.

    Suspiré, viendo mis posibilidades, no me quedaba muchas opciones, si lo pienso un poco, en parte tiene razón, podré ayudar a mi madre económicamente y además saldríamos de esa bendita deuda, conservaríamos la casa de mi padre, me mordí el labio.

-Piénsalo, te daré mi tarjeta- dijo, extendió una tarjeta con números de teléfono- llámame en cuanto tomes una decisión, pero por favor debe ser mañana, no quiero apurarte cielo pero esa sanguijuela regresa la semana que viene y antes de eso, quiero que ya estés casada con Daniel.

    Se despidió de mi y comenzó a andar hacía su auto, mire la tarjeta nerviosa, ¿Qué hago?, no tengo dinero y no se de donde sacarlo, en menos de tres días si no pagamos todo lo que falta nos echaran a la calle, perderemos la casa de mi padre, con el corazón golpeando mi pecho corrí antes de que la señora se fuera.

-¡Espere!- le grite hasta alcanzarla, ella se detuvo y se giro para verme.

-Si acepto... ¿Qué le dirá a su hijo?, quiero decir...- tome aire- ¿Cómo hará para que él acepte esto?.

Ella lo pensó.

-Le diré que resultaste ser la hija de una muy querida amiga mía de la adolescencia, que me ayudo, como agradecimiento había echo una especie de acuerdo matrimonial entre tú que no nacías aun y mi hijo.

Debo darle puntos extra a esta mujer, ella ya lo tenía todo organizado en cuestión de segundos, la idea no era mala, debo admitirlo.

-Entonces... acepto- dije finalmente.

Los ojos se le iluminaron con un brillo de triunfo, me abrazo contenta por mi decisión mientras que yo... espero no arrepentirme de esto.

-¡Gracias! no sabes lo que me estas ayudando- confeso la mujer- ahora ve a descansar, mañana mismo te enviare a mi abogado con el contrato para que lo firmes, así no tendrás problemas, una vez firmado, él se encargara del pago de la deuda inmediatamente.

El alma me volvía al cuerpo, aunque eso significara que estaría vendiéndome a cambio de pagar la deuda, prácticamente me estaba sacrificando.

-Por favor, mi madre no debe saber de esto- le suplique.

-Descuida le diremos que vendrás a trabajar para mi en la hacienda, luego de eso, pasado un tiempo podrás decirle que te casaste con mi hijo.

-Esta bien-conteste.

Me despedí de ella y me quede observando como el vehículo desaparecía calle abajo.

-Vaya Maya las cosas que debes hacer por tu familia.

El Patrón [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora