Capítulo III

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Fue un día realmente agotador, Rudolph no pudo interiorizar completamente que estaba en la galaxia, ¿pues qué harían ustedes si estuvieran en la posición de Rudolph? No habría ninguna manera de buscarle sentido a las cosas, y haberse hecho amigo de uno es aún más raro... uno siempre se espera que ellos nos coman a nosotros, pero tal vez es porque no todo era como pensábamos, al igual que muchas cosas. Pues sí, ahora Rudolph es el supuesto heredero del Snaker, tal vez la sangre en llamas de Anne-Hayde Roosself corre por las venas de Rudolph Dorssan. Pero tal vez fue algo decepcionante al saber que estábamos en medio de una posible guerra o próximos a la guerra; bueno, y claro está, Rudolph no ha dejado de pensar ni un solo día en la Tierra, cuánto la extrañaba... lo más seguro es que ninguno de los humanos la valora lo suficiente hasta saber que ya no se puede dar vida en el Planeta. Para Rudolph dejar atrás a la Tierra y mirar hacia un futuro en Gralentine, le parece de lo más descarado y egoísta, por la simple razón de que aquí están todas las personas con las que realmente nos relacionamos, queremos y apoyamos, esa es nuestra raza, no podemos dejarla atrás por el simple pretexto que ya estamos a salvo en este lugar.

Sintió un sentimiento aterrador en su interior al volver a pensar en eso de La Oscuridad y sus siervos, Lord Mohdark, Shan-Kara y el no identificado hasta ahora; al sólo pensar que pelearía con ellos ya era de morirse durante las pesadillas. Se relajó y decidió por volver a la habitación, Curian-K se quedó hablando con Bordamir y su esposa Vana, realmente eran amigos y se notaba que tenían un tiempo sin verse; además, Rudolph no tenía manera de saber la hora, principalmente porque ningún reloj puede funcionar aquí y porque el sol está muy lejos y no está acostumbrado a reconocer exactamente cuándo es de día y cuando es de noche. La mayoría de este lugar no son luces naturales que llegan del sol, sino artificiales que nunca las apagan, por la simple razón que íbamos a quedar en plena gran oscuridad.

Al colocar su cabeza en la almohada vino un impulso que le hizo recordar a Onotomia, su rostro era inevitable que desapareciera de la mente de Rudolph... él tenía en consideración de que era una Canidiana y a los hombres, pues, no están acostumbrados a enamorarse de criaturas como ella, aunque desde la perspectiva de Rudolph no tenía aspecto en la parte moral y física de una criatura, le parecía una mujer pero algo disfrazada, eso era todo. Se arropó por el fuerte frío que había en aquella habitación, ya habían unas camas con gente que dormía, más bien, cuando estaba afuera no estaba presente casi nada ni nadie, por ello pensó que era "de noche" en este lugar. <<Mañana será un gran día>> se dijo así mismo poco antes de quedarse dormido, claro, ya se había acostumbrado un poco más a esta nueva vida, la cual estaba consciente que cambiaría al salir de Gralentine en su misión, pero ya estaba un poco más relacionado con los alienígenas.

Una clara luz apareció en el espacio, lejos pero potente luz, se hacía cada vez más escandalosa, era como una gran explosión, a lo lejos de Gralentine, pasaron unos minutos para que el sonido llegara hasta Gralentine, por supuesto, un muy leve sonido... Rudolph se levanta de la cama, estaba medio dormido así que iba tambaleándose por el lugar, que irónico; se escuchaban gritos en su cabeza, gritos de gente muerta que habían sufrido por mucho tiempo, gritos de gente con anhelo y esperanza de ser salvados, empezaron a ser cada vez más fuertes, tenían un gran dolor tanto interno como externo, Rudolph sentía opresión y poco orgullo de sí mismo. Segundos más tarde, Rudolph se levanta de su cama pegando un grito, estaba sudando, había tenido una pesadilla, se concentró un poco a recordar que es lo que había pasado, en eso recordó la explosión, de inmediato lo relacionó con la Tierra, eso hizo que pensara que su destrucción final es que cada vez más próxima. Se relajó un poco, se restregó la sábana por la cara para quitarse el sudor y se volvió a dormir.

Un grito vino de golpe a Rudolph, eso lo hizo levantar bruscamente, un poco asustado por lo que había pasado ayer en su pesadilla, aún no salían esos gritos de él. Curian-K, es el que le ha pegado un grito, uno grande, para que se despertara de inmediato... este lo miró con una sonrisa y lo agarró por la espalda para levantarlo, ya que Rudolph se veía un poco cansado sin ganas aún de despertarse y más cuando veía que nadie de su habitación estaba despierta, entonces Curian-K hizo señas de que hiciera un poco de silencio al levantarlo de la cama, al ver la seña de Rudolph de hacer <<silencio>>:

EL RENACER DEL SNAKER (Saga de Tren Infernal - IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora