Capítulo VII

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En el Urdener Destiny original, como ellos lo denominaron, reposaban en su viaje a la velocidad de la luz: Onotomia Murz-zann como Comandante de la nave, Dumuzi Zinsuddu como piloto y General, y Joseph Russo como el piloto de reemplazo... al final si sirvió para algo. Ya estaban cerca de su destino, Pleantrizz quedaba a unos pocos yigos- lo cual era la medida que usaban para el minuto, aunque este era un poco más largo... tal vez entre 100 y 120 segundos; ya tenían más de dos keilos en el viaje, este Reino si quedaba un poco más lejos que Fletánico, ellos pensarían que ya deben estar partiendo a Ocutania, el Reino de Lady Ferdine, pues no era así...

Los tres integrantes de esta nave, se encontraban en descanso, ya que mientras la nave se mantenga a la velocidad de la luz sin ningún problema a distancia, ellos no tendrían ningún trabajo en el mando de control principal, claro que había que estar revisando el tiempo de llegada, aunque ahorita lo revisaban más que nunca, ya que el principio del viaje era obvio que no estarían nada cerca, en lo absoluto. Joseph se encontraba recostado en una especie de hamaca, esta se veía más fuerte y tensa, tal vez porque en esa hamaca se acuestan criaturas inmensas, más bien, Joseph era como un insecto en aquella hamaca, le costaría mucho salir de ella... mientras que Dumuzi estaba un poco preocupada por los propulsores, era una bayou de extrema precaución con los órganos de las nave... coloca a prioridad la seguridad de todos, para evitar cualquier tipo de accidente durante el viaje, sobre todo cuando van a una velocidad extraordinaria como esta. Onotomia refunfuñó al ver Joseph de lo más relajado en la hamaca, él se podría decir que era todo lo contrario a como es la Mantidiana Dumuzi Zinsuddu, este era más tranquilo, confía en sus instintos y es muy improvisado, la mayor parte de sus acciones son improvisadas, no le gusta mucho la organización y la planificación, es una de esas personas que se dice que tienen la personalidad B, que es la descripción casi exacta de cómo es este humano, ¡vaya que sí!

Joseph volteó los ojos al ver Onotomia molestarse un poco con él, recordó sus deberes en la nave y ya estaba por levantarse de la hamaca, de todas maneras no sería mucho el tiempo que estarían ahí, por lo tanto pensó que no era necesario sus deberes y pensó en hacer algo más; y como es una persona que se guía por sus instintos con mucha improvisación, quería hacer lo primero que se le viniera a la cabeza. Suspiro un poco más, miró al techo y se quedó pensativo por un momento, evocando cosas y pensamientos a su estilo... pero nada, nada de nada... a veces era un hombre muy imaginativo, cuando le venía la creatividad, eso sucede una vez a la cuaresma o cuando le da la gana. Onotomia se le acercó un poco más, tras su enfado con el hombre, tomó la hamaca con sus dos manos y empezó a moverla muy rápido, tanto así que hizo que Joseph se cayera al dejar la hamaca de cabeza en medio del fuerte movimiento; este se ha dado cuenta de que Onotomia era más fuerte de lo que pensaba, era muy difícil movilizar esa hamaca tan inmensa y pesada a esa velocidad y con tal facilidad, ¡claro que era fuerte, sólo un hombre con extrema fuerza podría lograr lo mismo... ella sólo era una mujer bayou! Joseph se levantó lentamente, su cabeza estaba un poco mareada, de tantos giros y vueltas era lo más normal que le pudiera pasar... al estar nuevamente de pie, Onotomia le da una fuerte cachetada, pues ya imaginarán qué se sentirá si viene de un fuerte brazo como el de esa bayou.

- ¡Vuelva de inmediato a la cabina del control de mando! Llegaremos en un rato y usted es el encargado de esto, no es estar en una hamaca todo el tiempo- exclamó regañando al hombre- ¡qué espera Russo, a la cabina!

Joseph reaccionó unos segundos después, había quedado un poco más mareado tras la cachetada de Onotomia, este se movió poco a poco sin respuesta, unos segundos después empezó a moverse más rápido hasta llegar a su puesto de piloto, en eso entraba Dumuzi un poco más relajada, eso hizo suponer a Joseph y Onotomia que los motores y propulsores de la nave estaban en perfecto movimiento... cuando algo malo pasaba, aunque sea mínimo, Dumuzi adoptaba una actitud preocupante, tal vez mínima o exagerada, pero se le notaba cuando se preocupaba fácilmente.

EL RENACER DEL SNAKER (Saga de Tren Infernal - IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora