Capítulo V

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Rudolph subió al piso de arriba con Joseph, este tenía claro dónde quedaban las cápsulas, así que Rudolph simplemente lo siguió. Al llegar se separan para entrar a cada cápsula, sólo hay dos y en cada una sólo entra uno... cada cápsula estaba separada de la otra, estaban en diferentes esquinas, el camino para ambas es el mismo, hasta que hay una bifurcación que lleva a dos caminos distintos, cada uno de esos camino lleva a una cápsula. Rudolph seguía caminando por el pasillo a su cápsula, el camino era bastante angosto y pequeño, así que debía ir un poco agachado, por eso no iba tan rápido por ahí.

Al llegar a la cápsula había una silla especial donde se sentó, la verdad es que era bastante cómoda, a Rudolph le agradaba; se acomodó, frente a él había como un especie de volante, al frente de él había una ventana ovada, que estaba dividida en 7 partes por líneas gruesas y en diferentes direcciones, parecía que estuviese hecho de madera. Alargó sus manos hasta aquel volante, era bastante grande; el volante era una computadora, a los lados tenía dos agujeros especiales para las manos, donde hay un botón rojo para cada mano, funcionaba para disparar, y en la computadora veías lo que se acercaba desde el exterior de la nave, no era complejo su uso.

Subió aquel volante hasta la altura de su cabeza, echó el asiento un poco hacia atrás, empezó a ver que un par de naves ya estaban a su alcance, estas estaban disparando a la antena principal, sin ella tal vez la nave no puede emitir señales o mensajes a larga distancia y es posible que las computadoras de la nave no sean tan eficientes, cada vez que disparaban la nave se tambaleaba un poco. Kurrotan con los demás trataban de esquivar los disparos, pero siendo un blanco tan grande era difícil que no nos pegara ningún disparo de ellos.

Rudolph subió un poco más la mira de su volante, en ese momento, escuchó un altavoz que tenía a su lado... le pareció reconocida la voz emitida, que en el principio se oyó distorsionada, en eso escuchó:

- ¡Rudolph! Ponte los audífonos, tienen micrófono incorporado, necesito comunicarnos, hay varias naves enemigas por detrás, pueden hacer grave daño a nuestros propulsores- exclamó.

De inmediato, Rudolph hizo caso a lo pedido, tomó los audífonos que estaban a su lado, los acomodó acorde al tamaño de su cabeza, seguidamente, se concentró en ambas cosas en aquel momento:

- ¡Rudolph, Rudolph! ¿Estás ahí?- pregunta Joseph por el micrófono del audífono... tengo a dos en las mira, pero hay otra que está cubriéndolas.

- Sí, ya estoy aquí. Voy a ver si la alcanzo a ver en la computadora- le contestó Rudolph- trata de eliminar a todas las naves que estén disparando a nuestra antena, no la podemos perder.

Joseph se hizo cargo de lo que Rudolph le pidió, al igual que él. Rudolph empezó a buscar a la nave que cubría a todas, al verla se da cuenta que es al menos cuatro veces el tamaño de todas las que los seguían; tal vez no fue tan difícil apuntarle por su gran tamaño, así que le dispara inmediatamente, le da unos tres disparos de una buena vez... en el impacto simplemente se vió unos mini explosiones, pero se da cuenta de que aquella nave tenía un escudo protector, iba a ser muy difícil destruirla. Rudolph se acerca el micrófono a su boca e informa a Joseph:

- ¡La nave tiene un escudo! No creo que pueda destruírselo, necesitamos otra arma más poderosa, eso opino yo, será imposible hacerlo.

- El arma tiene dos clases de disparos, los láser y los cañones mayores, estos cañones sirven específicamente para ello, no tenemos demasiados, así que trata de no malgastarlos, los escudos tienen su punto débil en una zona específica, normalmente hay un tipo de marca o algún agujero, tal vez un reactor, si logras que alcance ello el escudo se desactivara por un rato, hasta que los de la nave vuelvan a activarlo, sólo tu cápsula tiene esos cañones así que debes encargarte de hacerlo, ¿comprendiste?

EL RENACER DEL SNAKER (Saga de Tren Infernal - IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora