Fairy Tail en el Lago Azul [Adaptación]

Veneno

Natsu no quería estar conmigo.

Yo podía aceptar eso, tenía que aceptarlo.

En realidad no era una opción ya que se necesitaban dos para estar en una relación y él obviamente no tenía ninguna intención de besarme de nuevo. Él continuó con nuestra rutina normal como si nada hubiera pasado, y aunque fue difícil para mí hacerlo, lo acepté. Me hice una promesa a mí misma, y por primera vez tenía que mantenerla. Además, la única otra opción era hacerle enfadar y quedarme sola de nuevo, y definitivamente no estaba dispuesta a hacer eso.

El problema era que era extremadamente difícil ignorar mis sentimientos hacia él. Yo no estaba muy segura de mis emociones, pero sabía que iban mucho más allá de lo puramente físico, por lo que supuse que tendría que ser suficiente estar justo al lado de él como una amiga frente a no estar con él en absoluto.

Nunca hablábamos de ello, cosa de la que estaba sorprendentemente agradecida. Yo no creía que pudiera manejarlo si él me decía en voz alta la verdadera razón por la que no se interesaba por mí de esa manera, aunque tenía miedo de saberlo. Todavía estaba enamorado de Lisanna, tenía que ser eso, porque yo sabía a ciencia cierta que no tenía nada que ver con la forma horrible en que lo había estado tratando antes. Natsu no guardaba rencor, él no era así, así que lo único que realmente tenía sentido era que él siguiera esperando que fuéramos rescatados y que planeara seguir a Lisanna de nuevo.

Ese pensamiento hizo que mi corazón doliera.

Si éramos rescatados no estaba segura de poder soportar el verlos juntos, y por supuesto que ella iría a por él ahora que era sexy como el infierno, ella era incluso más superficial que yo, pero verdaderamente nunca iba a entenderlo como yo. Nunca le agradecería sus hábitos extravagantes o su torpeza encantadora. Probablemente follaría con él y luego hablaría mierda por detrás de él. Ella pisotearía su corazón y mataría todo lo que había dentro de él que le hacía verdaderamente increíble hasta que no quedara nada excepto una cáscara vacía. Era sólo cuestión de tiempo hasta que le rompiera el corazón y lo convirtiera en otro idiota sin cerebro como todos los otros chicos con los que por lo general salía. Yo estaba segura de ello, y me estaba cabreado sólo de pensarlo.

-Lucy, ¿qué pasa?- Natsu me preguntó de repente.

-Nada, ¿por qué?- le pregunté, olvidando por completo lo que habíamos estado hablando.

-Pareces... molesta.

Me obligué a poner una sonrisa y sacudí la cabeza.

-¿Estás seguro?

-Sí, por supuesto- Por supuesto que yo estaba molesta. Me dolía el corazón cada vez que él me miraba con indiferencia, pero era demasiado cobarde como para decirle eso. No podíamos tener otro calentón, yo lo necesitaba para más que eso y necesitarlo era una necesidad que superaba con creces la supervivencia básica. Mi alma lo necesitaba en mi vida, él sacaba la mejor parte de mí, y sin él yo no era mejor que Lisanna. No podía volver a eso.

-Vale, bueno, volveré dentro de un rato-dijo antes de salir corriendo hacia las olas para ir a pescar.

Traté de estar ocupada con otra cosa que no fuera mirarlo coger peces en el arrecife, porque verlo empapado y con una lanza me provocaba una reacción física que estaba tratando desesperadamente de ignorar. Pero cuando regresó menos de diez minutos después, fue absolutamente imposible ignorarlo.

-¿Qué demonios es eso?- le pregunté indignada.

-Es una anguila- dijo con entusiasmo mientras sostenía la criatura desagradable como si hubiera capturado un premio.

-Eso está bien- le dije con sarcasmo, pero no pude contener una sonrisa. Su entusiasmo por la vida era totalmente contagioso... pero eso seguía siendo horrible- Ahora deshazte de ella.