Sorpresas

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-¿Estás bien?- Natsu me preguntó una mañana cuando me encontró vomitando en las rocas en el océano.

-Sí, estoy bien... ya sabes, ese fruto no me sentó bien ayer por la noche, tal vez estaba empezando a ponerse malo o algo así, pero estoy bien, me siento mejor.

-Sin embargo estoy seguro de que realmente podrías utilizar algún sobre de Pepcid ahora- dijo con una sonrisa.

-No. Estoy bien. Tengo todo lo que necesito aquí- le dije sin dudarlo-Estamos predestinados a enfermarnos de vez en cuando, Natsu. Sólo tenemos que lidiar con eso.

Y me fue muy bien, me sentí completamente normal después de eso, y decidí ir a todo vapor con los grandes planes que tenía para ese día.

No se lo dije a Natsu, pero antes de que enterráramos a nuestros seres pasados, yo secretamente saqué una de sus piezas fuera del agujero. Estaba trabajando en una sorpresa para él, algo que él no podía dejar enterrado, pero era difícil terminarlo cuando yo rara vez estaba sola.

-Creo que deberías ir de excursión- le dije aquella tarde.

Él entrecerró sus ojos hacia mí.

-Sé que no te sentías bien, ¿pero ya te has hartado de mi?

Como si pudiera estar harta de él. 

-No- le dije rápidamente- Pero como has dicho, debemos asegurarnos de que tenemos tiempo para hacer otras cosas aparte de tener sexo todo el día durante todos los días.

-Estabas enferma esta mañana, yo realmente no quiero dejarte.

-Ya te lo he dicho cientos de veces, estoy bien. Me siento completamente normal... lo juro.

-Bien, pero, ¿por qué estás tratando de deshacerte de mí?- me preguntó en broma.

-He estado queriendo trabajar en el tejido, y tú estás tan caliente que nunca tengo tiempo- nos dijimos que nunca más nos mentiríamos el uno al otro, así que le dije algo que era verdad. Técnicamente yo tenía intención de hacer un poco de tejido durante su ausencia.

Él se rió entre dientes.

-Muy bien. Volveré en un par de horas- se inclinó y me besó con ternura antes de girarse y dirigirse hacia el interior.

Un par de horas no eran mucho tiempo, así que tenía que darme prisa. Recogí hojas secas de palma y las piqué en tiras. Como eran más oscuras en un lado que en el otro, alterné las tiras y las tejí para hacer un patrón a cuadros. Una vez que mi 'tapete',como decidí llamarlo, fue aproximadamente del tamaño adecuado, saqué mi colección de conchas y elegí las que más se ajustaban a las diversas piezas.

Cuando por fin terminé el proyecto, lo escondí en nuestro pozo y ansiosamente esperé el regreso de Natsu. Habían sido un par de horas largas, de hecho, fue el tiempo más largo que habíamos estado separados desde que estábamos juntos sentimentalmente, así que estaba más que lista para su regreso, y me alegré mucho cuando finalmente lo hizo.

-Hey- murmuró mientras nos abrazábamos con fuerza. En una isla donde el tiempo no existía, esas pocas horas muy bien podían haber sido días.

-Te he echado de menos- murmuré en el hueco de su cuello. Olía tan increíble, como el olor a la humedad de la selva mezclado con un sudor dulce, me gustaría poder bañarme en él y vivir así para siempre.

-Yo también- susurró él mientras acariciaba mi pelo y me abrazaba-¿Estás bien?-preguntó de repente preocupado por mi bienvenida emocional.

-Sí- dije con una sonrisa, pero luego extrañamente sentí una lágrima escaparse por mi mejilla. ¿Por qué demonios estaba llorando? -Yo realmente te he echado de menos, eso es todo.

Fairy Tail en el Lago Azul [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora