CHAPTER 11

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Fukase despertó en una habitación de paredes anaranjadas, llena de peluches en el suelo y móviles colgando del techo, la cama en la que se hallaba acostado era blanda como una nube, aunque estuviera perfectamente arreglada.

—Veo que dormiste bien —Oliver tenía puesto su uniforme, no sabía si se acababa de vestir o ya volvía de la escuela, esto lo preocupó.

—¿T-tú...?

—Vuelvo de una clase muy aburrida, sí, no te desperté porque parecías un muerto viviente real —Oliver dejó sus muletas a un lado de la elegante cama y se sentó junto al sonrojado pelirrojo— Esta era la cama de Seeu, madre dijo que era mejor no recordarla, ella era mala conmigo, según madre, mi diario dice cosas muy diferentes.

—Sí, la recuerdo, ella era muy amable y nos vigilaba para que no nos lastimáramos —Fukase sonrió sin quererlo, eran recuerdos hermosos los que tenía de cuando Seeu vivía con Oliver, luego se mudó a Corea para volverse una cantante famosa.

—¿También querías a Seeu? —esa inocencia con la que preguntaba sobre el pasado derretía lo poco que quedaba del corazón de Fukase. Él asintió y deslizó disimuladamente su mano hasta encontrarse con la del contrario.

—Ojalá recordaras... para mí fueron los mejores años de mi vida —susurró suavemente mientras hacía movimientos circulares con su pulgar en el dorso de la mano del contrario, Oliver reaccionó y se cruzó de brazos con la cara como un tomate. Fukase asintió en silencio otra vez y suspiró— Luka era tu mejor amiga... te cuidaba como a un hermanito, dijo que siempre había querido uno, cuando nos hicimos amigos ella también me recibió con los brazos abiertos, pasábamos mucho tiempo juntos... hasta que desapareciste, tu tía dijo que no sabía nada cuando fuimos a preguntar...

—¿Te llevabas bien con tía Ann? —preguntó de repente Oliver, Fukase se sobresaltó por la inesperada pregunta y asintió, para él, la tía de Oliver era como una segunda madre, el tiempo que estuvo en la otra escuela ella siempre lo animaba de algún modo con promesas como la de que volvería a ver a Oliver o cosas así.

—Tu tía fue mi maestra un año y como una madre el tiempo que estuve en la otra escuela... Luka era amiga de todos así que no era raro verla llevarse bien con un profesor, si tan sólo su padre no hubiera sido tan cruel... quizá ella habría sonreído de verdad

—Su padre... la trataba mal y la ... ¿cierto?

—S-si... p-p-pero... de no ser por mí, de no ser porque fui a su casa para que me ayudara en algo que no entendía... no habría entrado en su habitación y no la hubiera encontrado llorando, arrodillado frente a su padre, ... , él se dio cuenta, l-la golpeó y a mí... y-y... —Fukase sentía que no podía más, todo era su culpa, de no ser por él todos seguro estarían mejor, o eso pensaba él— ...d-dos semanas después s-s-salió l-la noticia... Luka murió... en su f-f-f-funeral... tenía un hermoso vestido blanco pero... su cara... tenía costuras y marcas muy feas, d-dijeron que l-la golpeó y l-la apuñaló... d-dijeron que s-s-s-sufrió hasta... m-morir —Oliver bajó la cabeza, era su mejor amiga ¿cómo pudo olvidarla en un simple accidente e irse, sin siquiera interesarse en la noticia de su muerte cuando la vio en la tele? Fukase volvió a acostarse en la cama de Seeu, abrazó uno de los muchos peluches que había allí y se deshaogó con él, ocultando su rostro colorado en la suave felpa. Oliver subió su yeso con cuidado y se acostó boca arriba en la orilla, prefería esperar cómodamente a que Fukase se calmara para preguntarle más.

—Fuka... deja de hacerte la víctima y piensa, tú fuiste a preguntar algo, a Luka la llamó su viejo para alguna asquerosidad y tú fuiste a ver por qué tardaba, supongo yo —empezó, ya cansado del imparable llanto de Fukase— no tienes la culpa de que la matara, y aún siendo así, intenta ser optimista, ella seguro sufría esa tortura seguido, ahora descansa en paz y el asesino verdadero se pudrirá en la cárcel, ahora deja de llenar de mocos el osito de Seeu, ...yo también le lloro cuando estoy triste —una pequeña risa de parte del pelirrojo, la pequeña confesión de Oliver le dio un poco de esperanza, quizá, muy en el fondo, él seguía siendo su Ollie, tan sólo necesitaba un empujoncito para volver a ser el mismo. La madre de Oliver gritó que la comida estaba lista y ambos salieron de la habitación llena de recuerdos para volver al presente. La madre no se sentía cómoda al tener sentado en el lugar de Seeu a ese desagradable pelirrojo, su cara estaba deformada, comía con el brazo izquierdo colgando a un lado del cuerpo y se manejaba torpemente con la derecha, Oliver no tardó en notar la mirada despectiva que le dedicaba a Fukase, se levantó de golpe, acomodó sus muletas y se retiró, el mayor agradeció la comida y corrió detrás del rubio.

—¿No ibas a terminar la sopa?

—P-prefiero no quedarme solo con tu madre, me da algo de miedo —Oliver soltó una risita y se sentó en su cama, Fukase se sentó frente a él en el suelo— No la recordaba tan fría.

—Ella es así con los extraños, no quiere malas influencias —cualquiera notaría lo descabellada que era esa idea, Oliver lo sabía bien pero no quería destruir la familia perfecta que su madre tanto amaba.

Fukase bostezó, era tarde y ya había pasado mucho tiempo fuera de casa sin avisar nada a su madre, seguro ella estaría muy preocupada por él así que se despidió de Oliver, guardó su celular en su bolsillo y volvió caminando a casa, había visto el diario de Oliver bajo la almohada pero no se atrevió a tomarlo. Quizá algún día lo tomaría prestado, sólo para saber que dice.

Un Reencuentro Inesperado <<Olikase>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora