CHAPTER 21

165 18 9
                                    

—¿Estás mejor? —preguntó Oliver cuando apoyó hielo sobre uno de los moratones que tenía en los brazos después de ser azotado con el cinturón de su padre, para el contrario parecía una maldición que su padre lo golpeara incluso sin estar presente. El rubio se sentó a su lado para hacer presión con los hielos en una posición más cómoda, muy cerca de la mano del pelirrojo— lo siento Fuka, no esperaba que mamá reaccionara tan mal...

—No te sientas mal, sólo reclamaste lo que merecías y eso está bien... yo tampoco pensé que podría ser víctima de la furia de tu mamá —rió el dolorido chico, ya no le importaba ser golpeado con un cinturón.

—Estúpido, eso es lo que eres, no debiste dejarte golpear —que no se resistiera le dolió enormemente al menor, verlo únicamente cubriendo su cabeza con sus brazos para evitar daño en su cráneo pero dejándose lastimar le dolió de ver, pensaba que Fukase debía haber pasado por mucho para acabar tan sumiso ante un adulto enojado— me sentí mal al verte llorar, quería ponerme frente a ti para protegerte... supongo que te he tomado cariño —la sorpresa que se llevó Fukase al oír tal cosa y su cara no tenían precio, Oliver no mentía al respecto, se sentía muy a gusto y era feliz junto al pelirrojo que tanto lo ayudó, después de todo, él curó su amnesia. "Quizá este sería un buen momento para decirle" pensó Fukase al verlo al rubio tan distraído, perdido en el bonito atardecer que se veía desde su ventana.

—Oliver —nada, el temor de ser rechazado y abandonado por Oliver invadió su ser— Oliver —esta vez el rubio sí escuchó y se volteó a ver al amoratado pelirrojo.

—¿Se derritió el hielo? Creo que podrías esperar un rato igual, el trapo seguirá frío unos minutos más —dijo al ver que Fukase sostenía el trapo mojado sobre sus moratones como si no tuviera hielo dentro. Fukase negó.

—Es... otra cosa —musitó, el menor se acomodó de manera que pudiera ver a Fukase directamente, atizando el miedo que lo hacía arder de vergüenza— yo
... te quiero mucho Oliver... en serio... sé que...

—Yo también Fuka... te amo... ...has sido mi mejor amigo todos estos años y siempre cuidaste muy bien de mí, no sé por qué de repente empecé a odiarte pero ahora ya no es así, eres el mejor amigo que podría desear jamás —Oliver malinterpretó las palabras de su contrario, hiriéndolo mucho. El rubio abrazó con cuidado al herido y se acurrucó sobre él, Fukase sin dudas se sentía feliz de haber oído que Oliver también lo apreciaba y que había podido hacerlo sonreír lo enorgullecía pero la dolorosa punzada en su corazón lo torturaba, deseaba en serio que el chico correspondiera el intenso amor que Fukase le tenía, suplicaba todas las noches que el rubio se diera cuenta pero nunca notaba ninguna actitud sospechosa. Oliver se acercó más— te quiero Fuka, eres tan espléndido amigo que quizá nunca pueda conocer a alguien como tú...

—Yo también te adoro Ollie —Fukase lo abrazó con cariño y  el menor lo correspondió, se sentía muy bien sabiendo que Oliver lo quería tanto como cuando eran pequeños pero también se sentía mal al oír que lo quería como un mejor amigo. Segundos después volvieron a tomar distancia

—Y... ¿Qué hacemos? Ya me aburrí de estar aquí.

—¿Quieres... salir? ¡¡N-n-n-no en e...!!

—Tranquilo, entiendo a lo que te refieres —la dulce sonrisa de Oliver era lo más doloroso de ver para el contrario en este momento, sin embargo, cada sonrisa suya lo hacía sentir más cerca de su objetivo.

A escondidas de la rubia que acababa de terminar la cena, los chicos se escabulleron. No muy lejos de la casa había una heladería, ellos se sentaron a tomar un helado allí para dar inicio a su "cita". Oliver dejó a su compañero elegir por él pero el menor fue el que se ofreció a pagar, el contrario no estaba de acuerdo al ser él quien le había dado la idea de la cita, lo que acabó en una ridícula discusión para que al final pagaran una parte cada uno.

—¿Alguna vez salimos de esta forma? —el mayor negó mientras se llevaba una gran cucharada de helado a la boca, luego estuvo un rato ventilando su boca por habérsele enfriado el paladar— ¿me escapé de casa? ¿Desobedecí a mamá? ¿hablé de Seeu a mamá? —a todo esto el mayor negaba. Más preguntas hacía Oliver, más respuestas negativas recibía, ya se estaba quedando sin esperanzas de enorgullecerse de su antiguo yo— Seré directo de una vez ¿me revelé una puta vez de niño?

—Seré directo también, jamás te atreviste a levantar la mano en contra de tu madre porque ella te castigaba en cuanto te veía hacer algo sospechoso —definitivamente no tuvo una buena infancia, pero debía ser realmente débil y temeroso para no atreverse a contradecir una sola palabra de su progenitora. En su mente, Oliver iba descartando teorías respecto a la razón hasta llegar a la más posible, la cual quería confirmar con Fukase.

—Seeu, ella me protegía de mamá antes de irse de casa ¿no es así?

—Lo descubriste rápido. Así es.

—Y como Seeu ya no estaba me sentía indefenso ante mamá cuando se tomaba esas pastillas para adelgazar —un aplauso de parte de su compañero dejó clara la respuesta. Un largo silencio se generó hasta que el rubio volvió a hablar— ...Sabes, me gustaría salir de este modo más seguido, tenía citas así con Len, tomar helado, ir a una cafetería, pasear tomados de las manos por el parque y cosas así, creo que si hacemos todo eso juntos podré reemplazarlo en mis recuerdos contigo y superarlo. Piensa, tendría la fuerza suficiente para gritar a toda la escuela que de no ser por ti quizá habría pensado tirarme de la azotea porque fui engañado por cuatro años por él.

—¿Cuatro años? —él sabía que llevaban juntos un año pero ¿desde un principio ya le había mentido a su amado? No entendía y necesitaba respuestas para hacerlo, sin embargo, Oliver no quería decir mucho.

—Es mucho que contar, te lo diré otro día. Por ahora es mejor que disfrutemos el helado y este momento de alegría ¿no crees? —Fukase no podía decir que no a tan bonita sonrisa.

Un Reencuentro Inesperado <<Olikase>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora